Dicen que Einstein no habló hasta los 3 años. Lo tomaron como un signo de que aprendía más despacio que el resto, pero era un genio con un cociente intelectual (CI) de 160 puntos, muy por encima de la media que está entre los 90 y los 110 puntos.

El ritmo de aprendizaje en cada niño es diferente. Sin embargo, hay signos y características que pueden hacer sospechar a los padres que su hija o hijo tiene una inteligencia que está por encima de la media. ¿Cuáles son? ¿Qué pueden hacer los padres cuando un hijo es superdotado?

¿Cómo son los superdotados?

El cerebro de una persona superdotada “es como si tuvieras un ordenador con mayor capacidad de procesamiento y mayor capacidad de almacenamiento, por lo que va muchísimo más rápido” que un ordenador normal, explica desde el otro lado del teléfono la psicóloga clínica y experta en superdotados Carmen Sanz Chacón, que además es directora de El mundo del superdotado.

Esto se traduce en una serie de características más allá de poseer un CI superior a los 130 puntos. “Aprende más rápido que los demás, tiene una memoria mucho más desarrollada, tiene la capacidad de relacionar cosas, que aprenden también muy rápido, con lo cual normalmente también tiene una gran capacidad de innovación”, señala la psicóloga, que además también es superdotada.

Debido a que su aprendizaje es más acelerado que el del resto de sus compañeros, muchas veces un niño de 10 años tiene una edad mental de 13. “Estos niños necesitan aceleración de curso como primera medida educativa porque es lo que les hará estar en el curso que realmente les conviene”, explica Sanz Chacón. “Si no se le da una educación especial muchas veces tienen problemas de fracaso escolar, bullying, falta de motivación, problemas en las relaciones sociales, etc”.

Pero no todo es la inteligencia. Las personas con superdotación también parecen tener una características emocionales comunes o, al menos, según las observaciones de la psicóloga clínica Sanz Chacón. “Lo que yo observo en El mundo del superdotado es que, normalmente, somos hipersensibles, personas con una gran capacidad de adaptación, somos también bastante despistados; solemos ser muy exigentes con nosotros mismos y con los demás, lo cual también hace que a veces seamos un poco intolerantes con los demás y muchas veces, si has tenido problemas para encajar con tus compañeros, también hay problemas de personalidad, como que somos más introvertidos que los demás, con un sentido de privacidad y reserva más alto que el resto. Aunque no se da siempre”.

“Nos cuesta encajar con la gente normal porque tenemos inquietudes muy diversas y a veces es complicado o difícil estar en un grupo de gente normal porque si eres adulto te aburres y si eres niño, también”, explica la experta. “Estas suelen ser las características generales. A parte de esto solemos tener una gran empatía, un gran sentido del humor y, generalmente, yo digo con frecuencia que la inteligencia suele ir asociada a la bondad, no siempre, pero suelen ir asociadas”, señala Sanz Chacón.

Altas capacidades

A veces, al hablar de superdotación, también se habla de altas capacidades a pesar de no ser sinónimos, ya que hay un pequeño matiz entre ambos términos. Pero ¿qué es esto exactamente?

“Altas capacidades es un concepto que se maneja en el mundo educativo para reflejar personas que necesitan educación especial” explica Sanz Chacón a Hipertextual. “Pueden ser superdotados o personas con talentos específicos o con un cociente intelectual de 120 o superior”, añade la psicóloga.

Así pues, la definición de persona con altas capacidades es más amplia que la de superdotado, por lo que Sanz Chacón cifra en un 10% de la población las personas con necesidades educativas especiales debido a que destacan por encima del resto y tan solo un 2% para aquellos con superdotación.

Pxhere

¿Cómo medir la inteligencia?

Hay multitud de pruebas que se pueden realizar para medir la inteligencia de una persona, pero, cuando se va a medir la inteligencia general, que es la que tienen los superdotados, todas suelen centrarse en cinco ámbitos: capacidad verbal, memoria, capacidad lógica y razonamientos, capacidad visoespacial y velocidad. “Estas son las que miden las pruebas habituales, son cinco parámetros con los que después se obtiene el cociente de inteligencia”, afirma Sanz Chacón. Pero no son las únicas que se pueden realizar, también se pueden hacer pruebas que solo miden la capacidad verbal o la lógica, “pero están todas relacionadas y los resultados en el CI que dan suelen ser parecidos a los de una prueba general”, explica.

Para las personas con altas capacidades estas pruebas también sirven las pruebas de inteligencia general, simplemente destacarán más en su ámbito de destreza. No sirven para las personas con talentos musicales, por ejemplo, para eso se necesitaría una prueba diferente, como explica la psicóloga especializada en superdotados. “Al final, altas capacidades es un término educativo que lo que refleja es que un niño tiene necesidades educativas especiales y puede necesitarlas porque tenga un gran desarrollo verbal o porque tenga un gran talento matemático o una gran capacidad visoespacial o un gran sentido o desarrollo para el arte”, señala.

Mientras las personas con altas capacidades pueden destacar más en un ámbito o tener un talento, los superdotados tienen una inteligencia general, como explica Sanz Chacón.

Socialización

La socialización para los niños superdotados, al igual que para el resto, es muy importante para su desarrollo futuro. Sin embargo, cuentan con una dificultad añadida: es más difícil encajar cuando el resto de niños no entiende tus juegos o intereses. Tampoco ayuda que uno aprenda mucho más rápido que el resto. “Eres diferente, tienes intereses distintos y aprendes mucho más rápido, esto hace que se genere rechazo por parte de los compañeros que no comprenden o no te siguen”, comenta la psicóloga clínica. “Quieres jugar a cosas que ellos no entienden y, entonces, eres un poco el raro y eso hace que a estos niños se les aparte, se les deje de lado, se les bloquee o, incluso, que se llegue al acoso escolar, a insultos, vejaciones, golpes y demás”.

¿Y cuál es la consecuencia? Que la autoestima del niño baje y termine encerrándose en sí mismo, lo que genera problemas de habilidades sociales que luego pueden durar toda la vida. “Pero esto ocurre porque el entorno escolar es hostil; si un niño superdotado está en un entorno adecuado, con gente que le entiende, esto no tiene por qué pasar”, afirma la experta en superdotación. El ambiente en el que se desarrolla el niño es tan importante que, como señala Sanz Chacón, cuando les llegan personas con falta de habilidades sociales y con problemas para relacionarse con los demás “suele ser consecuencia de no haber estado en el ambiente adecuado”.

Herencia familia

No solo se puede heredar la forma de la boca, la nariz u otros rasgos físicos. De padres a hijos o de abuelos a nietos, la inteligencia también se hereda. “Es muy habitual que los padres de niños superdotados además tengan superdotación y que no lo sepan”, comenta Sanz Chacón a Hipertextual. “En El mundo del superdotado evaluamos tanto a los niños como a los padres”, añade la psicóloga clínica. “Y si no son los padres, puede ser un abuelo o alguien de la familia”, comenta. “El carácter genético es muy frecuente”.

¿Qué puedo hacer si mi hijo es superdotado?

Las pruebas confirman que la niña o el niño es superdotado. ¿Y ahora qué pueden hacer los padres? “Formarse e informarse”, afirma Sanz Chacón. Para poder hacer saber qué significa ser superdotado lo mejor es pedir una consulta de orientación, ya sea en El mundo del superdotado u en otro centro especializado en personas con superdotación.

Los padres tienen que saber “cómo puede ser su evolución, qué problemas pueden aparecer durante su desarrollo, qué necesidades educativas puede tener, etc”, comenta Sanz Chacón. Pero también es importante “tener en cuenta que es un niño que tiene necesidades especiales, que puede que su comportamiento no sea como el de un niño normal, que va a desarrollarse mucho más rápidamente y, a lo mejor, se encuentran con un adolescente con 8 o 9 años, pero que, sin embargo, no deja de ser un niño”, ilustra. “Tienen que aprender a llevarle, a educarle y a que saque lo mejor de sí mismo”, añade.

Cuando los padres descubren que el niño tiene altas capacidades o superdotación y cómo pueden trabajar con él, explica Sanz Chacón, normalmente los problemas, como el fracaso escolar o la desmotivación, desaparecen. “Ante la duda, nosotros siempre recomendamos que los padres pidan una evaluación”, concluye la directora de El mundo del superdotado.

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