China desestimó un estudio de la Universidad de Harvard que sugería que el coronavirus se propagó en agosto de 2019. Según reporta Reuters, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China calificó de "increiblemente ridículo" el estudio por basarse en observaciones superficiales.

La investigación de la Universidad de Harvard utilizó imágenes satelitales de los hospitales de Wuhan, para medir el tráfico de los estacionamientos. Los científicos también usaron datos de motores de búsqueda en donde analizaron palabras relacionadas con los síntomas de la COVID-19.

De acuerdo con los resultados, en agosto se identificó un aumento en las búsquedas en línea de "diarrea" y "tos". También se visualizó un incremento en la ocupación de los estacionamientos de hospitales de Wuhan.

Los autores de este estudio dicen que la evidencia respalda otro trabajo reciente que asegura que la epidemia comenzó antes de lo reportado. A pesar de eso, los datos no son suficientes para confirmar las sospechas

"Es increíblemente ridículo llegar a esa conclusión"

Coronavirus y censura en China
Imagen: Andrea Ucini | The Economist

El gobierno chino considera que es ridículo llegar a una conclusión basándose en datos superficiales como el volumen de tráfico. Un posible brote del coronavirus en agosto suena un tanto extraño, sobre todo si consideramos el flujo de personas que existe en China. Algunos investigadores consideran novedoso el estudio de la Universidad de Harvard, aunque dudan que los lleve muy lejos.

Paul Digard, experto en virología de la Universidad de Edimburgo cataloga de interesante usar datos de motores de búsquedas e imágenes satelitales. Esto dota de cierta validez al estudio, aunque no es suficiente.

Por otro lado, Eric Topol, director del Centro de Investigación Scripps, aseguró que el método de investigación no está validado y es muy indirecto e impreciso.

El coronavirus ya forma parte de la guerra entre Estados Unidos y China. En marzo, un diplomático del país asiático declaró que el ejército de EE.UU. llevó el virus a China. Semanas más tarde, funcionarios de inteligencia estadounidenses estudiaron la posibilidad de que el SARS-CoV-2 se hubiese originado en un laboratorio chino.

Contrario a los alegatos entre ambos gobiernos, un caso interesante que causó conmoción fue el de Li Wenliang. El médico chino intentó advertir sobre el brote de coronavirus, sin embargo, la policía le advirtió que dejara de hacer comentarios falsos. Semanas más tarde Wenliang murió de COVID-19, desatando una oleada de críticas al gobierno chino por no actuar a tiempo para contener la pandemia.

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