Los animales también se drogan o se emborrachan. Esto no es algo nuevo. De hecho, se sabe desde hace mucho tiempo. Ya sea accidental o voluntariamente, se ha visto a delfines dando mordisquitos a peces globo en la cantidad suficiente para pasarlo bien sin morir en el intento. También se han observado canguros corriendo como locos por los campos de amapolas australianos y elefantes moviéndose de forma errática tras consumir frutas fermentadas. Ahora, la imagen de una ardilla borracha también se ha hecho viral. ¿Pero por qué ocurren realmente estos fenómenos?

Una ardilla borracha famosa en internet

El vídeo de la ardilla borracha se ha hecho viral después de que una mujer llamada Kathleen Morlok grabara al animal en su jardín.

Según ha explicado después, había dejado fuera de casa unas peras que habían terminado fermentando. La ardilla corrió a comerlas, sin saber que parte del azúcar de la fruta se había transformado en etanol, como el de las uvas para dar lugar al vino. El resultado no dista mucho del de muchos humanos después de una noche de fiesta.

Se la ve comiendo de uno de los comederos dispuestos por Morlok en la casa, a la vez que lucha por mantenerse despierta.

Afortunadamente, la autora el vídeo ha asegurado que en los días posteriores volvió a comer a su jardín y parecía gozar de buena salud.

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Todo depende del animal

A veces cuesta creer que un animal pueda emborracharse solo con tomar una fruta fermentada. De hecho, es especialmente llamativo con los elefantes, por sus grandes dimensiones. No obstante, en un estudio publicado el pasado mes de abril, se demuestra que depende más bien de la capacidad del animal en cuestión para metabolizar el alcohol. Los seres humanos contamos con un gen heredado de los grandes simios africanos que nos ayuda a hacerlo con gran eficacia. Nadie lo diría al ver los efectos del alcohol sobre algunas personas, pero lo cierto es que sin esa variante genética las borracheras serían mucho peores.

Otras especies, como los elefantes, no cuentan con ella. Por eso les afecta tanto. En su día este estudio tuvo en cuenta varias especies, pero las ardillas no estaban entre ellas. De cualquier modo, basta con ver las imágenes virales de la ardilla borracha para comprender que no toleran demasiado bien el alcohol. Al menos sabemos que está bien. Eso sí, si la resaca ha sido proporcional a la borrachera, debió pasarlo muy mal al día siguiente de los hechos.