El yacimiento Cueva Victoria, en Cartagena (Murcia), es el único sitio de toda Europa con restos del babuino fósil _Theropithecus oswaldi_, de unos cuatro millones de años de antigüedad y que surgió en África oriental. A partir de los únicos restos fósiles de este primate en Europa, se ha analizado por primera vez su dieta.

El estudio, publicado en la revista _Journal of Human Evolution_, se ha realizado gracias al análisis del patrón de microdesgaste bucal de los dientes por la ingesta de alimentos. Los resultados muestran diferencias en el patrón alimentario de esta especie con _Theropithecus gelada_, la especie de babuino actual más próxima, que se alimenta de hierbas y tallos tiernos al norte de Etiopía.

Los especímenes de T. oswaldi de Cueva Victoria debían de tener “una dieta más abrasiva que los actuales T. gelada, y más similar a la dieta durófaga (alimentos duros) de otros primates, como los mangabeys (Cercocebus sp.) y los mandriles (Mandrillys sphinx), que ingieren frutos y semillas, algunos de ellos de cubiertas duras, en ecosistemas boscosos y semiabiertos”, detalla Laura Martínez, profesora del departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Universidad de Barcelona y primera autora del estudio.

Otros estudios más recientes basados en la observación de los T. gelada de la región de Guassa, también en Etiopía, describen una dieta más diversa, con presencia de rizomas y tubérculos a lo largo de la estación más desfavorable.

“La diferencia encontrada entre los individuos de T. oswaldi y T. gelada –continúa la investigadora– indica que la especialización observada en los actuales babuinos podría ser una especialización derivada que no existía en los fósiles de su linaje. Ello podría responder a una regresión en su nicho ecológico como adaptación a ecosistemas alterados antrópicamente o a consecuencia del cambio climático”.

El estudio se enmarca dentro del _Paleobaboon Research Project_, que analiza las adaptaciones dentales y craneales de los primates de la tribu papionini como modelo análogo a la evolución del linaje hominini, con los que compartieron un espacio geográfico común en dataciones similares

El género Theropithecus se expandió más allá del desierto del Sáhara, desde el este hacia el norte y el sur del continente africano. Su linaje evolutivo, presente también en algunas áreas geográficas de Europa y Asia, llegó al límite de la desaparición hace unos 500.000 años. En la actualidad, solo estaría representado por la especie Theropithecus gelada.

Yacimiento Cueva Victoria en Cartagena, donde se han encontrado los restos fósiles del babuino. / UB

El único hallazgo en Europa

En 1990, la campaña de excavación dirigida por el paleontólogo Josep Gibert encontró en Cueva Victoria (Cartagena) el primer resto fósil, un diente, de Theropithecus oswaldi. Esta cueva cárstica –una antigua mina de manganeso– ha aportado restos fósiles de cerca de un centenar de especies de vertebrados y es uno de los pocos yacimientos europeos del Pleistoceno inferior que contiene restos de la especie humana.

Fuera del continente africano, el registro fósil del babuino es muy escaso y solo se han encontrado otros restos en Ubeidiya (Israel) y en Minzapur (India). Las nuevas evidencias fósiles de T. oswaldi –de entre 900.000 y 850.000 años de antigüedad– fueron recuperadas por un equipo del departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la UB.

La presencia de este cercopiteco africano en el sureste de la península ibérica refuerza la hipótesis de los modelos de dispersión de la fauna del continente africano en Europa durante el Pleistoceno a través del estrecho de Gibraltar.

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