En 2004, un equipo de investigadores de la Universidad de Ohio se encontraba excavando en torno a un acantilado del río Mtuka, en Tanzania, cuando comenzaron a aparecer los huesos de lo que parecía un titanosaurio de cuello largo. No era el primero que se encontraba en esa zona, por lo que era una opción probable. Y así fue, aunque el ejemplar, cuyo esqueleto parcial se encontraba en un conjunto de rocas del Cretácico (hace 100 millones de años), tenía una peculiaridad que lo hacía diferente: los huesos de su cola, en forma de corazón.

Esta pequeña característica hace que no parezca casualidad que finalmente se haya publicado el estudio en PLOS ONE justo el día antes de San Valentín. Pero no es la única peculiaridad que envuelve a *Mnyamawamtuka moyowamkia (significa “animal de Mtuka, con cola en forma de corazón” en swahili), pues aporta información muy importante sobre la historia de la fauna africana.

Crédito: Mark Witton

Una pieza más en la historia del continente africano

La excavación, que se inició en 2004, duró cuatro años, durante los cuales hicieron falta varios grupos de palentólogos, algunos de ellos escaladores. Fue necesario extraer los huesos con cuidado, ya que podrían erosionarse durante las estaciones húmedas, que azotan con intensidad esa zona del Sistema del Rift, en África Oriental.

Pero valió la pena, pues la información extraída de estos fósiles puede ayudar a reconstruir la historia paleogeográfica del continente. Concretamente destaca que Mnyamawamtuka moyowamkia presenta un gran parecido con otros titanosaurios hallados en la misma región, pero también tiene ciertas similitudes interesantes con Malawisaurus, un animal cuyos restos se hallaron justo al otro lado de Tanzania, en la frontera con Malawi.

Además, aporta de nuevo información sobre la complejidad con la que evolucionaron los dinosaurios, ya que los titanosaurios eran mucho más frecuentes en Sudamérica, pero gracias a este equipo de científicos, así como a otros grupos de investigadores, se han hallado varios ejemplares en ciertas zonas del continente africano, especialmente en Tanzania y Egipto.

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Por otro lado, este equipo no ha excavado solo dinosaurios en África. De hecho, en los últimos años también han encontrado otros fósiles interesantes, como un cocodrilo emparentado con los mamíferos, un nido de termitas que apoyaría evidencias tempranas del cultivo de insectos y algunos huesos correspondientes al momento en el que los primates comenzaron a perder la cola.

Pero esta semana ha llegado el turno de dar a conocer al dinosaurio de la cola de corazón, otra pieza más en el puzle de la fauna africana, correspondiente a un momento muy especial, de gran cambio evolutivo. Buena forma de celebrar San Valentín.

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