Hace un par de años, Isabel tenía que acudir cada dos o tres meses a un hospital de Castilla y León para recoger su medicación. Tiene una enfermedad autoinmune que la convierte en población de riesgo en medio de la pandemia del coronavirus. Cuando se declaró el estado de alarma, su médico la llamó para decirle que tenía que evitar todo lo posible acudir físicamente al hospital. Días después, llegó la medicación a casa de Isabel. "Me sorprendió mucho, no sabía que eso fuera posible. No sé si lo seguirán haciendo cuando acabe todo esto, pero me gustaría". Al igual que este centro médico, muchos otros en España han tenido que desarrollar rápidamente un servicio de home delivery en las farmacias hospitalarias.

El objetivo es minimizar los riesgos. Una visita al hospital que no sea indispensable puede poner en riesgo la vida del paciente. Por ello, muchos centros han empezado a poner en marcha plataformas digitales para poder realizar consultas a través de videollamada. La crisis del coronavirus ha sido, en muchos casos, el impulso que necesitaba la telemedicina. El siguiente paso es la telefarmacia.

Una gran parte del sector se ha ido preparando para la unión de la tecnología y los servicios farmacéuticos en los últimos años, aunque nadie esperaba que este cambio iba a llegar de una manera tan abrupta. Ramón Morillo, impulsor del Mapa de Atención Farmacéutica al Paciente Externo (Mapex) de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) explicó a Hipertextual que la telefarmacia debe entenderse como una actividad complementaria al tratamiento de manera presencial.

"Antes de que el paciente tenga la medicación en sus manos, ha debido ocurrir una teleconsulta. Es clave poder hacer un seguimiento, informar a los pacientes, coordinar la asistencia poder entregar de manera informada los medicamentos".

El primer contacto con el 'home delivery'

El home delivery es uno de los pasos dentro de la telefarmacia y, a pesar de las iniciativas en marcha, muchos hospitales han tenido que improvisar las herramientas por la repentina pandemia. En otros casos, sin embargo, solamente han tenido que poner en marcha lo que ya habían practicado anteriormente. Es el caso del Servicio de Farmacia del Hospital de Fuenlabrada, que inició un programa piloto de home delivery para hacer envíos a domicilio antes de que las autoridades sanitarias recomendaran esta práctica.

El llamado Proyecto Géminis, que se realizó con Sandoz y Logista Pharma, "dio respuesta a las necesidades de 1.700 pacientes entre marzo y mayo", dijo Mario García, jefe del servicio, en el webinar titulado "El futuro de la Atención Farmacéutica Hospitalaria: aprendizajes y oportunidades de la nueva normalidad". El proyecto incluye una consulta telefónica y, además, se desarrolló una app que brinda información sobre la administración del medicamento.

Este tipo de seguimientos son el punto clave, a pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer. "La labor del farmacéutico es mucho más que entregar una caja de pastillas, tiene la labor de verificar que el paciente toma correctamente la medicación, que no hay olvido y que hay una adherencia", subrayó María Ángeles Medina, vocal de la Asociación de Salud Digital (ASD). En estos momentos hay muchas aplicaciones disponibles que permiten hacer un seguimiento de los pacientes, aunque Medina añadió que estas plataformas hay que complementarlas con trabajo humano.

"La visita presencial en las farmacias permite que haya un control mayor. Una de cada equis visitas puede ser presencial para llevar un seguimiento con el especialista, no todo se puede automatizar".

La ley, ese gran escollo para el home delivery

'Home delivery' en farmacias
Jesse Ramirez / Unsplash

Pero los retos van más allá y entrañan el ámbito legal. Carlos Mateos, vicepresidente de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) dijo para Hipertextual que el principal escollo del home delivery en las farmacias es que la ley establece que el único canal autorizado para dispensar medicamentos es la farmacia. Además, no ayuda el hecho de que en España hay 17 posibles regulaciones diferentes. "Algunas comunidades han legislado amparándose en que se trata de distribución, no venta de medicamentos. Pero hasta que no haya un criterio uniforme para detallar todos los requisitos para el home delivery de farmacia de hospital y comunitaria seguirá habiendo vacío legal".

Castilla y León aprobó en marzo el plan de carácter excepcional para la entrega a domicilio de los medicamentos que normalmente se entregaban en los centros médicos de la comunidad. En total, se calculó que a esta medida se acogen más de 40.000 pacientes, a los que se les llama antes por teléfono para acordar la fecha y hora de la entrega.

A su vez, en el decreto de nueva normalidad aprobado por el Gobierno también se hace referencia al home delivery en las farmacias hospitalarias. En concreto, se establece que, de manera coyuntural, "se mantienen las medidas que permiten acercar la medicación al paciente en el ámbito de la Farmacia Hospitalaria". Por el momento no se han dado detalles de cómo pueden afectar estas iniciativas cuando la situación sanitaria no se considere excepcional.

Poca tecnología, poca financiación

Por otro lado, Ramón Morillo destacó la importancia de definir criterios homogéneos para aquellos pacientes que puedan beneficiarse con la telefarmacia que, remarcó, no son todos. Los retos se explican por una falta de regulación específica pero, a la vez, el desconocimiento puede provocar en muchos casos que se logre hacer la presión necesaria para impulsar una ley. El clásico pez que se muerde la cola.

"No tenemos los recursos tecnológicos en todos los centros para poder hacer telefarmacia de manera adecuada ni recursos humanos porque esto no nos quita trabajo, nos da mucho más", explicó Morillo. Añadió que todavía no hay financiación generalizada para cubrir las necesidades que supone esta nueva actividad.

La pandemia del coronavirus ha provocado que se aligeren muchas iniciativas y se pongan en práctica, aunque muchos enfermos tienen la duda de qué pasará cuando todo esto acabe. Isabel espera que le sigan enviando la medicación a su casa, aunque la pandemia esté controlada. "Le he cogido mucho miedo a ir al hospital. Aunque ya no haya contagios, preferiría no tener que ir. No sabemos si el virus puede volver".

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