Dos bebés prematuros han fallecido en los diez últimos días en el Hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, a causa de una infección bacteriana que también ha llevado al aislamiento de otros tres.

El caso está siendo investigado por el propio centro médico, mientras que la asociación del Defensor del Paciente lo ha denunciado al Fiscal Superior de Cataluña, después de que los padres de uno de los bebés alertaran de una posible mala praxis en el trato hacia los pequeños.

Una entereocolitis que se complicó

Los bebés fallecidos, que nacieron a las 24 y 25 semanas de gestación y tenían pesos de menos de 500 y 700 gramos, sufrían enterocolitis, una inflamación intestinal muy común en recién nacidos, que puede volverse muy grave en los prematuros. Sin embargo, esta se complicó a causa de una infección por Klebsiella. Esta es una bacteria que a menudo se encuentra en el tracto digestivo de los seres humanos sin suponer ningún problema. Sin embargo, algunas cepas pueden causar enfermedades muy diferentes, desde neumonía hasta infecciones en las heridas o el sistema urinario. Aunque es muy común en la naturaleza y puede encontrarse en un gran número de lugares diferentes, es causante habitual de infecciones de hospital, en las que afecta principalmente a personas con un sistema inmunitario débil, como los propios bebés prematuros.

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En el caso de estos recién nacidos, según han declarado a Efe fuentes del hospital, su enterocolitis se complicó a causa de la bacteria, provocando una infección sanguínea, llamada sepsis, que terminó con la muerte de ambos. Aparte de ellos, otros tres bebés han sido aislados, tras detectar la bacteria en su organismo, aunque por el momento no han manifestado síntomas.

¿Qué pudo salir mal?

El caso ha sido presentado al Defensor del Paciente por los padres de uno de los bebés. La pareja asegura que la muerte anterior tuvo lugar en el fin de semana del 20 de abril, varios días antes del fallecimiento de su hija, que tuvo lugar el día 24 del mismo mes. El hospital señala ante esto que en los análisis realizados cada tres semanas a los bebés ingresados no detectaron la bacteria.

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Por otro lado, los padres denunciantes consideran que pudo haber falta de asepsia en la sala de incubadoras en la que, según citan textualmente, “los pies se pegaban al suelo”.

Ante esto, y el hecho de que nada más detectar la infección no se trasladara a los pequeños, la asociación ha declarado que “entienden esto como un delito contra la salud de los ciudadanos, máxime cuando se trata de bebés o de personas con las defensas bajas en un centro sanitario, que debe estar totalmente aséptico, porque en ello va la vida de las personas”.

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