Samsung presentará el próximo día 30 de abril sus resultados fiscales correspondientes al primer trimestre del presente año. Tras un 2018 que estuvo marcado por las malas ventas de sus principales teléfonos de gama alta, la empresa tenía puestos los ojos en 2019 para volver a recobrar una tracción importante en el mercado. Según las primeras indicaciones quedado de la compañía, no obstante, el comienzo podría haber sido mejor.

Tal y como acaba de anunciar la compañía en un breve comunicado, las previsiones para estos primeros tres meses del año serán a la baja, produciendo la mayor caída en los ingresos de la división Electronics de los últimos cuatro años. La tecnológica surcoreana estima obtener en este periodo cerca de 6,2 trillones de wones (4.900 millones de euros), un 60 % menos que en el mismo lapso de tiempo del año anterior.

Menos chips, menos pantallas

La compañía ya había anunciado hace unas semanas de que los resultados iban a tender a la baja debido a un conjunto de factores. Entre ellos destaca especialmente los menores ingresos por la venta de chips y pantallas, dos de los pilares de la firma, algo que podría atender en cierta medida a la desaceleración de estos mercados y al exceso de inventario por parte de los principales clientes de la empresa surcoreana.

Una decepción llamada Galaxy S9

Todo apunta, por tanto, que sea una situación puntual y el volumen de pedidos vaya en aumento conforme transcurran los meses, especialmente a partir de verano. Así lo ha comentado un analista a Bloomberg: "Esperamos que la demanda de DRAM para servidores aumente, así como las ventas de S10 y las ventas de teléfonos plegables, sean mejores de lo esperado en la segunda mitad".

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