El próximo 16 de abril llegará a las tiendas la biografía de Leander Kahney sobre Tim Cook, el CEO de Apple. El libro, que se centra en la evolución de la compañía desde que Cook tomó el mando en 2011, revela, entre otras cosas, cómo la compañía vivió las semanas en las que el FBI y las autoridades estadounidenses presionaban a la empresa norteamericana para, aprovechando el caso San Bernardino, generar una puerta trasera en los dispositivos iOS y acceder a los contenidos almacenados en su interior.

El medio especializado TechCrunch, que obtuvo acceso a varios fragmentos del libro, expone la visión de Bruce Sewell (ex-vicepresidente de asuntos legales y gubernamentales de Apple), quien asegura en el libro que el FBI intentó utilizar el caso de San Bernardino para, aprovechando la división de opiniones entre el público, lograr acceso a todos los productos de Apple.

Sewell señaló que, en 2014, el FBI había solicitado "obtener acceso a los teléfonos en masa" después de que Apple lanzara iOS 8, que cifraba los iPhone y los iPad con el código de desbloqueo.

Sin embargo, la solicitud del FBI no prosperó. Como recoge el libro, ni siquiera Apple podía desbloquear los dispositivos con iOS que ellos mismos diseñaban.

No existía una forma viable de entrar en un iPhone –incluso con una orden judicial–. Ni siquiera Apple podía desbloquear estos dispositivos. La compañía declinó la solicitud del FBI.

No obstante, cuando el caso San Bernardino emergió en 2015, el FBI intentó utilizarlo para, aprovechando la opinión pública, ejercer presión sobre Apple, acceder al contenido del teléfono del agresor (un iPhone 5c) y, al mismo tiempo, lograr esa puerta trasera que reclamaron años atrás.

"Había una sensación en el FBI de que esta era una tormenta perfecta", aseguró Sewell. "Ahora tenemos una situación trágica. Tenemos un teléfono. Tenemos un agresor muerto. Este es el momento en el que vamos a forzarlo. Y en ese momento, el FBI decidió proceder con la orden judicial", continuó.

En los meses posteriores, la sede de Apple en Cupertino se convirtió en un centro de operaciones activo 24/7, según describe el libro. La compañía aumentó su esfuerzo por responder a las solicitudes de la prensa con la intención de moderar el mensaje y no perder la batalla por la opinión pública.

Finalmente, el juicio entre el FBI y Apple no llegó a celebrarse. Las autoridades estadounidenses retiraron la demanda tras la contratación de un grupo de hackers, que logró acceder al iPhone 5c del agresor semanas más tarde. En su interior, pese a lo expuesto previamente por el FBI, no se encontraba ninguna información útil para el caso.

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