La startup Faraday Future, comandada por Jia Yeting, continúa con serios problemas de flujo de efectivo, por lo que tendrá que cesar a alrededor de 250 empleados, según anunció en su cuenta de Twitter.
Update from Faraday Future on current business operations. pic.twitter.com/1psfWiFS0c
— Faraday Future (@FaradayFuture) 4 de diciembre de 2018
Esta no sería la primera vez que la empresa de coches eléctricos recurre al cese temporal de gente, pues el pasado mes de octubre disminuyó su plantilla de personal dejándola en 600, de los 1.000 empleados que tenía en los Estados Unidos, según informa The Verge.
De acuerdo a la misma empresa, la situación financiera se ha venido deteriorando en gran parte por la falta de cumplimiento de su inversionista principal: Evergrande.
En plena crisis, Faraday Future lucha con todo para sobrevivir
Un futuro incierto
Faraday Future ha metido el caso a un tribunal de arbitraje en Hong Kong, donde está la sede del ya mencionado inversionista, pero no esperan una resolución sino hasta dentro de 2 a 3 meses, por lo que se han visto obligados a realizar recortes financieros en lo que encuentran una solución.
Los empleados suspendidos podrán regresar a sus labores en la compañía hasta febrero o marzo del 2019. Mientras tanto, no recibirán salarios o compensaciones de ningún tipo.
Evergrande salvó de la banca rota a Faraday Future a finales del 2017 con una inversión de 2 mil millones de dólares. Los primeros 800 millones fueron entregados de inmediato y permitieron continuar con la operación.
En el 2018, las cosas se empezaron a complicar cuando la empresa liderada por Jia Yeting solicitó otro adelanto de 700 millones de dólares para comenzar con la producción de su vehículo eléctrico. Evergrande accedió, pero con la condición que Yeting dejara la compañía y renunciara a sus acciones que le dan control interno.
El CEO de Faraday tiene problemas legales en China, por lo que su principal inversionista desea que se haga a un lado para que no impida las operaciones de la compañía en el país asiático.
Al no llegar a una solución, la startup fabricante de coches eléctricos depende de la decisión que tomen en el tribunal de arbitraje para esclarecer su futuro, mismo que no luce nada alentador.