Todavía no sabemos lo suficiente del efecto placebo. Sí sabemos, por ejemplo, que nuestro cuerpo responde ante una píldora de azúcar como si pensara que ha tomado una medicación de verdad si es lo que se le hace creer a esa persona. Sin embargo, cómo funciona sigue siendo todo un misterio.

El efecto placebo se ha probado en distintos escenarios medicinales y, ahora, un nuevo estudio publicado el pasado mes de marzo en Phychopharmacology parece demostrar que puede alterar la mente incluso si uno cree que ha tomado sustencias psicodélicas, según ha publicado Science Alert.

Investigadores de la Universidad McGill en Canadá diseñaron, aparentemente, un estudio con la idea de examinar los efectos de una droga -conocida como iprocina- afectaba en la creatividad de las personas. La investigación reunió a 33 personas para participar en una fiesta al más puro estilo de los 60: en las paredes colgaban obras de arte psicodélicas y toda la estancia se iluminó con las características luces de estas fiestas. También se pusieron esterillas por el suelo, se repartió comida y se proyectó una película mientras un DJ tocaba música ambiental.

El escenario parecía perfecto para una noche en la que repartir iprocina, una droga sintética real. De hecho, durante la velada se vio a varios participantes tropezando debido a la droga mientras los investigadores se paseaban con sus batas blancas, estudiando cómo iba el experimento. ¿El problema?

Todos los asistentes tomaron placebo. De hecho, aquellos participantes que parecían más torpes debido al consumo de drogas, eran actores pagados. El experimento se ideó para descubrir si era posible provocar experiencias psicodélicas a partir del poder de la sugestión y de unas pastilla de azúcar (placebo). Y, por lo visto en el experimento, sí, es posible.

El 61% de los participantes dijeron a los investigadores haber sentido algún efecto de la droga, incluidos mareos, cambios de colores en las pinturas, sensación de estar relajado, risas, náuseas y, también, se agudizaron sus sentidos. Para la mayoría de los participantes, la droga que habían tomado era la responsable de esas sensaciones.

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No obstante, un 39% de los paticipantes dijeron no sentir nada fuera de lo común. "Pero el hecho de que tantas personas fueron engañadas al pensar que estaban drogadas con una sustancia psicodélica es notable, dicen los investigadores", tal y como recoge Science Alert.

El grupo de investigadores quería explorar un fenómeno en particular que ha sido poco estudiado: los subidones de contacto. Es decir, hay personas que dicen sentir los efectos de las drogas después de estar cerca de personas drogadas, aunque no las hayan consumido: "Al igual que los efectos placebo, estos niveles altos pueden ser el resultado del condicionamiento clásico, así como del entorno físico y social", cuentan los investigadores. Y justamente esto era lo que querían investigar.

Ahora tienen un objetivo muy claro, ya que se está empezando a investigar el efecto de las drogas psicodélicas con fines terapéuticos y estos investigadores creen que el efecto placebo podría beneficiar a los pacientes: "Con el reciente resurgimiento de la terapia psicodélica para trastornos como la depresión y la ansiedad, los médicos pueden aprovechar estos factores contextuales para obtener experiencias terapéuticas similares a partir de dosis más bajas, lo que mejoraría aún más la seguridad de las drogas".

No obstante, serán necesarios más estudios sobre la potencia del efecto placebo, ya que con una muestra tan pequeña todavía no se puede afirmar nada. Pero, por el momento, promete.

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