Varios anuncios por internet que vendían animales disecados de especies protegidas fueron el detonante de una operación del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, que ha culminado con seis personas investigadas como presuntas autoras de un delito contra la fauna.
Parte de las especies incautadas tienen la condición de máxima protección al estar amenazadas o en peligro de extinción, como es el caso del tigre, el rinoceronte y el elefante africano. Alguno de los ejemplares, como es el caso de un leopardo, alcanzaba los 8.000 € en la venta online.
“Cuando solicitamos el titular del teléfono de esos anuncios nos salió una empresa de construcción, que obviamente no tenía nada que ver con la taxidermia. Contactamos con él interesándonos por las piezas”, ha declarado la teniente María Pellicer, del SEPRONA. El operativo los llevó a una nave de Alicante en cuyo anexo guardaban especies protegidas disecadas procedentes de África y del territorio nacional.
Los agentes identificaron al vendedor, que resultó ser también el propietario de la empresa y, posteriormente, la Guardia Civil dirigió sus pesquisas hacia un posible taxidermista que habría podido realizar los embalsamamientos en un chalet de la localidad de Mutxamiel (Alicante).
“Se dedicaba a esta actividad sin permiso, lo que quiere decir que todos los residuos los vertía al alcantarillado con el consiguiente problema sanitario que ello conlleva”, añadió Pellicer. Al continuar con la investigación, descubrieron a un tercer implicado en la naturalización de las especies que aparecía dado de alta como profesional del calzado en Elche.
La Operación Taxideralia, como la ha denominado el SEPRONA, también está liderada por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) dentro del Plan de Acción Español de Lucha contra el Tráfico de Especies Silvestres (Plan TIFIES), que se aprobó en 2018. En total han intervenido más de 200 ejemplares de varias especies incluidas en el Convenio CITES, que van desde ejemplares de león africano, rinoceronte blanco, tigre de bengala a hipopótamos, cocodrilos africanos, antílopes y jirafas.
España, punto clave para interceptar el tráfico ilegal de especies
“España, por su posición geográfica y por su situación como plataforma de comercio internacional, tiene una gran demanda de tráfico ilegal de especies. Este Plan de Acción TIFIES pretende reforzar la cooperación entre las administraciones españolas, mejorar la aplicación de la ley, ayudar a los países de origen del tráfico y divulgar y sensibilizar, así como reducir la oferta y la demanda”, apuntó Luis Mariano González, del MITECO.
Entre 2005 y 2014, el 31 % de las pieles de reptiles incautadas a escala mundial tenían a España como destino final. El tráfico de vida silvestre es una actividad criminal grave, que ocupa el cuarto lugar en la escala mundial, solo por detrás del tráfico de drogas, las falsificaciones y el tráfico de seres humanos.
Si bien su magnitud es difícil de cuantificar, el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) e INTERPOL, estiman que el mercado negro asociado al tráfico de especies silvestres asciende a 90.000 millones de dólares al año.
El tráfico afecta tanto a especies de fauna como de flora, muchas de ellas amenazadas de extinción. Cada año se trafican ilegalmente 1,5 millones de aves vivas y 440.000 toneladas de plantas medicinales y se matan más de 100 tigres, 1.000 rinocerontes, 30.000 elefantes y alrededor de 100.000 pangolines, que presentan un riesgo de extinción alto a corto plazo por esta causa.
Asimismo, es una actividad que está en auge. Por poner un ejemplo, en 2007, 13 rinocerontes fueron ilegalmente abatidos, mientras que en el 2014 han sido 1.200. En el caso del rinoceronte negro, una especie en peligro crítico, sus efectivos poblacionales han disminuido de 100.000 en 1.960 a solo 5.000 en 2016.
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