**Si hay en el cine un héroe de acción al que uno no se cansaría de ver en pantalla, por su desparpajo de hombre normal, su ingeniosa y desconcertante chulería y, sin lugar a dudas, su escasa o nula preocupación por su integridad física, ese es el gran John McClane, en cuya piel se ha metido el germano-estadounidense Bruce Willis (Doce monos, El sexto sentido, El protegido, Lucky Number Slevin) desde que decidió protagonizar la imprescindible Die Hard (John McTiernan, 1988), a la que le siguieron la decente Die Hard 2 (Renny Harlin, 1990), la muy superior Die Hard with a Vengeance (McTiernan, 1995), la entretenida Live Free or Die Hard (Len Wiseman, 2007) y la desastrosa A Good Day to Die Hard (John Moore, 2013), una patada en los cataplines del buen gusto cuyo dolor podría aliviarnos la sexta entrega.
La verdad es que el título del proyecto era hasta ahora Die Hard: Year One, pues la aventura que quieren contarnos, de la que Wiseman es responsable otra vez y para cuyo desarrollo se ha tomado bastante tiempo con el objetivo de garantizar su solidez, se centra en un caso del pasado policial de McClane, de modo que la narración estará dividida entre entonces y el presente, con otro colega interpretándole en su juventud. “Vamos a explorar a John McClane en sus veinte años, pero igual de prominente es la versión de sesenta”, le ha asegurado a la revista Empire el productor Lorenzo di Bonaventura para rechazar los temores de que Willis no aparezca todo lo que nos gustaría en pantalla. Y también ha revelado el título definitivo de la película: sencillamente, McClane; lo que puede que sea toda una declaración de intenciones** sobre que se centrarán más en la esencia y los entresijos del personaje. Qué ganas de volver a verle en acción.
