La aventura de Codemasters con la Fórmula 1 cumple diez años en 2019. La empresa desarrolladora de videojuegos lanzó su primer título relacionado con la categoría reina del automovilismo en 2009, únicamente para la ya extinta PSP de Sony. Desde entonces, pasando por dos generaciones de consolas diferentes, el estudio inglés ha desarrollado poco a poco linaje hasta alcanzar, con la edición 2019, una especie de cumbre temporal.

En lo que a jugabilidad se refiere, el nuevo F1 2019 no es radicalmente diferente al título que ya jugamos el año anterior. Siguiendo la normativa técnica, los nuevos alerones son más sencillos y la distribución de los compuestos de los neumáticos se ha simplificado de cara al espectador, pero el impacto de estas medidas en la jugabilidad no es especialmente notorio respecto a F1 2018.

El apartado gráfico presenta algunas mejoras interesantes, como la nueva estética del campeonato –que hace el título aún más inmersivo–. También incluye algunos retoques en la forma en la que la luz incide sobre los coches, el aspecto de la lluvia, las roturas de ciertos elementos durante un gran premio… Todos ellos son pequeños avances constantes que para la gran mayoría pasarán desapercibidos pero que, progresivamente, hacen avanzar a la saga hacia el máximo realismo posible.

No obstante, la mayor novedad de este nuevo título es el campeonato de F2, incluido por primera vez en el videojuego de Codemasters. La idea es extremadamente potente; y la ejecución, salvo algunos detalles, también lo es.

En el modo carrera, la historia comienza en la piel de un piloto de F2. A su lado se sitúan dos pilotos también jóvenes pero muy prometedores. Uno tiende a ser conflictivo y fanfarrón; el otro, en cambio, presenta una actitud más serena. Esta dinámica de desarrolla progresivamente a lo largo del campeonato mediante sendas conversaciones que logran sumergirte en la atmósfera de la Fórmula 2 –y, posteriormente, la Fórmula 1–.

Los coches de F2, siendo fieles a la realidad, se sienten muy diferentes a los de F1. Son más difíciles de conducir, tienen menos downforce y, en caso de avería o desgaste, la situación se vuelve mucho más compleja que en la categoría reina. A esto hay que sumar, además, que las prestaciones de todos los monoplazas de F2 son exactamente iguales, lo que hace que competir en este campeonato sea muy divertido.

Dicho esto, habría sido positivo que la temporada de F2 –previa al campeonato oficial– fuese aún más extensa y dramática. En el modo carrera solo se ofrece una degustación de esta categoría, pues no se llega a completar el campeonato por completo, lo que puede ser insuficiente para los seguidores más fieles. También habría sido positivo que el dramatismo con los dos pilotos rivales fuese aún más intenso, pues, una vez en pista, parecía diluirse gran parte de la tensión que sí se narraba fuera de ella. Y lo mismo podría decirse una vez se da el salto a la Fórmula 1: la rivalidad con estos dos pilotos queda resumida a comentarios en la prensa y poco más. Tengo la sensación de que esta “línea argumental”, aunque aporta, se puede exprimir aún más de lo que Codemasters ha reflejado en este título.

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Los jugadores que deseen completar una temporada de F2 también podrán hacerlo, aunque fuera del modo carrera. Ahí encontrarán todo el elenco de pilotos de esta antesala de la F1, la cual es sumamente divertida gracias a la ya citada complejidad de los coches y la igualdad entre equipos.

La IA, como en títulos anteriores, es tan divertida que, a menudo, *resulta incluso mejor que las competiciones online*. En algunas ocasiones muy particulares peca de insensata e intenta meter el coche por sitios ridículamente absurdos o no levanta el pie del acelerador cuando debería –lo que se traduce en un trompo o incluso accidente por otra parte–, aunque es cierto que ese comportamiento Max Verstappeniano proporciona algo de dinamismo –aunque nos frustre– a las carreras.

En general, Codemasters ha evolucionado hacia delante un título que ya era sumamente atractivo para los seguidores del campeonato.* Los cambios no son brutales, pero la nueva interfaz del campeonato, los pequeños cambios en el comportamiento del coche, la inclusión de la F2 y todas las mejoras que se han ido integrado durante los últimos años –como la gestión del ERS y los neumáticos, la forma en la que el vehículo cambia cuando circula por la zona húmeda, etc– convierten a esta nueva edición, una vez más, en un auténtico must* para los mayores aficionados a la categoría reina del automovilismo.

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