Huawei aún confía en poder devolver las aguas, en lo que a su relación con Estados Unidos se refiere, a su cauce en algún momento. La tecnológica china reclama este miércoles que la Administración que dirige Donald Trump recule en su constante ataque a la empresa y conceda ciertas cesiones que permitan a la misma seguir operando con normalidad.
El estrangulamiento de suministros por parte del Gobierno norteamericano, que se extiende sin un fin próximo a la vista, ha dejado a la marca sin la posibilidad de incluir los servicios de Google en el sistema operativo de sus smartphones. Más recientemente, también cortaba la posibilidad de la empresa para poder seguir desarrollando sus propios chips. Con los principales fabricantes del panorama internacional viéndose obligados a dar la espalda a Huawei tras los vetos impuestos, el tiempo se va agotando para la gigante asiática.
"Estados Unidos ha modificado sus sanciones por tercera vez y eso ha traído grandes desafíos a nuestra producción y operaciones", ha expresado el presidente de Huawei, Guo Ping, según recoge la agencia Reuters. Una situación que podría significar que la empresa quedase fuera del negocio de los dispositivos móviles en un futuro no tan lejano.
Qualcomm, ¿clave en el futuro de Huawei?
En un contexto donde la producción de componentes no se presenta nada halagüeña para Huawei, una solución inesperada podría abrirse camino: comenzar a hacer uso de los procesadores de Qualcomm. La chipera de San Diego ha presionado recientemente para hacer realidad esta situación, y desde la empresa ubicada en China lo verían con menos ojos.
"Esperamos que el gobierno de EE.UU. pueda reconsiderar su política y, si el gobierno lo permite, todavía estamos dispuestos a comprar productos de empresas de EE.UU.", remarcaba Ping, hablando del asunto. Así, los smartphones de Huawei podrían sustituir sus chips propietarios por los de la firma californiana.
A pesar de ello, nada parece indicar que se vaya a alcanzar un acuerdo próximo en relación a esta materia. Huawei continúa sin ganarse el favor de cuerpo administrativo de Trump, quien se encuentra envuelto de manera plena en las elecciones presidenciales a la Casa Blanca, previstas para este próximo mes de noviembre.