Netflix quiere convertirse en un gigante de la producción propia, si es que no lo es ya. Ahora la compañía ha ido a lo grande y se ha hecho con uno de los estudios de producción más importantes del sur de Estados Unidos. Y estudio no se refiere a productora, sino que se está haciendo con las instalaciones donde se ruedan multitud de películas en Nuevo México: Albuquerque's ABQ Studios, convirtiéndose en su primera compra de un complejo de estudios de alta dimensiones.
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De momento está cerrando el trato, pero la idea va más allá de hacerse con un complejo de edificios donde rodar sus producciones. Lo que quiere es convertir Albuquerque en un hub de producción, incluyendo una serie de acuerdos con las entidades locales para que generen incentivos que conviertan el centro en una referencia para la producción de contenidos: 10 millones del estados y otros 4,5 millones de dólares de la propia ciudad.
Es un cambio de tercio muy importante para Netflix, que pasará a encargar parte de sus producciones a productoras externas a controlar todo el proceso creativo y tener instalaciones que puedan utilizar sin necesidad de depender de agentes externos, de calendarios ajenos a la compañía o a infraestructura específica que no controla.
La compañía, además, ya ha producido algo de contenido en Nuevo México, incluyendo Godless, Longmire y The Ridiculous Six, y quiere usar ahora los estudios que está comprando ABQ para producciones como Chambers, Daybreak y Messiah. La zona, además, está especialmente solicitada: Amazon tiene en nómina a los los famosos Culver Studios, y Apple tiene la intención de alquilar otra ubicación en Culver City, por lo que movimiento de Netflix es magistral.