Este artículo contiene spoilers de It: Capítulo 2.

Si It nos dejó un mensaje bien claro en 2017 es que todos tenemos miedo a algo. Sin embargo, no todos los temores de los protagonistas de esta historia tienen la misma relevancia o impacto en la audiencia. Mientras que a Bill lo atormenta la culpa por el asesinato de su hermano, a Mike la muerte de sus padres y a Beverly los insultos de sus compañeras y la relación abusiva con su padre, Richie es el único personaje que no tiene un miedo definido.

En la primera entrega, afirma que le asustan los payasos. Cuando van a la casa del pozo, le entra el pánico al encontrar un cartel anunciando su desaparición y un muñeco con su aspecto en un ataúd. Sin embargo, nada de esto es tan específico como los miedos de sus compañeros de aventura, lo que dejaba su arco de personaje colgando en comparación con los demás. En It: Capítulo 2, tenemos una visión más completa de sus temores, gracias a los flashbacks.

‘It: Capítulo 2’, una versión más triste y oscura de la primera entrega

En uno de ellos, vemos una escena en la que está con otro niño en los recreativos y nos dan a entender que Richie siente algo por él. Al momento, Henry Bowers y los demás matones aparecen y se burlan de él con insultos homófobos. Este episodio lo traumatiza bastante y nunca llega a salir del armario con sus amigos, lo que motiva a Pennywise en la secuela para ridiculizarle por su “sucio secretito”. Es más que notorio cómo Richie se esconde en el humor fácil y la ironía y, de hecho, en la novela llega a decir que se siente más cómodo haciendo imitaciones porque no está siendo él mismo.

La parte conflictiva de esta situación es que Richie nunca llega a contar ese secreto, nunca desmiente su heterosexualidad. Tampoco sabemos si es gay o bisexual, ya que la cinta no da más explicaciones y, según el libro, sabemos que ha mantenido relaciones estables con mujeres a lo largo de su vida. Mientras que sus amigos enfrentan y superan sus distintos miedos en ambas películas, la relación de Richie con su sexualidad se queda en un segundo plano y no hay un momento de catarsis en el que confronte la situación. La única referencia que nos hace pensar que se ha aceptado a sí mismo la tenemos al final del filme.

Cuando han derrotado a Pennywise, Richie vuelve al puente de los besos, donde había grabado sus iniciales junto a las de otra persona cuando era un adolescente. Solo entonces descubrimos que las letras que grabó eran “R + E”, Richie y Eddie. Es decir, que su amistad significó algo más, al menos para el niño de gafas. Con esta revelación entendemos mucho mejor la relación entre ambos chicos, incluso cuando se reencuentran, pero abre aún más polémica por la parte de Eddie.

La muerte de Eddie

En la secuela, Eddie tiene muchos problemas para superar sus miedos, más incluso que siendo niño. Maltratado psicológicamente por su madre y, ahora, por su mujer, Eddie se ha convertido en un adulto hipocondríaco y asustadizo, que se queda paralizado en más de una ocasión ante los ataques de Pennywise. Su arco de personaje se cierra en el momento en que se sobrepone a su miedo y ataca al payaso para proteger a Richie. Por desgracia, Pennywise lo atraviesa con una de sus extremidades arácnidas y Eddie muere desangrado.

Warner Bros. Pictures

No podemos decir nada malo de su desarrollo como personaje, que es completamente redondo. Sin embargo, el tema de su sexualidad ha sido discutido por los seguidores de Stephen King desde la publicación del libro. ¿Los sentimientos de Richie eran correspondidos? Nunca lo sabremos, porque, tanto en el libro como en la novela, Eddie muere sin saber lo que su amigo sentía por él.

Incluso Dennis Christopher, que interpretó a Eddie en la adaptación a miniserie de los noventa, ha comentado su interés por explorar la sexualidad del personaje: “insistí en que la sexualidad de Eddie Kaspbrak fuera parte de la historia, pero se quedó fuera del guion”. Casi treinta años después, esta cuestión tampoco ha llegado al texto del guionista Gary Dauberman.

Pennywise no es nada comparado con el odio humano

A esto se une la brutal escena que abre It: Capítulo 2, adaptada fielmente de las páginas de la novela de Stephen King. En ella, una pareja gay recibe una brutal paliza que termina con el asesinato de uno de ellos a manos de Pennywise. “Era [una escena] muy importante para Stephen King. Cuando la escribió estaba hablando de la maldad humana, de lo perversas que pueden ser las personas de un pequeño pueblo americano”, ha afirmado en Variety Andy Muschietti, el director, que continúa: “Para mí, era importante incluirla porque es algo que seguimos sufriendo. Sigue habiendo crímenes de odio”. No importa lo evolucionada que creamos que está la sociedad, parece que estamos retrocediendo, especialmente en una época en la que estos valores parecen estar emergiendo de nuevo de la oscuridad”.

Lo cierto es que lo menos aterrador de este pasaje es el payaso. La violencia, el odio y la ignorancia impregnan uno de los momentos más oscuros de toda la cinta, especialmente espeluznante porque no tiene nada de sobrenatural. “Pennywise nació de la imaginación de Stephen King”, comenta Dauberman, “pero [esta escena] es algo que pasa. Pasaba entonces y pasa ahora. Por desgracia, no tuve que cambiar mucho de ella para que se adaptara a 2019, y eso es lo que más me asusta”. En efecto, la escena es una réplica casi exacta de la del libro, con un pequeño cambio: el personaje de Xavier Dolan se muestra mucho más confiado. En 2019, hay un ambiente general en el que parece más seguro mostrarnos tal y como somos, pero la realidad es que las personas del colectivo LGTBI+ aún corren el riesgo de terminar como el personaje.

Uno de los objetivos de Stephen King en la novela era realzar la maldad humana y, de hecho, muchos de los actos más atroces no los comete Pennywise, como es el caso de esta primera escena en It: Capítulo 2 o del padre de Beverly en It. La intención del autor fue reflejar la crueldad de las personas, pero los hechos son que uno de los tres personajes abiertamente fuera del armario en esta película están muertos. Además, el personaje de Xavier Dolan es asmático y lucha por alcanzar su inhalador durante la paliza, lo que podría ser un paralelismo con Eddie. Dada la enorme cantidad de referencias y simbología escondidas en las dos películas, no sería descabellado pensar que nos están indicando que Eddie tampoco es hetero. ¿Y qué problema hay en que todos estos personajes no heterosexuales tengan un final triste? Que no es, ni mucho menos, la primera vez.

Dos funerales y ninguna boda

Es un tópico muy recurrente en la literatura, el cine y la televisión que los personajes LGTBI+ terminen muertos —o, como mínimo, que tengan un final trágico—. Este tropo recibe el nombre de “bury your gays” (“entierra a tus gays”), ya que, durante mucho tiempo, parecía imposible encontrar una historia no heteronormativa que tuviera final feliz.

El ejemplo más sencillo es el de Brokeback Mountain, el gran clásico del cine homosexual, en el que uno de los protagonistas muere al final de la película. Como esta, las hay a puñados —Braveheart, Kiss Kiss Bang Bang, Les Amis, Cuatro bodas y un funeral—; It: Capítulo 2 es solo la última. Por tanto, es comprensible que una gran parte del fandom esté decepcionada con el tratamiento de los personajes LGTBI+: tres de ellos están muertos y el único superviviente sigue en el armario.

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El final de Richie es, además, el más trágico de todos los Perdedores que siguen con vida. Beverly y Ben por fin están juntos y, según nos indica el final de la cinta, se están tomando unas merecidas vacaciones; Mike puede salir de Derry al fin y viajar a Florida, donde siempre quiso vivir; y Bill regresa a su vida feliz y escribe el final de su guion. Sin embargo, no sabemos qué es de Richie después de enfrentarse a Pennywise por última vez. Sabemos que vuelve al puente de los besos a repasar la inscripción de sus iniciales, pero nada más. Acaba de perder al que parece ser su gran amor y, aunque la escena tiene un tono esperanzador, es innegablemente triste.

Explicamos el final de ‘It: Capítulo 2’

La muerte de Eddie es lógica en términos narrativos, así como la tragedia de Richie y su decisión de no salir del armario. Sin embargo, para quienes están familiarizados con el tropo de bury your gays, es solo otra historia más en la que la pareja gay no obtiene su final feliz. En cierto modo, se está reforzando el falso mito de que ser LGTBI+ te condena a una existencia desdichada, un mensaje muy peligroso para lanzar al público más joven.

No obstante, no podemos olvidar que It (2017) es la película de terror más taquillera de la historia, y la secuela roza los 200 millones de dólares recaudados en todo el mundo en su primer fin de semana. Conseguir cualquier tipo de representación LGTBI+ en un producto tan masivo es, cuanto menos, difícil; que esa representación sea tan explícita como lo es en It: Capítulo 2 es prácticamente imposible. Por tanto, no podemos negar que hay un cierto sentido de avance positivo en toda esta historia, pero el público LGTBI+ no se conforma con ello.

En 2019, los espectadores no quieren mera visibilidad, sino también que esa visibilidad no refuerce manidos estereotipos. Puede que 2019 sea el año de los remakes, que las reimaginaciones de historias que ya conocemos nos tiren de nostalgia y nos lleven a las salas de cine en masa, pero al menos la forma de contar esas historias debería estar evolucionando.

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