El cosmos de Star Wars es muy rico en elementos y posibles referencias después de más de cuarenta años de saga, hasta el punto de que a nadie le puede extrañar que incluyan un buen número de huevos de pascua en cada episodio de The Mandalorian (Jon Favreau, desde 2019). El último que Disney Plus ha estrenado, “The Marshal” (2x01), no es ninguna excepción en este sentido, y en él podemos encontrar, por ejemplo, un montón de grafitis en los muros de la primera ciudad que visitan Din Djarin (Pedro Pascal) y Baby Yoda, entre los que reconocemos dibujos de stormtroopers tachados y, sí, de un robot dorado que bien puede ser C-3PO (Anthony Daniels).
E incluso hay un huevo de pascua sobre algo que nunca hemos visto: entre la multitud que brama frente al combate de los gamorreanos, hay un espectador con un casco como el del agente Zuvio en el puesto de avanzada de Niima, recortado de El despertar de la Fuerza (J. J. Abrams, 2015). El traicionero Gor Koresh (John Leguizamo) se corresponde con la especie de los abyssin, nativa del planeta Byss a la que conocimos en Una nueva esperanza (George Lucas, 1977). Y, cuando nuestro cazarrecompensas le interroga cabeza abajo, el gángster jura “por Gotra”, un grupo de droides con fuerza letal que luchan en favor de los derechos de su mismo colectivo. ¿Saldrán en The Mandalorian?
De vuelta en Tatooine, Din Djarin aterriza en el taller de Peli Motto (Amy Sedaris), que parece estar arreglando la turbina de un podracer similar a la del vehículo de Sebulba en La amenaza fantasma (Lucas, 1999). El camarero de la cantina de Mos Pelgo (W. Earl Brown) es un weequay, extraterrestre de Sriluur, a cuyos semejantes nos presentaron en El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983). Y, de repente, la mecánica llama a R5-D4, el pobre droide del estilo de R2-D2 que rueda por primera vez en Una nueva esperanza y del que nos alegramos mucho de que siga en funcionamiento a su servicio, para que proyecte el plano de la zona del planeta en la que se halla Mos Pelgo.
La propia localidad solamente había aparecido en Knights of the Eternal Throne (2016), la expansión del videojuego Star Wars: The Old Republic (BioWare, 2011), de modo que la de The Mandalorian es la primera ocasión en que Mos Pelgo se nos muestra en la saga cinematográfica. Peli Motto, además, menciona Mos Espa, el asentamiento donde Qui-Gon Jinn (Liam Neeson) y Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) se tropieza con el pequeño Anakin Skywalker (Jake Lloyd) en La amenaza fantasma. Y vemos corretear por el desierto a las ratas womp de Tatooine a las que se refiere Luke Skywalker (Mark Hamill) en Una nueva esperanza y a las que se ha nombrado en The Mandalorian.
El personaje de Cobb Vanth (Timothy Olyphant) es uno de la novela canónica Aftermath (2015), escrita Chuck Wendig, la armadura que viste, la de Boba Fett; su aerodeslizador parece construido a partir de un motor de carreras de vainas como el de Anakin en La amenaza fantasma, y contemplamos el estallido de la segunda Estrella de la Muerte que se produce al final de El retorno del Jedi en el flashback de su relato, el deslizador del Colectivo Minero, con un dibujo de Boba Fett, es como el que tienen los tíos de Luke en Una nueva esperanza; y los cristales de sílice en el interior del camtono que roba se introducen en otra novela de Wendig: Aftermath: Empire’s End (2017).
El dragón krayt explica el esqueleto de un animal enorme junto al que pasa R2-D2 en Tatooine durante Una nueva esperanza, una escena posterior de Obi-Wan (Alec Guinness) y lo que cuenta el mismo Jedi en la dramatización radiofónica del filme elaborada en 1981. Por otro lado, de la perla grande que extraen de él los moradores de las arenas —a cuyos perros, los massiffs, vimos en El ataque de los clones (Lucas, 2002)—, se habla primero en la novela Darksaber (Kevin J. Anderson, 1995); y ya sabíamos del agujero de sarlacc en el que mora tras comerse a tal criatura porque Boba Fett (Jeremy Bulloch) cayó dentro de uno en El retorno del Jedi. Y el cazarrecompensas resurge en The Mandalorian al final del episodio.
