Y cuando Xiaomi parecía habernos mostrado la senda hacia su consolidación con unas gamas y líneas de terminales que ya habíamos terminado de asimilar, llegó el Pocophone F1 para desbaratar, de nuevo, todo. Un terminal con unas especificaciones increíbles a un precio demasiado bueno como para ser verdad pero que, sin embargo, lo es. Con él, la firma asiática pone patas arriba el segmento más copado de todos, el medio –aunque en muchos de los aspectos incluso pueda considerarse de gama alta–, y obliga al resto de fabricantes a bailar a su ritmo si quieren tener algo que hacer con el que es, queda ya dicho, el teléfono que mejor relación entre calidad y precio ofrece en lo que va de año.Cuando se desveló que la cada vez más popular firma asiática iba a presentar una submarca bajo el nombre de Poco para ofrecer "productos de gama alta a precios competitivos", pocos imaginábamos que el primer resultado de la filial iba a ser algo como el Pocophone F1. Especialmente por el precio, pero también por lo atrevido que supone encapsular componentes que se encuentran ahora mismo en los terminales de más alta gama del mercado en un cuerpo de policarbonato en lugar de aluminio o cristal.

La filosofía que se encuentra detrás de las curiosas decisiones tomadas en el proceso de fabricación de este terminal es, simplemente, eliminar lo superfluo de un smartphone para así reducir su coste y que el usuario final pueda disfrutar de las funciones que realmente importan a un precio reducido. Pero si bien en algunos de los puntos esto se encuentra justificado, en otros también nos hace desear que desde Poco hubieran considerado incluir algunas especificaciones y características que incluso en un teléfono como este se pueden echar en falta.

Sin embargo, el equilibrio conseguido en el conjunto del teléfono hará que pase a ser la opción por defecto para muchos de los que buscan un gran teléfono aunque haya que comprometer algunos aspectos por el camino. Dependerá de cada uno, por descontado, discernir cuáles son aquellos que se consideran de más peso en el ámbito personal.

Nadie te va a dar más

Lo que Xiaomi –o Poco– ha hecho es algo extremadamente remarcable si tiene en cuenta el punto en el que está el mercado de los smartphones en sector medio, donde los fabricantes intentan malabarismos entre especificaciones y precios para ajustarse a las exigencias de unos clientes que cada vez demandan más funciones. El Pocophone F1, sin embargo, ha montado el ariete y cargado contra todos ellos sin racaneos ni escatimaciones en las áreas que ellos han considerados más importantes y que, en buena parte, coinciden con la opinión de un servidor.

De esta manera, el teléfono premia como ningún otro de su rango de precio el rendimiento, llevando incrustado en su interior un tridente que nadie extrañaría ver en cualquier otro dispositivo de quinientos euros para arriba. Este no es sino el aquel formado por el ya sobradamente demostrado competente Snapdragon 845 de Qualcomm (solo visto en gama alta, hasta ahora), 6 GB de memoria RAM y refrigeración líquida para asegurar que el rendimiento no se ve afectado con el paso del tiempo.

Con ello nos prometían un desempeño asombroso en el día a día y la realidad es que esto se cumple sin nada que reprochar. Porque si la experiencia con las aplicaciones de uso frecuente –Twitter, Instagram, WhatsApp, Slack– es sobresaliente, también lo es con aquellas que requieren de un extra de recursos, como títulos de la talla del PUBG, haciendo que sea un terminal muy recomendable para quienes tengan en los juegos una de sus predilecciones.

A esto hay que añadirle unas configuraciones –que tendrán en cualquier caso los mencionados 6 GB de RAM– que variarán en su almacenamiento interno entre los 64 y los 128 GB. Haberse saltado la versión de 32 GB aquí también es todo un acierto que permitirá que un grueso importante de los que adquirieren este terminal no tengan que ir a por la versión de mayor capacidad, sino que sea suficiente con la básica para cumplir correctamente las aspiraciones particulares, con el ahorro monetario que eso supone.

Para terminar de redondear la jugada encontramos una batería de 4.000 mAh que, junto con la eficiencia posibilitada por los componentes mencionados, ofrece una autonomía que a uno le maravilla encontrase en un smartphone si tenemos en cuenta la trayectoria seguida por algunos fabricantes, donde este aspecto parece haber pasado a un segundo plano. Con el Pocophone F1 los problemas de no llegar al final del día sin haber tenido que hacer la parada reglamentaria en el enchufe quedan desterrados y, no solo eso, sino que con un uso moderado –sin abusar de vídeo o datos– no es complicado obtener dos días de autonomía.

La vida con el Pocophone F1

Más allá de la mencionada potencia y aspectos dados por todo aquello que no vemos de terminal a primera vista, se encuentra la experiencia que este nos ofrece a diario y que, como es natural, marcará el grado de satisfacción personal con el dispositivo. Aquí lo primero que hay que resaltar es que se trata de un teléfono de dimensiones considerables o, dicho de otro modo, no apto para quienes tengan las manos pequeñas. Es importante tener esto en cuenta porque las dimensiones de un teléfono de este tamaño se ven acentuadas por el grosor del mismo, que en este caso es de 8,8 milímetros y lo convierten en un dispositivo algo tosco en su manejo.

Esto posibilita, claro, tener una pantalla de razonables dimensiones que, junto con la mencionada autonomía y rendimiento, hace que sea un placer consumir contenido audiovisual o jugar en él. A pesar de ser LCD –como es obvio, por otra parte, en este rango de precios–, el equilibrio de colores que ofrece es correcto y el brillo en situaciones de gran luminosidad ambiental es aceptable, aunque no tanto como para encontrarse entre los mejores paneles del momento.

Si hablamos de la construcción y de cómo se siente el producto, resulta reseñable también el mencionado cuerpo de policarbonato, que ofrece una sensación notablemente menos premium que los terminales de gama media y alta que ya acostumbramos a ver. Aunque es verdad que el aspecto está ciertamente conseguido, alejándose de la apariencia reminiscente del plástico, la sensación en mano delata que, por su elección de materiales, no puede medirse con los smartphones que coronan las gamas de las diferentes marcas.

La biometría acompaña al Pocophone F1, como ya es habitual en muchos terminales, tanto por delante como por detrás del dispositivo. En su parte trasera encontramos un bien ubicado lector de huellas que es cómodo de encontrar y rápido en su reconocimiento, disponiendo en la delantera de una lente y sensor de infrarrojos para el desbloqueo facial. Una opción, eso sí, que no está habilitada aún en España, pero que puede ser activada rápidamente y que, tras haber probado, solo queda alabar. Si bien la configuración hace pensar que el escaneo facial no es realizado en demasiada profundidad, permite desbloquear el terminal en diversas situaciones (con luz incidiendo de manera directa en el sensor, en total oscuridad o con algún objeto tapando cierta parte del rostro) con efectividad.

Hablar de experiencia de uso con este dispositivo es hacerlo también de la capa de personalización propia de Xiaomi, que esta vez ha sido modificada para permutar MIUI por una interfaz a medio camino entre esta y Android One. El resultado es una capa basada en la que ya conocíamos de la empresa madre pero con un launcher propio y aportes como la galería de aplicaciones ordenadas por categorías que facilitan la navegación y dan un aire fresco al terminal. En esta ocasión también podemos disfrutar de los gestos de navegación de MIUI 9, facilitando el aprovechamiento de la pantalla y una interacción más intuitiva.

El temido apartado fotográfico

El apartado que más temor me generaba antes de poder probar el teléfono era la cámara, especialmente la trasera, que es de manera teórica en punto más flojo del terminal. La sorpresa ha sido mayúscula al comprobar que el miedo era infundado y que el Pocophone F1 es capaz de ofrecer una experiencia fotográfica de una calidad que en condiciones favorables es apreciablemente buena y que, en cualquier caso, no resulta censurable.

En medias y altas condiciones de luminosidad las fotografías cuentan con nitidez –aunque puede perder algo de detalle en comparación con otros teléfonos de la competencia, como el Honor 10–, buen procesado y, en general, buena interpretación del color. Aquí se nota también el tener o no el modo de inteligencia artificial con reconocimiento de escenas activado que, si bien tiende a sobresaturar los colores, no es tan exagerado como en el caso de Huawei. El modo retrato está muy bien conseguido en conjunto, pero sigue pecando de desenfocar con innecesaria abundancia el fondo de las imágenes en tomas donde hay una larga distancia entre el sujeto y el siguiente objeto.

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De noche sí se acusan más las especificaciones con las que cuenta esta cámara, donde aparece el ruido en tomas con pocos puntos de luz y donde la falta de estabilizador óptico hará que el movimiento eche a perder una fotografía de no tener correctamente sujeto el teléfono. Se echa de menos también contar con opciones como el zoom 2x sin perder calidad de imagen, algo que sí vemos en otros terminales con doble lente y que otorga una utilidad extra al terminal.

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A la cámara frontal poco hay que echarle en cara, cumpliendo más que de sobra con lo exigible en estos casos y, en muchas situaciones, dando más que la amplia mayoría. Selfies de calidad, un modo retrato que recoge bien el detalle, incluso de noche y, en general, un comportamiento intachable.

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*Puedes ver estas y otras fotografías del Pocophone F1 a tamaño completo en este álbum*.

Lo que no se puede pasar por alto

Aunque la relación entre calidad y precio del terminal, como mencionaba, es excepcional, no quiere decir que este se libre de cualquier compromiso. Ya los mencionamos el otro día, pero es de rigor hacer hincapié de nuevo en aquellos aspectos que pueden suponer una traba para el uso cotidiano del teléfono.

Así las cosas, hay que señalar que el Pocophone F1 cuenta con una pantalla protegida por Gorilla Glass 3, lo que lo convierte de manera automática en un producto más frágil ante caídas o golpes, que con él podrán derivar en rotura más fácilmente. Tampoco cuenta con la última carga rápida de Qualcomm, la QuickCharge 4.0, ofreciendo la anterior versión y, por consiguiente, aumentando el tiempo de espera hasta llegar al 100 % en su enorme batería.

Los dos aspectos conflictivos por excelencia son la ausencia de NFC, un añadido que ya hemos echado de menos en la gama media de Xiaomi en otras ocasiones, y la posibilidad de reproducir Netflix en HD. A esto hay que añadir también la nula calificación IP de resistencia al agua o al polvo o los ya mencionados aspectos de la cámara y la construcción.

Conclusión

El Pocophone F1 se lleva un 8,5 de calificación pero esta podría llegar a ser algo mayor o menor en relación a lo que se valore. En la interpretación del conjunto del terminal, creo que un smartphone con una carcasa de plástico o ausencias como el NFC no puede llevarse más la nota adjudicada por cuestiones obvias del estado del mercado en la actualidad.

Fuera de esto, es un terminal extremadamente competente que hará las delicias de quien no quiera invertir mucho más de trescientos euros en un smartphone que, por varios de sus aspectos, podría tener un precio más elevado. Es un teléfono enfocado al usuario medio y, para este perfil, cumple sobradamente con lo que promete.

A muchos les recordará en cierta medida al OnePlus One en su día y resulta más que probable que el precio de las futuras versiones del Pocophone se vea incrementando conforme su éxito vaya extendiéndose. Por el momento, y a falta de analizar en detalle el recién presentado Honor Play, se hace complicado no recomendar a la nueva creación de Xiaomi frente a su potencial competencia.

Pros

  • Potencia y rendimiento
  • Autonomía
  • Reconocimiento facial
  • Precio

Contras

  • Materiales
  • Ausencia de NFC
  • Cámara sin zoom 2x ni OIS

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