ARM ha presentado oficialmente los Cortex-A78C, los nuevos diseños con los que la marca pretende ahondar su participación en el mercado de los ordenadores portátiles. La idea con este chip es un paso más allá (en lo que a potencia se refiere) del Cortex-A78 que la marca destina a smartphones.

Las mejoras respecto a la versión A78 pensada para smartphones son notables, aunque cuentan con varias similitudes. Entre esas semejanzas se incluye la compatibilidad con la GPU Mali-G78.

ARM también quiere abrirse un hueco en los ordenadores portátiles

ARM - CORTEX-A78C
ARM - CORTEX-A78C

El procesador Cortex-A78C es una declaración de intenciones por parte de la compañía. ARM, al igual que Apple, también quiere competir en un escenario fuera de los terminales móviles y abarcar un campo más específico como son los ordenadores portátiles profesionales gracias a su sistema escalable.
 
Para poder conseguir este objetivo, el diseño del chip ofrece versiones con hasta ocho núcleos y una memoria de caché L3 con hasta 8 MB. Todo ello en un proceso de 5 nanómetros con el que ARM aspira a convertirse en la mejor opción para tareas de alto rendimiento.

ARM - Cortex-A78C
ARM - Cortex-A78C

La propuesta de ARM está pensada para impulsar una nueva generación de ordenadores siempre activos, los cuales no se apagan con tanta frecuencia y, como un iPad, están siempre en reposo. Esta nueva apuesta, eso sí, no es tan eficiente energéticamente como su versión para smartphone. Aun así, la compañía promete una autonomía generosa gracias a la eficiencia energética de su arquitectura.

Todavía no hay una fecha concreta para su llegada al mercado. No obstante, es posible que en 2021 veamos los primeros silicios basados en el diseño del Cortex-A78C. De esta forma, la solución de ARM no se alejaría mucho de otras propuestas que llegarán al mercado próximamente, como Apple Silicon, que debutará oficialmente el próximo 10 de noviembre.

Mientras tanto, ARM sigue inmersa en el proceso de compra por parte de Nvidia, quien anunció la adquisición el pasado mes de septiembre. La operación, antes de completarse, tendrá que recibir el visto bueno de los diferentes organismos reguladores, incluyendo los europeos, los chinos y los estadounidense.