En varias ocasiones hemos hablado de los distintos métodos para proteger tus archivos importantes o delicados. Podemos ocultarlos a la vista, simplemente metiéndolos en sucesivas subcarpetas o configurándolo como archivo o carpeta ocultos, disfrazando esos archivos tras un simple documento o imagen, cifrándolos para que solo puedan abrirse con la contraseña correcta…

Entre los distintos métodos de cifrado, uno de ellos consiste en asociar el archivo o carpeta que queremos proteger a otro archivo que hace de llave. Es decir, en vez de bloquear carpetas o archivos con una contraseña, a la contraseña se le añade tener a tu disposición el archivo llave.

Entre las soluciones que emplean este método destaca FinalCrypt, una herramienta gratuita y de código abierto disponible para Windows, Mac y Linux, con versiones para instalar y portátiles. Además, está pensada para que cualquiera sepa o pueda usarla.

El método “de un solo uso”

Para entender el funcionamiento de FinalCrypt primero hay que saber en qué consiste su método de cifrado, conocido como one-time pad o libreta de un solo uso en español. Básicamente se trata de codificar un texto, documento o información usando una clave secreta de la misma extensión. Superponiendo ambos documentos obtenemos un tercero indescifrable, ya que la combinación es prácticamente aleatoria.

Este método, implementado inicialmente en papel a partir de su invención en 1917, se usó antes y especialmente en la Segunda Guerra Mundial así como en la Guerra Fría. Alemanes, rusos y norteamericanos usaron este sistema que, si bien no es 100% perfecto, sí es de los más complejos.

Volviendo al presente, FinalCrypt funciona generando una llave virtual, que no es más que un archivo del tamaño que queramos darle. Una vez generado ese archivo o llave, lo asociamos con los ficheros y carpetas que queremos proteger.

A partir de aquí, esos ficheros y carpetas serán ilegibles a no ser que los descifremos con el archivo llave que hemos creado previamente. Es decir, no sirve con poseer esos archivos y/o conocer la contraseña. También es necesario saber cuál es la llave y tenerla para descifrar el contenido que queremos desvelar.

Cifrando archivos, paso a paso

En primer lugar debemos abrir FinalCrypt, que habremos instalado previamente.

Su ventana principal se divide en dos partes, que corresponden al contenido del disco. En el lado izquierdo, seleccionaremos los archivos o carpetas a proteger mediante cifrado, y en el lado derecho, seleccionaremos el archivo que usaremos de llave.

El primer paso consiste en crear el archivo llave. Para ello hacemos clic en el botón Create Key. Le damos un nombre y el tamaño de la llave, que puede ser de unos pocos kilobytes a varios gigabytes. La regla es básicamente que la llave sea, al menos, del tamaño de los archivos que vamos a cifrar.

Una vez tenemos la llave creada, ya podemos seleccionar el archivo, archivos, carpeta o carpetas que queremos cifrar. ¿Contraseñas? Opcionalmente podemos configurar una contraseña para la llave virtual, pero no es obligatorio.

Pues bien. Tras crear la llave y seleccionar el archivo a cifrar, ya podemos hacer clic en el botón Encrypt para cifrar ese fichero. Al finalizar, el archivo original cambiará de extensión y será ilegible por ningún programa o aplicación.

De ahora en adelante, puedes compartir el archivo cifrado con quien quieras o dejarlo a la vista en tu computadora. Solamente tú podrás ver su contenido, ya que serás el único propietario de la llave virtual.

El proceso para descifrar archivos con FinalCrypt es idéntico. Desde la aplicación de cifrado, seleccionas la llave, luego el archivo y haces clic en Decrypt. El archivo protegido volverá a ser legible como antes.

En definitiva, con FinalCrypt podrás proteger tus archivos y mantenerlos a buen recaudo aunque estén accesibles en una carpeta pública. Sin el archivo llave, su contenido estará cifrado y será ilegible.

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