Dark, la serie Original de Netflix de producción alemana creada por Baran bo Odor y Jantje Friese, regresó a la plataforma con su segunda temporada. Fue en 2017 que conocimos este título, sin duda una grata y enorme sorpresa, por su impecable confección, por su historia compleja y original desarrollada en los terrenos de la ciencia ficción más fina. En la segunda entrega los creadores no solo repiten la hazaña, sino que se superan a sí mismos aprovechando al máximo el terreno conocido en la primera temporada y llevando la nueva historia a los límites más insospechados.

Acá repasamos, sin spoilers, lo ocurrido en la segunda temporada de Dark. Uno de los estrenos de Netflix del mes de junio.

El futuro

La nueva temporada arranca seis meses después de lo ocurrido en la primera. Recordemos que Jonas (Louis Hofmann) viaja al futuro, es decir a 2053 al final de la temporada 1. Junto a él conoceremos cómo es el mundo después del apocalípsis que se desencadena en 2020, de hecho durante toda la entrega estaremos viendo una cuenta regresiva hacia dicho evento, cuando se cumple otro fatídico ciclo de 33 años. El peso narrativo que este suceso tiene se siente durante los 8 episodios de la temporada, y es muy interesante cómo los guionistas logran mantener una gran tensión, cómo la alimentan con giros inesperados —la mayoría poco previsibles— y cómo lo resuelven de una forma sorprendente —aunque justo sería decir que más que resolverlo nos dejan en un limbo extraordinario en donde ya no sabremos qué podrá pasar en el futuro—.

Así como Winden nunca ha sido un pueblo normal, tal como lo constatamos en la primera temporada, en el futuro tampoco lo es. Además, también se nos presentan otros hechos y otros personajes del pasado —aunque muchos son los ya conocidos o los ancestros de los mismos— no solo de 1986 que ya visitamos en la primera entrega, si no de otra época mucho más atrás que no conocíamos: en 1921. Así que la historia transcurre —hasta el momento— en los años 2020, 2053, 1954 y 1921.

Aquí es importante recalcar que la segunda temporada de Dark nos exige toda nuestra atención, pues cada detalle, diálogo y personaje que aparece es importante, nada está ahí de forma gratuita.

El pasado

Dark es un título que trae a la mesa no solo los viajes en el tiempo, sino un montón de temas que nos hace cuestionarnos sobre muchas cosas, en terrenos de la filosofía, la teología y demás asuntos profundos, tal como sucede con la ciencia ficción de alta calidad. ¿Se puede cambiar el pasado y si es así qué consecuencias tendría? ¿Existe el destino? ¿Existe el presente? Así la pasaremos de una pregunta a otra, de una perspectiva a otra pues cada personaje tiene sus propias respuestas y caminos para demostrar por qué piensa y actúa como lo hace.

Una de las fortalezas de la segunda temporada de Dark es que ahonda en los personajes y a cada uno lo hace brillar; los desarrolla y les pone un pasado, un presente (?) y un futuro. Todos están dentro de un bucle que poco a poco se nos va mostrando y la trama nos mantiene en la desesperanza, en un nudo apretado que nos asfixia. Y es que esta estupenda serie de Netflix no nos da tregua, cada episodio es pesado y lento —en el buen sentido— y no nos dejan escapar. Aunque nos exige mucho como espectadores sí que nos paga muy bien nuestro tiempo y nuestra paciencia, pues, y es justo decirlo, a veces los diálogos son sumamente crípticos y la información es dada a cuenta gotas, pero eso sí, al final todo cobra tanto sentido que olvidaremos esos rompederos de cabeza casi de inmediato.

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El futuro

Así pues, Dark nos espera con su segunda temporada, con su aguda trama de muchas piezas desordenadas. Dicho rompecabezas le da un extra a esta producción alemana pues mucho de lo que ocurre en Dark lo vamos descubriendo luego de que se ha terminado el episodio —o la temporada—. Es de esa clase de títulos de "larga duración" en los que seguimos encontrando detalles importantes y sorprendentes incluso luego de terminarse. Por supuesto es también de esos en los que las teorías están a la orden del día, no es para menos, el tremendo cliffhanger en el que nos deja la segunda temporada nos servirá para seguir discutiendo hasta el estreno de la última entrega de esta extraordinaria serie de ciencia ficción.

Una recomendación al margen pero importante es que sería ideal repasar la primera temporada —si es posible verla de nuevo, más que mejor— o en su defecto no saltarse el resumen de 3 minutos que ofrece Netflix, pues recordar los rostros, nombres y relaciones entre los personajes es indispensable para disfrutar la entrega en grande tal como se merece este título sorprendente e imprescindible de la plataforma.

Las dos temporadas de Dark se encuentran disponibles para todos los suscriptores de Netflix.

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