Los universos expandidos en el cine gustan a los espectadores si se hacen bien, al tiempo que generan críticas sobre el conservadurismo creativo de Hollywood por su falta de predisposición a arriesgar con propuestas más novedosas, en vez de centrarse en sagas y remakes. Y, después de dos temporadas de la serie Altered Carbon** (Laeta Kalogridis, desde 2018), la primera más ambiciosa que la segunda, Netflix lanzó una película animada para expandir un poco más su historia: Altered Carbon: Reenfundados (Takeru Nakajima y Yoshiyuki Okada, 2020), en la que vuelve la verdadera rudeza de Takeshi Kovacs.
En la temporada dos, este personaje protagonista (Anthony Mackie) busca en el mundo de Harlan a Hideki Tanaseda (James Saito), jefe de uno de los clanes de la yakuza y su contacto más poderoso. Este le explica a su bisnieto Yukito (Sen Mitsuji) que Takeshi, al que conoce desde hace centurias, realizó un trabajo para él tras la caída de la resistencia encabezada por la desaparecida Quellcrist Falconer (Renée Elise Goldsberry) contra el sistema de los inmortales meths, y que, pese a las torturas del Protectorado, nunca le traicionó mencionándole siquiera. Pero no fue el único trabajo de Takeshi para el líder del clan.
Esto es lo que nos narra Reenfundados, cuya intriga se sitúa unos tres siglos antes de la temporada dos, con el personaje protagonista en Latimer durante sus indagaciones sobre la muerte del hermano de Hideki** dentro del clan Mizumoto, la primera encomienda suya para Takeshi a cambio de que haga valer su influencia para borrar los registros del mismo en el mundo de Harlan. De modo que, si esta película de animación se conecta con la temporada uno de Altered Carbon por sus revelaciones sobre Reileen Kawahara (Dichen Lachman), la hermana de Takeshi, a la segunda la une el la relación laboral de este con Hideki Tanaseda. Así de sencillo.