Otra teléfono más de Xiaomi en el mercado, otro smartphone que merece la pena tener en cuenta en un mercado donde la firma asiática cuenta con cada vez más presencia. Si a nivel mundial Huawei puede dar la sorpresa en 2019 adelantando a Samsung y colocándose como primera de grupo en el ranking de volumen de ventas, en el espectro español la firma china podría seguir escalando posiciones y consolidándose como una de las marcas de referencia.

De suceder, será gracias al ingente esfuerzo realizado por la compañía para penetrar en las distintas líneas de mercado existentes con productos como el Mi 8 Lite. Una versión, como su propio nombre indica, reducida en especificaciones respecto al Mi 8 Pro y el Mi 8 estándar –además de las variantes SE y Explorer– y enfocada a aquellos que buscan obtener buena parte de las bondades de esta línea sin que ello suponga tener que alcanzar los varios cientos de euros que pueden llegar a costar las configuraciones superiores.

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Pero con un mercado en el que las posibilidades se multiplican a cada día que pasa y donde la propia Xiaomi cuenta con un amplio abanico de opciones para quienes buscan precios no demasiado altos, la pregunta que hay que hacerse parece obvia. ¿Qué aporta de nuevo el Mi 8 Lite que no podamos encontrar en otros terminales?

Otra opción más, quizá la menos delineada de todas

El Xiaomi Mi 8 Lite, como decía, viene a completar una baraja de opciones que en ocasiones puede resultar excesiva y, como en el caso del Mi 8 Pro, resulta inevitable pensar si estos teléfonos de verdad tienen una razón de ser más allá que la de aprovechar el tirón de la gama Mi 8. Por ejemplo, comparémoslo con el alabado y multitud de veces recomendado Mi A2.

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Tanto en el Xiaomi Mi 8 Lite como en el Xiaomi Mi A2 contamos con algunos de los apartados más importantes calcados: 4/6 GB de RAM, 64/128 GB de almacenamiento interno, pantalla LCD de 403 ppp, procesador Snapdragon 660 o unas medidas casi idénticas se repiten en ambos modelos. También hay diferencias, no obstante.

Por un lado contamos con la presencia del famoso notch o ceja en la parte superior de la pantalla mostrándose en toda su gloria en el Mi 8 Lite, que además dispone de una pantalla ligeramente mayor en dimensiones (6,26 pulgadas frente a las 5,99" del Mi A2). No es necesariamente una mejora, pero en términos puramente estéticos, contar con uno de los grandes distintivos de los smartphones de alta gama de la actualidad puede ser también un elemento que juegue a su favor –a pesar del odio manifiesto de muchos hacia este aspecto–.

Por otro, los materiales: mientras que el Mi 8 Lite se abona al cristal en su parte trasera y a los laterales cromados, dos de los aspectos extendidos en la amplia mayoría de terminales de alto calibre, el conservador Mi A2 sigue teniendo un compacto cuerpo de aluminio. Puede no ser un aspecto determinante en muchas ocasiones, pero que el primero de ellos se siente mejor en mano es un hecho.

El último aspecto clave es el fotográfico, donde la balanza también se encuentra más o menos pareja, aunque con matices. Por un lado, el Mi 8 Lite dispone de una doble cámara trasera de 12 + 5 megapíxeles con aperturas f/1.9 y /2.0, respectivamente, añadiendo una frontal de 24 MP. El Mi A2, por su parte, dispone de una también doble cámara trasera, más capaz con 12 + 20 megapíxles y apertura f/1.8 en ambas, pero su frontal –que incluye flash– desciende hasta los 20 MP.

Una experiencia conocida

A grandes rasgos, la experiencia que es capaz de ofrecer el Xiaomi Mi 8 Lite es bien conocida y no sorprenderá a nadie que ya haya probado anteriormente alguno de los terminales recientes de la firma. Para quien no lo haya, bastaría con decir que proporciona un desempeño sin demasiados complejos en el día a día y a la altura de lo que uno puede esperar de un dispositivo de estas características.

Las fotografías tomadas son buenas –aunque flaquean, como era de esperar, en entornos con baja luminosidad– y las tareas cotidianas no requieren de más potencia de la que proporcionan sus especificaciones. Si acaso, y comienza a ser esta una anotación recurrente, se echa en falta que las aplicaciones en segundo plano se recarguen con menos frecuencia de la que lo hacen.

Más allá de eso, al Mi 8 Lite no puede exigírsele mucho más para la horquilla de precios en la que se mueve, de la misma manera que tampoco puede hacerse con el Mi A2. Ambos son terminales enfocados de manera certera y refinada para el segmento medio de usuarios, con una minuciosidad evidenciada en el conjunto de especificaciones que hace que la balanza se incline a favor de cualquiera de los dos cuando se compara con alguno de sus principales rivales.

El quid de la cuestión, el interrogante que deberá resolver cada uno, es si prefiere la solvencia, compostura y perfección en los engranajes que ofrece el Mi A2 con Android One o si, por el contrario, prefiere aventurarse en el vanguardista notch y la interfaz por –por gestos o no– de MIUI. Ninguna de las dos, a buen seguro, decepcionará.