El pasado 8 de agosto ocurrió una explosión en la base de Nyonoksa, en el noroeste de Rusia. En un primer momento, las autoridades no dieron información suficiente y han tardado varios días en confirmar que ha habido una explosión radiactiva con siete muertos. La situación recuerda a lo ocurrido el 26 de abril de 1986 tras la explosión en Chernóbil, de la que recientemente hemos podido ver una miniserie en HBO, pero ¿cuál ha sido la causa de la explosión?

Los rumores sobre esta misteriosa explosión radiactiva se extienden. Hay siete muertos, cinco de ellos ingenieros, tal y como explica en un comunicado de prensa la Corporación Estatal de Energía Atómica Rosatom. Sus trabajos incluían "ingeniería y soporte técnico de fuentes de energía isotópicas en un sistema de propulsión líquida", según explicaban este pasado sábado.

Los niveles de radiación aumentaron entre cuatro y 16 veces la cantidad normal, lo que produjo que, cuando se anunció que había habido una explosión radiactiva debido al mal funcionamiento de un reactor nuclear, los ciudadanos se pelearon por conseguir yodo, según informa The New York Times. Esto se debe a que el yodo que se expulsa tras una explosión de este tipo es radiactivo y la única forma de evitar que nuestro cuerpo acuda a este elemento es saturar la tiroides con pastillas de yodo.

¿Por qué hay que tomar yodo ante una catástrofe nuclear?

Las autoridades rusas apenas han dado información de lo sucedido, mientras que Estados Unidos teoriza sobre una posible prueba con un misil nuclear anunciado en 2018 por el presidente Putin. Este nuevo arma tendría unas características que le harían indetectable y que podría recorrer cualquier distancia, la principal es que puede cambiar de rumbo durante el vuelo y que en vez de combustible convencional se movería por propulsión nuclear. Esto cuadraría con la explicación de Rosatom sobre cómo murieron sus trabajadores, aunque no se puede asegurar que esa fuera la causa. Por otra parte, el misil también volaría bajo, es decir, sería fácil para este nuevo arma evadir las defensa antimisiles. Llamado en Rusia Burevestnik y conocido en la OTAN como SSC-X-9 Skyfall, sería un arma muy a tener en cuenta por Estados Unidos, que intentó hacer un misil dirigido por propulsión nuclear durante la Guerra Fría, pero que terminó abandonando el proyecto.

Pero ¿hay pruebas que validen esta hipótesis? Desde The New York Times creen que sí. Primero, porque se han observado imágenes por satélite que incluyen "estructuras, un refugio y contenedores azules de envío parecido a los que aparecieron en otro lugar en el que supuestamente se probó el misil". Además, otras fotografías muestran una plataforma costera quemada, probablemente debido a un incendio o una explosión. En segundo lugar, por el comunicado de Rosatom, que más que apaciguar el ambiente, lo que ha hecho es que los rumores sean más fuertes. No obstante, no se puede confirmar que se tratase de una prueba del Burevestnik y, mucho menos, saber si están más cerca (o no) de desarrollar este arma.

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