El segmento de gama media comienza a recibir a sus primeros contendientes en 2020, y entre ellos está el Samsung Galaxy A51, una de las nuevas apuesta de la marca surcorena para continuar revitalizando este apartado. Habiendo dado con la tecla adecuada, este terminal es una evolución del muy vendido Galaxy A50, lo cual no es óbice para que llegue libre de cambios y novedades interesantes. Tras cosechar un notable éxito en 2019 con su nueva línea de terminales Galaxy A, Samsung vuelve a la carga con los respectivos sucesores de los anteriormente lanzados, repitiendo una estrategia que se ha probado acertada en términos de ventas. La tarea ahora es clara: continuar ampliando su número de clientes y competir contra la mucha y muy variada oferta existente en el exigente segmento de la parte media del mercado.

Ahora bien, ser suficiente ya no basta para convencer a un respetable que se ve apabullado ante la infinidad de posibilidades que llegan el territorio asiático, por eso Samsung ha hecho un ejercicio de restiling con este Galaxy A51 que, aunque ligero, es notorio y apreciable frente al previo Galaxy A50.

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La apuesta continúa siendo la misma que la aplicada en los meses anteriores, que no es otra que la de llevar características altamente llamativas –algunas, incluso, antes que a sus buques insignia– a estos smartphones más económicos, envolviéndolos también en una estética y colores enfocados de manera especial a un público joven. Con ello, Samsung busca encontrar el ansiado equilibrio entre calidad y precio del que presumen sus contendientes chinos y que se ha convertido en el referente del público a la hora de valorar un smartphone.

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Samsung Galaxy A51: un formato conocido

Como ya se ha venido dando en anteriores ocasiones, el esfuerzo realizado por Samsung a la hora de otorgar a este terminal un gran aspecto es notable, a pesar de que los materiales utilizados –la trasera es de plástico, por ejemplo– no se ubican entre los más premium del momento. El resultado es un dispositivo agradable en términos estéticos y cómodo de sujetar una vez en mano, ligero y manejable pese a sus dimensiones.

En su parte delantera encontramos un frontal totalmente despejado, con apenas una perforación para incluir la cámara frontal (que hace las veces de método de desbloqueo, a pesar de no ser tan efectivo como un sensor 3D) y quedando casi la totalidad de su superficie para su pantalla Super AMOLED de 6,5 pulgadas. Bajo la misma se encuentra también el lector de huellas dactilares, un clásico de esta gama y que, lamentablemente, parece haber mejorado poco o nada respecto a generaciones anteriores, siendo sensiblemente más lento y errático que el de buena parte de terminales de la competencia.

Samsung Galaxy A51

Y es una pena que así sea, pues el resultado es el de contar con **dos métodos principales de desbloqueo –reconocimiento facial y huellas– que no funcionan a la perfección en uno de los cometidos más básicos del día a día con un smartphone, como es el acceso al mismo. Idealmente, uno complementaría al otro según qué situación, pero en la práctica no siempre es así.

En su parte inferior se halla un conector USB de tipo C, a través del cual se podrá rellenar la batería del terminal con una capacidad de carga rápida de 15W. Junto a él, y aunque cada vez sean más los fabricantes que presiden de ello, también se halla un conector jack de auriculares de 3,5 milímetros.

Su parte trasera queda limpia de obstáculos, a excepción de un gran módulo fotográfico rectangular. Es aquí es donde Samsung cumple con una de las grandes promesas de la gama Galaxy A, junto con la gran pantalla, que no es otra que la de llevar la versatilidad fotográfica** a unos terminales enfocados al gran público. Con una apariencia que apunta a ser constante a lo largo de todos los smartphones de la marca a lo largo de 2020, la vista se desplaza de manera irremediablemente hacia este punto.

Cinco propuestas, pero sin zoom óptico

Encontramos en la zona posterior cuatro lentes, con una principal de 48 megapíxeles, un gran angular, una dedicada a las tomas macro y un sensor de profundidad que ayudará a recoger detalle en las imágenes con modo retrato. Opciones que ofrecen un amplio abanico de posibilidades de disparo que se adaptan a las diferentes situaciones que uno pueda encontrar en el día a día.

Samsung Galaxy A51

No existe, eso sí, zoom óptico de tipo alguno, que tanto Samsung como otros fabricantes parecen haber llegado al consenso de que resulta menos atractivo en gama media que el resto de soluciones.

A la hora de hacer fotos la experiencia en general es buena y las imágenes son correctas en la mayoría de las situaciones; con bastante detalle, controlando bien la luz, con unos colores más o menos acertados en su conjunto. No varía el tratamiento característico que da Samsung a las fotografías, enfriando aquellos tonos más cálidos y reduciendo detalle en el caso de la piel de las personas, entre otros. Es la manera en la que la firma interpreta las imágenes y no es nuevo, pero en ocasiones se antoja demasiado artificial.

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Las escenas nocturnas o con pobre luminosidad suponen un reto mayor, como es natural, que se acentúa en el caso del gran angular, que recoge menos luz y eso se nota en los resultados. Aún así, el comportamiento es correcto y el HDR automático funciona muy bien incluso en escenas complicadas, activándose cuando es necesario y, consecuentemente, ofreciendo una imagen más correcta sin tener que efectuar para ello ninguna acción específica.

*Puedes ver estas y otras imágenes a tamaño completo en este álbum*.

En el cambio entre lentes se pueden apreciar también diferencias de color que rompen en cierta medida la experiencia uniforme que uno espera obtener en cualquier tipo de disparo. No obstante, el compendio del apartado fotográfico ofrece un balance positivo si lo que se busca es el contar con los citados variados modos de disparado con el dispositivo que uno lleva siempre consigo en el bolsillo.

Margen de mejora

El interior de teléfono esconde 4 GB de memoria RAM, 128 GB de almacenamiento interno, el procesador propietario Exynos 9611 y la capa de personalización One UI para moverlo todo. El trabajo realizado por Samsung en esta última a lo largo de los meses se nota y es una de las más cómodas, intuitivas de usar y agradables a la vista de las muchas que copan el mercado de terminales Android.

Junto con opciones como Always on Display para mostrar la hora y notificaciones siempre en pantalla o el modo nocturno integrado en el sistema, ambos sacando partido del panel AMOLED, el resultado es más que satisfactorio en el uso cotidiano.

Samsung Galaxy A51

Sin embargo, con el Galaxy A51 existe algo, presumiblemente en el software, que parece no conseguir efectuar su labor de la más correcta de las maneras. En el día a día de uso del terminal es frecuente encontrarse con "tirones", ralentización de las animaciones y sensación de lentitud en determinados momentos. No deja de ser curioso, pues no es algo que tenga lugar dentro de las aplicaciones, ni siquiera en aquellas más exigentes –como videojuegos, por ejemplo–, sino que suele ocurrir al salir de las mismas, al abrir la multitarea o al ejecutar acciones de manera rápida (con mayor evidencia si se utiliza el sistema de navegación por gestos en lugar de la clásica botonera virtual).

No es la primera vez que esto ocurre en un terminal recién lanzado y es plausible pensar que la empresa lo solucionará mediante una actualización futura. Si bien es un aspecto que no impedirá el uso normal del terminal, las transiciones poco fluidas empañan la sensación de velocidad y buen desempeño que todo nuevo smartphone debería ofrecer.

Samsung Galaxy A51

Otra cualidad notoria en un dispositivo notoriamente enfocado al consumo de contenido de toda condición, pero muy especialmente el audiovisual –ya sea jugar a Fortnite o ver *The Witcher* en Netflix–, es la ausencia de altavoces estéreo. El aprovechamiento de su gran pantalla habría sido mejor, creo, con esta cualidad añadida.

Por último, es obligado mencionar que los 4.000 mAh de batería con los que cuenta son suficientes para aguantar un día de uso estándar pero no dan para demasiados alardes extra. Si abusamos de la cámara, del GPS o de cualquier programa un poco exigente con la autonomía nos encontraremos con la necesidad de pasar por el enchufe antes de terminar el día.

Conclusión

Samsung está empujando por llevar características de lo más interesantes a su gama media y el Galaxy A51 es un claro ejemplo de los buenos resultados que pueden llegar a obtenerse bajo esta premisa. Queda por ver cómo se resuelve el asunto de la fricción en las animaciones, que es el principal aspecto que nos ha provocado verdaderos inconvenientes en la experiencia de uso.

Con una competencia que cada vez aprieta más, el Samsung Galaxy A51 es un contendiente que se moverá con soltura en el mercado a lo largo de todo 2020, especialmente a medida que el precio descienda y su atractivo aumente de cara al consumidor final.

Pros

  • Gran pantalla
  • Amplia versatilidad fotográfica
  • One UI

Contras

  • Errores de fluidez en las transiciones
  • Lector de huellas lento
  • Sin altavoces estéreo
  • 4 GB de RAM pueden ser insuficientes a largo plazo

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