El iPhone X nos trajo un nuevo diseño, el iPhone XS un procesador ultra rápido. El iPhone 11 Pro es la evolución de la cámara y una batería eterna. ¿Merece la pena y sobre todo, merece el "apellido" Pro?"Qué grande es la cámara", será la primera reacción al ver por primera vez el iPhone 11 Pro. Es inevitable: el módulo de tres objetivos es prominente y Apple no ha hecho absolutamente ningún esfuerzo por esconderlo; de hecho, aceptan su existencia y lo destacan en el diseño de la parte trasera del dispositivo.

Tal y como se explicaba en las primeras impresiones, el cuadrado que enmarca las tres cámaras es parte de la misma pieza de cristal de la trasera del iPhone. En vez de cortarlo e insertar una nueva pieza en otro material, lo aprovechan, lo pulen y lo integran.

La honestidad en el diseño industrial es una de las cosas que más he admirado de Apple, sobre todo cuando lo hacen en el contexto de un cambio significativo. Ejemplos hay muchos, pero en este caso, con un mercado que empuja hacia cámaras más sofisticadas y en el que a una buen parte de los consumidores les cuesta adaptarse al cambio, en vez de esconderlo, lo muestran orgullosos.

Es el primer iPhone con el apellido “Pro”, el cual ha acompañado a muchos otros dispositivos de la marca a lo largo de los años: MacBook Pro, Mac Pro, iMac Pro, iPad Pro. ¿Lo merece?

Si el iPhone X innovó con su diseño y pantalla de esquina a esquina y el iPhone XS con un procesador A12 que dio un golpe sobre la mesa en términos de desempeño –sobre todo gracias a su motor neural–, el iPhone 11 Pro profundiza en muchos grados de innovación en relación a la cámara y las posibilidades detrás de la fotografía computacional.

Los ciclos de renovación del iPhone han cambiado en bastante. Del ciclo "tic-toc", donde un año se presentaba nuevo diseño y al siguiente se vendía la versión "S" mejorada —iPhone 3G, iPhone 3GS; iPhone 4, iPhone 4S; iPhone 5, iPhone 5S; iPhone 6, iPhone 6S—, hemos pasado, aparentemente, a evoluciones de tres años. Lo cual coincide con los cambios de hábito de renovación del mercado.

YouTube video

Cámara

Con la llegada del **iPhone 8*, Apple nos introdujo a la fotografía computacional, es decir, el uso de cálculos ultrarrápidos por parte del teléfono y el uso de una o varias de las cámaras para obtener un efecto bokeh*. Ahí donde el sujeto de la fotografía está al frente y el fondo se desenfoca.

Desde septiembre de 2017 hasta la fecha, la compañía ha seguido innovando en el campo de la fotografía. Ahora llegamos al presente con un sistema de tres cámaras muy luminosas, mucho más capaces que sus predecesoras, con sensores más grandes y, por lo tanto, más útiles en diferentes situaciones.

Si los modelos pasados fueron criticados por el ruido que generaban en situaciones de baja luz, el problema ha sido resuelto en gran medida. No me refiero al modo noche, sino al hecho de que en una gran cantidad de momentos donde el iPhone sufría, con el 11 Pro sucede en menor medida, o simplemente no sucede.

El teleobjetivo fue, con las dos generaciones anteriores de smartphones, la principal crítica en este aspecto. Apple lo ha resuelto con un 40% más de luz en esta cámara. ¡Y vaya que se nota!

Desde un punto de vista técnico, el iPhone 11 Pro tiene un sistema de tres cámaras con las siguientes características:

| Cámara | Milímetros | Apertura | Estabilización óptica |
|--------------------|------------|----------|-----------------------|
| Ultra gran angular | 13 mm | ƒ/2,4 | No |
| Gran angular | 26 mm | ƒ/1,8 | Sí |
| Telefoto | 52 mm | ƒ/2 | Sí |

En cuanto a grabación de video, es capaz de hacerlo en:

4K a 24, 30 y 60 f/s
1080p HD a 30 o 60 f/s
720p HD a 30 f/s
Cámara lenta en 1080p a 120 o 240 f/s

La cámara frontal también ha sido renovada y se vuelve cada vez más interesante, sobre todo para creadores de contenido que necesitan verse mientras hacen tomas. Ya es capaz de grabar en calidad 4K a 24, 30 y 60 f/s. También puede grabar en cámara lenta a 120 f/s en calidad 1080p.

Se puede discutir durante meses sobre cuál es la mejor cámara de un dispositivo móvil, pero creo que el flujo fotográfico del iPhone no tiene comparación y las mejoras en la interfaz gráfica de la cámara lo ponen aún más por delante de la competencia. La rueda para hacer zoom óptico/digital, el cada vez menor salto entre un lente y otro, la forma en que se activa o desactiva el modo noche, el poder tener vista previa del modo retrato e inclusive sus efectos... Nadie más lo hace así de bien.

La experiencia fotográfica ha cambiado si comparo el iPhone 11 Pro con modelos anteriores: más versatilidad al tener los tres objetivos disponibles, despreocuparme de elegir uno u otro dependiendo de las condiciones de luz y poder activar el modo noche cuando me haga falta me ha dejado con un equipo que siento mucho más redondo que anteriores versiones.

Durante los últimos años he sentido que la fotografía móvil está llegando a sus límites, tanto a nivel físico —los sensores son pequeños, dan para lo que dan— como a nivel computacional —no puedes permitir que cada foto tomada reste 10% a la batería debido a tantos cálculos—, pero con el iPhone 11 Pro me da la impresión de que las mejoras de hardware, complementadas con avances en el lado del software, han conseguido dar un empuje bastante significativo a las fotos y vídeos que se pueden hacer con un smartphone.

El modo retrato también ha sido mejorado. Le resulta más fácil identificar objetos que no sean caras y la posibilidad de hacer fotos de este tipo con el lente gran angular da muchísimo más juego con imágenes que, en mi opinión, quedan mejor. Es posible que estuviera más que acostumbrado a los 52 mm del telefoto, pero los retratos a 26 mm me gustan aún más.

El modo noche merece su propio apartado y es una de las grandes novedades de esta generación: si las condiciones de luz son adversas, se activa automáticamente y elige el número de segundos extra para hacer la foto con indicadores visuales en la interfaz gráfica.

Es posible activarlo o desactivarlo manualmente e inclusive aumentar el número de segundos para la exposición si así lo consideramos, pero el software hace un muy buen cálculo del tiempo necesario para que la foto quede bien. Durante mis días en California tuvimos la oportunidad de tener una sesión técnica de unos 40 minutos con uno de los máximos responsables del sistema de cámaras en el iPhone, quien nos explicó las decisiones que tomaron tanto en hardware como en software para el resultado de las fotos hechas con el modo noche.

Foto tomada con el iPhone XS

Misma luz, pero con el modo noche del iPhone 11 Pro

En su opinión, las fotos no deberían ser un "resultado técnico de todos los elementos que hay en el cuadro y aclarados lo máximo posible”, a fuerza y de manera un tanto artificial, sino que debería respetarse el entorno. Las sombras en la noche suelen ser largas y muy oscuras, lo cual debería mantenerse, pero el sujeto de la fotografía también debería tener el protagonismo necesario, siempre respetando texturas, colores en la medida de lo posible e inclusive el contraste característico de este tipo de imágenes.

Mis primeras pruebas con el modo noche me han dejado, en varios casos, impresionado. Sé que esta es la primera iteración del sistema y en el futuro será aún mejor, pero algunas de las fotografías –sin ningún tipo de retoque– que he podido hacer serían imposibles con otros dispositivos.

En el artículo de primeras impresiones del iPhone 11 y 11 Pro mencioné el Deep Fusion, una nueva forma de tomar fotos juntando nueve fotogramas para que el motor neural genere, en su totalidad, una nueva imagen. Será la primera vez que suceda esto en la historia de la computación y de la fotografía. Es una especie de hiperrealismo que no hemos podido probar ya que lo activarán a finales de otoño, y por lo tanto no lo incluyo en este análisis.

Aún así se esperan mejoras sustanciales con la llegada de iOS 13.1 a finales de septiembre, tal y como se comentó durante la keynote de presentación del producto.

Batería

Apple ha sorprendido con las 4 horas extra de batería en el iPhone 11 Pro y 5 horas extra en el iPhone 11 Pro Max en comparación con el iPhone XS y iPhone XS Max, respectivamente. Lo han conseguidos de dos maneras.

La primera es que el dispositivo es ligeramente más grueso, pasando de los 7,7 milímetros a los 8,1 milímetros. También es un poquito más pesado:

iPhone 11 Pro: 188 gramos / iPhone XS: 177 gramos
iPhone 11 Pro Max: 226 gramos / iPhone XS Max: 208 gramos

La segunda es hacer mucho más eficiente algunas de los componentes del smartphone. En particular el chip A13, que tiene algunos números muy impresionantes en relación al rendimiento y la eficiencia:

* Núcleos de rendimiento en el CPU: hasta 20% más rápido, hasta 30% menos consumo de batería
* Núcleos de eficiencia en el CPU: hasta 20% más rápido, hasta un 40% menos consumo de batería
* GPU: hasta 20% más rápido, hasta un 40% menos de consumo de batería
* Motor neural: 20% más rápido, hasta 15% menos batería

Son cifras particularmente sorprendentes que quedarán perdidas detrás de la argumentación falaz de "es que solo lo hicieron un poco más rápido". En un dispositivo móvil donde la autonomía es a veces más importante que la velocidad, han conseguido no solo hacerlo más rápido, sino que en el proceso han logrado que el "cerebro" del dispositivo y su unidad de procesamiento de gráficos sean extremadamente más eficientes y, por lo tanto, se ahorre muchísima más energía.

El legado tecnológico nos orilla a mirar solamente números de aumento en el desempeño comparados entre un año y otro, pero el grado de innovación detrás de incrementos del 20% al 40% en velocidad y al mismo tiempo la reducción de uso de energía a casi la mitad. Es descomunal.

Si Intel hubiera conseguido estos números hace 5 años, sería calificado como uno de las mayores innovaciones de la década. Apple ha dado el salto de un año a otro, pero pasará desapercibido por la dificultad de entender —y, honestamente, explicar— el logro técnico que esto significa.

Pantalla

Dejando a un lado a Apple por unos momentos. Resulta loquísimo —a falta de un mejor calificativo— que nos hayamos acostumbrado por completo a pantallas de más de 400 píxeles por pulgada en dispositivos de estos tamaños, que no destruyan la batería en 5 minutos y que además sean táctiles, así de exactos y capaces de reproducir colores de la forma en que los smartphones de la actualidad pueden hacerlo.

Nos acostumbramos tanto que "no es para tanto" que la pantalla tenga un contraste de 2.000.000:1 —el doble que el iPhone XS— o que pueda brillar hasta los 1.200 nits, que sin superar al Galaxy S10, por ejemplo, logra ponerse al mismo nivel.

Pero esa es la realidad que vivimos hoy: dispositivos ultraportátiles con pantallas que hace menos de diez años eran imposibles.

En cuanto a colores y balance, es lo que Apple nos tiene acostumbrados: primera calidad, sin saturación, con un HDR muy luminoso, más que nunca. La pantalla es la más resistente que han puesto o a un iPhone, pero sobre todo: han logrado que sea hasta 15% más eficiente en uso de energía.

Conclusión

Diría que en todos o prácticamente en todos los análisis pasados que he hecho a generaciones anteriores del iPhone digo que me gustaría que tuviesen más autonomía, que encuentren maneras de que la batería realmente dure más. Lo consiguieron.

En el pasado nos quejamos todos de que la cámara del iPhone debería ser más luminosa, especialmente en la telefoto. Lo consiguieron. Que el modo retrato sea más rápido o poder usarlo con la cámara gran angular. También lo consiguieron. Ah, ¿queríamos un iPhone más resistente (pero realmente más resistente)? Conseguido.

Tiene un procesador A13 más rápido de lo que jamás imaginaríamos, una pantalla con contraste 2.000.000:1, de hasta 1.200 nits, pero que consume hasta 15% menos que antes.

En definitiva, es difícil encontrarle fallos al iPhone 11 Pro. El único pero que le encuentro es que nuevamente nos acercamos peligrosamente a esas épocas en que el almacenamiento base no era suficiente. 64 GB en un dispositivo que graba 4K está al límite y aquel argumento de "contrata más espacio en iCloud" no me resulta justificable. El modelo base debe ser 128 GB.

No lo considero un fallo, pero me hubiese gustado que tenga puerto USB-C, aunque entiendo que es un cambio sumamente difícil de hacer considerando el ecosistema de cables y accesorios Lightning. Tal vez para 2019 es muy pronto.

Salvo eso, me resulta el iPhone más "redondo" de la historia de Apple: el más bonito, el mejor fabricado, el más agradable al tacto, el más eficiente, el más rápido y más divertido de usar.

Siento que estamos llegando al "peak iPhone", el punto alto del dispositivo, uno de sus mejores momentos, cuando la tecnología finalmente permite a la empresa hacer cosas difíciles de superar. Pocas veces he visto un nivel de innovación tan grande y al mismo tiempo tan "invisible" en un dispositivo. Está en las posibilidades, en el valor que tiene como herramienta.

Tal vez Apple me sorprenda, pero siento que a partir de 2020 será más complicado para la compañía dar saltos tan grandes. Cosas como el modo retrato en vídeo, un Face ID que no requiera levantar el iPhone de la mesa o el 5G llegarán el próximo año seguramente. Serán bienvenidos, pero sin duda alguna este es uno de los iPhone que más recordaremos en muchos años.

Yo lo recordaré también como el año que Apple se libró de los números romanos (¿para siempre?) y finalmente dejaremos de llamar "equis" al iPhone. (Sí, era "diez").

¿Pro? 100% merecido.

Pros

  • Todo lo que era el iPhone XS, muy mejorado El nuevo sistema de cámaras es espectacular La autonomía de 4 a 5 horas más que su predecesor El nuevo acabado matte

Contras

  • Un smartphone Pro* debería ofrecer más almacenamiento en su versión base

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