estrés

Anna Gutermuth (Flickr)

Los suplementos dietéticos a base de minerales, mezclas de hierbas, productos farmacéuticos o aminoácidos, son ampliamente utilizados por la población estadounidense y de muchos otros países del mundo como una medida preventiva de enfermedades neurodegenerativas.

Asimismo, muchos estudiantes atareados los utilizan para mejorar su concentración y retención e información ante los grandes volúmenes de actividades académicas y exámenes que deben presentar.

Además, existe una creencia popular que asegura que estos son completamente naturales y a raíz de ello son muy sanos para nuestro organismo.

Sin embargo, existen muy pocos estudios enfocados en este tipo de suplementos que puedan corroborar dichas afirmaciones. Lo único seguro en ellos es que se han convertido en un negocio muy lucrativo.

Ahora un equipo de la AARP, una organización sin fines de lucro orientada a la atención de personas mayores de 50 años de edad, decidió abordar el tema y encontró que una cuarta parte de los adultos mayores de 50 años toman un suplemento para mejorar la salud cerebral.

Por ejemplo, el Ginkgo biloba, que se usa para la prevención y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y la mejora de la memoria normal, no funciona en dichos objetivos.

Esto en cierta forma podríamos haberlo esperado, sin embargo, lo más relevante del hecho es que a pesar de su excelente recepción en el mercado, los suplementos dietéticos no tienen ningún efecto sobre la eficiencia de nuestro cerebro.

Si no tienen efecto, ¿por qué está permitida la venta de estos suplementos?

A diferencia de los medicamentos de receta, los suplementos no han sido analizados formalmente por laboratorios, por lo que no existe verdadera evidencia científica de que sean efectivos, aún cuando su etiqueta lo sugiera.

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no considera los suplementos dietéticos como medicamentos de receta.

La agencia solo está al tanto de que los productos son seguros, mas no tiene evidencia de que sean eficaces en su función. Y a propósito de ello, la FDA prohíbe a los fabricantes de suplementos hacer declaraciones de salud específicas, pero esto no les ha impedido mostrarlos atractivos y necesarios para las personas prometiendo beneficios grandiosos.

La mentira en las etiquetas de los suplementos

Esto nos lleva al tema de las etiquetas, donde podemos leer que el consumo del suplemento favorece la salud cerebral acompañado de frases como “comprobado en investigación” o “probado en laboratorio”.

Un ejemplo perfecto para explicar esto se encuentra en la etiqueta de un envase de Ginkgo biloba, un suplemento muy popular entre estudiantes y personas mayores que quieren mantener su salud cerebral.

En esta, se afirma que este “apoya la función cerebral saludable y el estado de alerta mental” frase acompañada por un asterisco que conduce a una advertencia:

>“Esta afirmación no ha sido evaluada por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Este producto no está destinado a diagnosticar, prevenir o curar ninguna enfermedad”

Estos fabricantes parecen un poco más éticos en su publicidad, pero muchos otros no lo hacen. Es a causa de esto que la FDA les ha enviado cartas solicitando la modificación de las etiquetas de sus productos a fin de no exagerar los supuestos beneficios que proveen.

Los suplementos no mejoran la memoria, ¿pero pueden ser dañinos?

Con lo dicho hasta ahora, el asunto parece limitarse que son medicamentos no aprobados por la FDA como efectivos, pero sí confirmados como seguros. ¿Pero qué tan cierto es esto?

Debemos hacer referencia a la advertencia emitida por funcionarios de diferentes agencias estadounidenses en octubre de 2018 contra el uso de suplementos dietéticos. Luego de una ardua investigación entre 2007 y 2016, descubrieron que muchos de estos productos contienen compuestos que no están declarados como parte del producto y que pueden tener efectos secundarios graves sobre la salud de quienes los consuman.

Por si esto fuera poco, se encontró que algunos de estos suplementos también contenían sustancias cuya comercialización fue prohibida, como la sibutramina, un supresor del apetito comúnmente utilizado en suplementos para bajar de peso. Este fue retirado del mercado en 2010 debido a riesgos de provocar enfermedades cardiovasculares.

Tenemos también el caso de vinpocetina, un compuesto sintetizado que se vende como suplemento dietético para mejorar la memoria y aumentar la energía. Recientemente la FDA emitió una advertencia y desaconsejó que las mujeres en edad fértil o que estuvieran embarazadas lo consuman puesto que puede ocasionar daños graves al bebé e incluso aborto espontáneo.

¿Por qué las personas recurren a los suplementos para la memoria?

Se ha observado que a medida que la edad de las personas va avanzando, estas comienzan a preocuparse por mantener una buena salud, y una de sus prioridades es la cerebral. De hecho, las personas mayores tienen miedo a la pérdida de la cognición, desde un caso leve hasta la demencia. Así también un sondeo realizado en el 2012 reveló que la enfermedad más temida entre los estadounidenses es el Alzheimer.

Como muchos saben, a pesar de que se han realizado muchas investigaciones sobre el origen y la forma de curar el Alzheimer, actualmente no existe una forma científicamente comprobada de prevenirlo.

Puede que la preocupación de las personas esté relacionada con este triste hecho de nuestros tiempos. Es por ello que apuestan por otras formas de proteger sus cerebros, como los suplementos para la memoria.

Los suplementos para la memoria son un negocio

Ahora bien, habiendo aclarado que enfermedades como el Alzheimer no se pueden prevenir y que los suplementos para mejorar las capacidades cerebrales simplemente no funcionan, hablaremos del dinero involucrado en este negocio.

Según el informe de la AARP, las ventas de suplementos para la salud cerebral generaron US$ 3 mil millones en ventas a nivel mundial, lo cual corrobora la popularidad de estos en diferentes países.

>“Los suplementos para la salud mental generaron US$ 3 mil millones en ventas a nivel mundial en 2016 y se proyecta que alcancen los US$ 5,8 mil millones para 2023. Es un desperdicio masivo de dinero. A pesar del uso generalizado de los suplementos para la salud cerebral en los adultos, parece que hay pocas razones para ello”

La cifra significa que las personas mayores pueden gastar entre US$ 20 y US$ 60 cada mes en estos productos. Se trata de una cifra relativamente alta que realmente pudieran dirigir a otras necesidades, como una alimentación de calidad que incluya frutas y verduras frescas.

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