El tema de las mascarillas se ha convertido en una cuestión esencial en esta "nueva normalidad". Hemos pasado de no tener ninguna disponible en los puntos de venta debido a la escasez a tener que disponer de alguna de fabricación propia. También se ha debatido sobre la necesidad o no de tener que llevarla y, por supuesto, sobre la efectividad de las mismas. Todo apunta a que en esta desescalada que debería llevarnos a la normalidad, en no sabemos cuánto tiempo, las mascarillas serán obligatorias.

No vamos a engañarnos, llevar mascarilla es ciertamente incómodo especialmente para un grueso de población que no está acostumbrado a llevarlas. Los que llevan gafas sufren el efecto de la humedad con sus gafas empañadas, aquellos con poca nariz no pueden enganchar bien la mascarilla y los que tienen una cara más estrecha o la cabeza pequeña no pueden taparse bien la boca. Y si todo esto no fuera suficiente, siempre nos quedará la duda de si son realmente efectivas contra el coronavirus. Y advertencia, ninguna lo es, pero cualquier método que evite que contagiemos a otros en la medida de lo posible es bien recibido.

Ahora bien, no todo está perdido para aquellos que tienen problemas para colocarse correctamente el nuevo accesorio de moda y para esos que no tengan modelos de mascarilla adecuados para el coronavirus. Entre todos los ingenios que se han llevado a cabo en el sector de las mascarillas estos días, hay uno que ha nacido en el seno de la Universidad Northeastern que lo tiene todo para triunfar: es sencillo, con lo que cualquiera puede hacerlo en casa, y barato.

Mascarilla
Imagen: Estudio de la Universidad Northeastern

Dos ingenieros de la universidad de Estados Unidos han recurrido a unas medias de nylon para hacer efectivas, al menos en teoría, las mascarillas caseras con las que nos vamos a mover estos días. El estudio de los investigadores aún tiene que pasar por su consecuente revisión por pares para contar con el visto bueno de la comunidad científica.

La idea del equipo es cortar un tramo de las medias, lo suficiente como para tapar desde el cuello hasta la nariz (entre 8 y 10 centímetros), y colocarlo encima de nuestra mascarilla. Según sus investigaciones, al juntar este tejido con cualquier otro, se puede aislar hasta un 75% de los agentes externos –lo que equivaldría a las mascarillas quirúrjicas–. Si la media de la pusiésemos a este tipo de protección, tendríamos un aislamiento del 95% según sus datos al contar con dos sistemas de filtrado del aire.

A la espera de conocer los resultados de su revisión, lo que sí es cierto es que este remedio casero sí que ayuda a que la mascarilla no se mueva de su sitio, que ya es algo.

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