China, el mayor consumidor de energía del mundo, quiere dar un paso adelante en su uso de energías renovables. Para ello, ha planteado objetivos centrados en incrementar el consumo de energías verdes y la imposición de multas a todo aquel que no cumpla la normativa relacionada con las energías renovables.

En el plan de proyecto revisado de la Comisión nacional de desarrollo y reformas (NDRC, por sus siglas en inglés) se especifica que China apunta a que las energías renovables supongan al menos el 35% de su consumo eléctrico en el año 2030, suponiendo un importante paso adelante con respecto a su último objetivo relacionado, centrado que los combustibles no fósiles supusieran el 20% de la energía utilizada en el mismo año.

Esta revisión del plan original, publicado en marzo, es bautizada como el Estándar de fuentes renovables (RPS de Renewable Portfolio Standard) y funciona como un mandato sobre el incremento de producción de las distintas energías renovables, desde la eólica y la solar hasta la de biomasa y otras alternativas a las electricidades fósiles y nucleares, al tiempo que establece unos niveles mínimos de consumo provenientes de dichas fuentes renovables.

Hablamos de un plan destinado a aligerar la dependencia del carbón y la correspondiente polución que sufre la nación más poblada del mundo. Además, las citadas multas por incumplimiento de las normas establecidas en lo tocante a energías verdes son también un potente método recaudatorio que permitirá afrontar las cargas de subsidio del país, generadas por la potente apuesta en las tratas energías verdes. China es, de hecho, el país que más dinero ha invertido en energías renovables durante los últimos años.

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Hablamos, por tanto, de un plan que potenciará el uso de energías limpias al tiempo que, multando a todos aquellos que incumplan lo establecido, se financiarán ayudas del gobierno a productores energéticos. La Comisión nacional de desarrollo y reformas también afronta, en su plan de proyecto, objetivos más ambiciosos en lo que a su consumo de energía no hidráulica respecta para el presente año y el 2020, centrándose en algunas regiones concretas del territorio asiático como Yunnan y Xinjiang.

Parece que, si a nivel económico se consigue estabilizar la situación, uno de los pesos pesados de la industria energética y uno de los países más contaminantes del mundo apostará, y muy fuerte, por las energías verdes en las próximas dos décadas. Bloomberg se ha puesto en contacto con la NDRC y la Administración energética del país para realizar ciertas consultas sobre este plan de proyecto, centrándose en las mejores planteadas para fechas más cercanas, pero no han recibido respuesta alguna por el momento.

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