El rinoceronte negro es uno de los trofeos más preciados para los cazadores furtivos. Las supuestas propiedades milagrosas de su cuerno le confieren un gran valor en el mercado negro, a pesar de que, por supuesto, no hay ninguna evidencia científica detrás de ellas.

Si a esto le sumamos que son animales prácticamente ciegos, les convierte en un objetivo valioso y fácil de conseguir. No es extraño que, por eso, se encuentren clasificados como especie en peligro crítico de extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Pero no está todo perdido. Dentro de lo malo, su población está creciendo poco a poco. Son muchos los motivos que están llevando a esta gran noticia, desde los esfuerzos de conservación y control de caza que se están llevando a cabo hasta el papel de un simpático pájaro, que hace las veces de lazarillo, “avisando” a los rinocerontes cuando se acerca un peligro. Furtivos incluidos, por supuesto.

El lazarillo sudafricano

Un equipo internacional de científicos ha publicado recientemente en Current Biology un estudio sobre el papel del pico rojo (Buphagus erythrorynchus) en la protección del rinoceronte negro. No es extraño que su nombre swahili sea Askari wa kifaru (guardián el rinoceronte en español); pues, sin él, posiblemente esta especie estaría mucho más cerca de la extinción.

Es muy habitual ver a estos pájaros posados sobre los lomos de los rinocerontes. Se sabe que lo hacen para alimentarse de garrapatas, gusanos y otros parásitos, de modo que les libran de tal incordio a la vez que se nutren sin esfuerzo. Pero no solo les protegen de muchos picores y alguna que otra enfermedad, también salvan sus vidas, alertándoles del peligro que ellos, dada su corta vista, no pueden ver.

Lo descubrieron los autores de este trabajo, al seguir durante 27 meses a una población de rinocerontes en el parque de Hluhluwe-iMfolozi Park, en Sudáfrica. Se dedicaron a analizar las variaciones entre los ejemplares que solían cargar con un grupo de picos rojos a sus espaldas y los que, al contrario, viajaban “libres de equipaje”. Y, efectivamente, las había, pues los primeros lograron evadir a los humanos con un 40%-50% más de éxito que los otros.

Buenas noticias: el rinoceronte negro está un poco más lejos de la extinción

Esta vez no eran furtivos, sino los propios investigadores, pero el caso es que sabían cómo evitar a las personas. Comprobaron que, hasta una distancia de 9 metros, la llamada de estos pájaros lazarillos hacía que no se posicionaran en la dirección hacia la que se encontraban las personas, pero sí de cara al viento, para poder detectar el olor de posibles amenazas. Cabe decir que, debido a sus carencias visuales, son animales con un sentido del olfato y del oído muy bien desarrollado, por lo que, una vez avisados por sus guardianes, ponen en marcha estos dos “superpoderes” para huir a tiempo.

Dados los resultados del estudio, sus autores consideran que, aparte de reforzar las medidas de conservación del rinoceronte negro, se debe hacer lo propio con el pico rojo, pues es una pieza clave en la supervivencia de la especie. Además, apuntan a que podría ser interesante reintroducir en su hábitat una población mayor de estas aves. En la guerra contra los furtivos, no todos los soldados son humanos. Un simple pájaro puede ayudar a ganar muchas batallas.

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