Incluso las personas más activas sexualmente pueden mostrar recelo a recuperar su actividad sexual después de un infarto. Son muchos sus beneficios conocidos, al poder compararse con un ejercicio aeróbico. Sin embargo, precisamente por esa razón quienes han tenido un ataque al corazón pueden tener miedo de que volver demasiado pronto a hacerlo pueda repercutir negativamente sobre su salud.

Con el fin de dar respuesta a esta cuestión, un equipo de científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, ha llevado a cabo un estudio, publicado hoy en European Journal of Preventive Cardiology, que analiza cómo influye la vuelta a la actividad sexual en la probabilidad de morir en los 20 años posteriores al infarto. Aunque cuenta con ciertas limitaciones y debería estudiarse más a fondo, sus resultados pueden tranquilizar mucho a los pacientes que se encuentren en este dilema.

¿Cuándo se debe recuperar la actividad sexual después de un infarto?

Lógicamente, cada caso es diferente, por lo que será el cardiólogo que atiende al paciente el que tenga más información para saber si este está preparado para recuperar su actividad sexual después de un infarto.

Sin embargo, incluso con el “permiso” del médico muchas personas temen hacerlo. Pero no tendrían por qué, al menos en base a esta nueva investigación.

Se trata de un estudio observacional, en el que se tienen en cuenta los datos de 495 personas. Todas ellas tuvieron un infarto entre 1992 y 1993, cuando contaban menos de 65 años de edad.

Cada uno de estos participantes tuvo que contestar una serie de preguntas sobre su actividad sexual, tanto en el año previo a su ataque al corazón como entre 3 y 6 meses después. El objetivo era ver cómo influía esto en su supervivencia, por lo que se hizo un seguimiento de ellos en las dos décadas siguientes. A los 22 años del infarto, habían muerto 211 participantes, lo cual supone un 43%. Las causas eran muy diversas y no todas estaban relacionadas con patologías cardíacas. Esto es algo que se tuvo en cuenta, del mismo modo que se contemplaron otros factores que pudieran influir en la mortalidad, incluyendo el nivel socioeconómico, la depresión, la actividad física, la obesidad, la autoevaluación de la salud y la gravedad del ataque cardíaco por el que se incluyeron en el estudio.

Al agruparlos por estas características, de modo que no influyeran en el resultado, se comprobó que aquellos que mantuvieron o aumentaron la frecuencia de su actividad sexual en los seis meses posteriores al infarto se relacionaban con una mortalidad un 35% más baja que la de quienes se abstuvieron o redujeron mucho sus encuentros.

Limitaciones del estudio

El 90% de los participantes en este estudio eran hombres. Por eso, los propios autores reconocen que los resultados sobre los efectos de la actividad sexual después de un infarto no podrían extrapolarse fácilmente a mujeres o personas mayores de 65 años.

Además, al ser un estudio observacional, no se pueden establecer las causas, aunque sí es posible señalar algunas teorías.

Por un lado, estarían los beneficios que aporta a nivel cardíaco el ejercicio físico mantenido. Por otro, los beneficios a nivel anímico serían positivos para recuperarse de las lesiones que pudiera haber acarreado el ataque.

Cabe destacar que las personas que, aun habiendo superado el ataque, sientan su salud muy deteriorada, estarían menos dispuestas al sexo, de modo que habría una correlación entre quienes recaen y quienes no vuelven a tener actividad sexual después de un infarto. Esto incluso podría explicar la alta tasa de casos de cáncer en quienes no tienen relaciones después de su accidente cardíaco. Al encontrarse mal, podrían no estar dispuestos a someterse a los cribados para la detección de estas enfermedades.

Por lo tanto, sí que hay bastantes limitaciones en el estudio. No obstante, los resultados son suficientemente contundentes para que, en caso de tener la aprobación del cardiólogo, las personas que se acaben de recuperar de un infarto vuelvan cuanto antes a su actividad sexual anterior. Al fin y al cabo, el sexo es salud y este es un buen ejemplo de ello.