El hecho es que aunque nos hemos reído de ellas, parecen algo típico de nuestra naturaleza. Por lo general queremos que nos vaya bien, añoramos el éxito en las tareas y retos que abordamos, y estamos dispuestos a hacer lo que sea por conseguirlo. Incluso creer que un par de calzoncillos que llevábamos un día que nos escogieron en una entrevista de trabajo podrán darnos suerte en una presentación importante.

Quizás así, de manera tan simple y fútil, se originaron muchas de las supersticiones más arraigadas en la historia de nuestro mundo. ¿Sabes de dónde proviene el miedo a los gatos negros, a los espejos rotos, al número 13? A continuación te brindamos algunos datos.

Un espejo roto, siete años de mala suerte

A lo largo de la historia, el espejo ha sido objeto de muchas historias fantásticas. En China, en donde los espejos se utilizaban para capturar energía de la luna, el emperador Qin Shi Huang utilizaba un espejo mágico para ver las cualidades o virtudes internas de las personas que se reflejaban en él.

En cuanto a supersticiones, seguramente habrás escuchado que si rompes un espejo y te ves en él, tendrás siete años de mala suerte. Esta “teoría” viene de una creencia romana que planteaba que la vida se daba en ciclos de siete años.

Cuando aparecieron los espejos de vidrio, surgió el mito de que al romperlo, el alma quedaba encerrada entre sus pedazos rotos. Para evitar el maleficio, se debían recoger todos los pedazos, juntarlos en una bola de tela o papel y lanzarlos a un río con fuertes corrientes para que este arrastrara lejos la mala suerte. También parecía buena idea enterrarla bajo tierra.

Si quieres que ocurra, cruza los dedos

En numerosas culturas, tanto orientales como occidentales, se maneja el gesto de cruzar los dedos cuando deseamos que ocurra algo, como una forma de atraer la buena suerte y bloquear las malas influencias.

Y aunque muchas personas suelen hacer este gesto, realmente el origen de este es muy poco conocido.

Sin embargo, los dedos cruzados se atribuyen a costumbres católicas muy antiguas, en las que mostrar la cruz de Cristo supuestamente podría brindar protección ante las cosas malas, así como persignarse.

Otra teoría ligada al cristianismo es que si dos personas enlazaban sus dedos índices en forma de cruz, se les cumpliría un deseo, haciendo alusión también al dicho de que en la unión está la fuerza.

No pases cerca de un gato negro

El gato casi siempre se ha relacionado con misticismo en diferentes culturas occidentales, quizás por su carácter siempre misterioso, su agilidad y capacidad para aparecer y desaparecer de manera sigilosa, además de saber manejarse en la oscuridad. Sin embargo, en lo que respecta a supersticiones, los gatos negros han jugado papeles principales.

En muchos países, se maneja la creencia de que ver un gato negro cruzar la calle es de mala suerte, y que en caso de verlo, lo mejor era cambiar de calle, o esperar a que alguien más camine por donde el animal pasó antes que lo hagamos nosotros.

En varios países el sur de Europa, por ejemplo, cuando un gato entra en una casa significa que pronto llegará la muerte de alguno de los miembros de la familia.

Otras creencias sugieren que soñar con un gato negro también es de mal augurio, sobre todo en los días de fiesta. Así como escuchar un gato negro callejero maullando cerca de una casa, lo cual supuestamente es un anuncio de tragedias para los habitantes de esta.

En cambio, en los Estados Unidos parece ser positivo ser seguido por un gato negro.

El origen de esta superstición se remonta al siglo XVII, momento en el cual este felino empezó a asociarse con la brujería. De hecho, se pensaba que las brujas y los brujos podían convertirse en gatos negros y hacer maleficios bajo esta forma. Además, si una persona lograr golpear al animal, podría identificarse su forma humana pues esta tendría las heridas justo en los mismos sitios.

Aunque algunos inquisidores lo asocian con el grupo de los Cátaros, supuestamente llamados así por cato, que significa gato, y era la forma en esta forma en que Lucifer se manifestaba.

El número 13 es de mala suerte

La del número 13 es una de las supersticiones más arraigadas, que va de la mano con la del martes 13, un día en que todo puede salir mal. Existen muchas versiones sobre su origen, pero como ocurre con todos estos maleficios, no hay ninguna historia formal que las explique.

Una de las teorías de su origen se remonta a la última cena de Cristo y sus doce discípulos. Bien sabemos que Judas Iscariote traicionó a su Maestro, y generalmente se considera a Judas como el treceavo. Quizás por eso, también se evita sentar 13 personas en una mesa.

La superstición también podría provenir de la mitología escandinava, de la historia del banquete del Valhalla al cual se invitaron a 12 dioses. Sin embargo, Loki, el espíritu de la ira y el engaño se coló entre los invitados y llegó a ser el número 13. Una vez más, la cena tuvo un resultado catastrófico en el que el dios Balder fue asesinado.

Los egipcios también tienen su parte en esta superstición. Según sus creencias, la vida consiste en la búsqueda de la ascensión espiritual y está conformada por 12 etapas, siendo la 13 la vida después de la muerte.

Para ellos, esta desaparición no representaba destrucción, sino una transformación gloriosa, pero tal parece que a lo largo de la historia esta concepción se distorsionó.

La aversión hacia el número 13 ha sido tal que si una persona con triscaidecafobia leyera este artículo seguramente tendría un ataque de pánico. Este es el miedo irracional al número 13, que para algunos ha pasado de ser una superstición a ser una patología, con ramas como Parascevedecatriafobia (fobia al viernes 13), trezidavomartiofobia (fobia al martes 13).

Pasar debajo de una escalera

Ahora hablaremos de una de las acciones más peligrosas en el mundo occidental: pasar por debajo de unas escaleras.

La escalera es un símbolo de gran importancia en diferentes culturas, pero para explicar el origen al pánico en torno a ella, partiremos de una mezcla cristiana y esotérica. Una escalera apoyada a una pared o un árbol puede formar el lado más largo de un triángulo (hipotenusa), sirviendo como símbolo de la Trinidad. Quien atraviese ese triángulo, estaría irrespetando dicha imagen y conectando con el demonio.

Es probable que esta superstición surgiera hace muchos años atrás, cuando las escaleras de mano eran los instrumentos más útiles, sino los únicos, para realizar ciertas labores. Pero a su vez, podrían causar grandes contratiempos, bien porque no estuviera bien sujeta, se dañara algún escalón o incluso si una persona perdiera el equilibrio en ella y cayera.

Ahora bien, si nos encontramos en una situación así, otras supersticiones dicen que podemos cruzar los dedos hasta encontrar un perro, o bien escupir nuestros zapatos.

Una vez más vemos cómo todo se conecta. También pasar debajo de una escalera cuyo número de escalones sea impar, como el temido número 13, puede resultar terrible.

Foto por Sue Kamal en Unsplash

Abrir un paraguas dentro de casa

Se cree que abrir un paraguas en casa puede llamar miseria o muerte.
Nuestras abuelas nos regañaban cuando jugábamos y abríamos un paraguas dentro de la casa ya que esto supuestamente atraía los problemas, incluso la muerte de algún familiar.

La superstición parece provenir de la similitud del objeto con el palio con el que se solía cubrir el sacerdote que llevaba la eucaristía a un moribundo en un velorio.

Otros lo han interpretado como que un paraguas roto representaría un techo frágil o roto dentro de una casa, o peor, su ausencia, lo cual puede llamar a tiempos de miseria que impliquen incluso la pérdida del hogar.

¿Actuarás en una obra? ¡Rómpete una pierna!

Contrario a su significado literal, la expresión “Rómpete una pierna” es utilizada en el mundo del teatro para desear buena suerte o éxito en alguna presentación actoral. Aún no está claro su origen, pero existen algunas teorías al respecto.

La expresión proviene del inglés “break a leg”, y tal parece que surgió en el “Teatro Isabelino”, un período del mandato de Isabel I en que el teatro tuvo gran auge, en parte gracias a la obra de Shakespeare.

En esta época, dependiendo del desenvolvimiento de los actores, el público expresaba su satisfacción lanzando monedas a los actores, o bien lanzando tomates, como se ha representado muchas veces en la cultura popular.

De ser tantas las monedas, los actores deberían agacharse muchas veces y en el proceso podrían romperse una pierna. Esta es una de las formas de desear éxito en el teatro.

Otra teoría hace referencia a las reverencias que deberían hacer los actores a su público al final de la obra. Mientras más duraran los aplausos, mayores serían las reverencias y también aquí se podrían romper una pierna.

De modo que si eres nuevo en el medio, y en algún momento te desean que te rompas una pierna, puedes mantener la calma pues se trata de una superstición. De no ser así, podría no salir también.

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