Si alguno pensaba que la cuestión del taxi y las VTC había terminado con el fin de la huelga el pasado 6 de febrero, la realidad es que estaba más que equivocado.

La negativa del presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, de ceder ante las peticiones del colectivo del taxi, incluso habiendo cedido estos en su principal línea roja –la de las precontrataciones–. La falta de un acuerdo dejaba vía libre a una regulación por parte de la Comunidad de Madrid que entraría en conflicto con la propuesta de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de la capital.

Unas semanas después, y con la avalancha de las elecciones autonómicas, municipales y generales que se vienen para los próximos meses, las partes se mantienen expectantes ante lo que se pueda venir.

Los taxistas de Madrid deciden dar fin a la huelga indefinida

Por su parte, Garrido a través de la consejera de transporte, Rosalía Gonzalo, se reunía con el taxi hace apenas dos días sin llegar (de nuevo) a ningún acuerdo. Desde las dependencias de la comunidad ofrecían la posibilidad de implantar taxis de hasta nueve plazas -ya presentes desde hace tiempo en la capital-, ayudas para implantar sistemas de pago con tarjeta -obligatorios desde la ordenanza de 2012- y la posibilidad de trabajar 24 horas, lo que entraría en conflicto con la ordenanza de máximo 16 horas aprobada en 2011 para regular la oferta y la demanda de vehículos en las calles. Este ultimo punto, además, sería altamente conflictivo con el objetivo de Comunidad y el Ayuntamiento de descongestionar las vías públicas de vehículos. Por otro lado, se abriría la puerta a un programa de compensación para comprar las licencias del sector. Este punto es el que, a término, preocupa más al colectivo. Fuentes internas explican que "eso puede suponer la muerte del sector a través de la devaluación del precio de cada licencia primero y que se lo queden las flotas". De hecho, para Elpidio José Silva, abogado del taxi, esto es un plan para convertirlo en un monopolio controlado por unos pocos al igual que ha ocurrido con las VTC.

El resultado, por tanto, fue la negativa del sector de aceptar tales medidas.

Comentaba el presidente a los medios que "si no hay un acuerdo, la ley se quedaría tal y como estaba"; en este punto, la única esperanza del sector del taxi es un cambio de Gobierno de tono socialista en los muros de la sede de la Comunidad de Madrid. Es decir, algo más alineado con el posicionamiento de Carmena en el Ayuntamiento (en el caso que revalidase su candidatura). Para eso, en cualquier caso, habrá que esperar al próximo mayo.

Mientras, en el Ayuntamiento...

Mientras la batalla se mantiene abierta en la Comunidad, el Ayuntamiento se ha puesto manos a la obra para gestionar el dilema de las VTC. El problema, explican desde el taxi, "cualquier cosa que salga en el reglamento que sea contrario a lo que diga la Comunidad se tumbaría".

Igualmente, Carmena se ha puesto manos a la obra creando grupos de trabajo con todas las partes. Precisamente hoy, la consejería de transporte y medioambiente se sentaba con el colectivo VTC para hablar de la propuesta de ordenanza. Desde el Ayuntamiento no van a hacer declaraciones hasta la publicación del resultado final, pero sí confirman su intención de regular la actividad de los vehículos bajo licencia VTC. Y esto no gusta en el sector.

Carmena busca, precisamente lo contrario que Garrido: limitar el número de coches circulando en la ciudad. La precontratación -bajo el modelo Coalu- ha quedado claro, por todas las partes políticas, que no es una opción. Por ese motivo, al Ayuntamiento se le ha ocurrido controlar el número de kilómetros que las VTC hagan de vacío. ¿El motivo? Medioambiental. Precisamente el que aparece en la carta de presentación de Uber y Cabify; lo cual entraría en conflicto con su política. De esta manera, los coches solo podrían circular -dependiendo de su modelo- entre un 35% y un 65% del tiempo vacíos por la ciudad. Sería, salvando las distancias, una manera de obligar a que estos deban volver a cocheras para no agotar su tiempo. Igualmente, esta medida genera muchas dudas: ¿qué es ir de vacío?¿cuándo se empieza a contar?

Esta medida, que el taxi ha definido "como muy positiva", sería una de las formas que el Ayuntamiento tendría para diferenciar a los dos sectores. Es decir, "premiando" al taxi en su permiso para poder buscar pasajeros de calle y no solo en paradas o a través de aplicaciones.

Los taxistas de Madrid renuncian a su principal reclamo

Asimismo, se creará un registro municipal de licencias VTC; bajo la idea de controlar la compra-venta y propiedad de las mismas. Horarios de descanso para los profesionales de las VTC igual a las del taxi: 16 horas de trabajo máximo y dos jornadas de descanso. Cómo controlar eso sin un taxímetro -ya sea por kilometraje, tiempo o precio- es una duda que mantiene todo el sector del taxi.

Aún con todo sobre el aire, la nueva Ordenanza tendría que estar preparada para antes de la vista electoral. Hasta mayo, quedan semanas muy largas en el conflicto del taxi y las VTC.

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