Pocos smartphones tienen cada año la suerte de que el público espere su llegada, y los que suelen tenerla pertenecen, por motivos evidentes, a la gama alta. Sin embargo, cada cierto tiempo, un nuevo jugador emerge y logra acaparar todas las miradas. Por méritos propios, tras el internamente revolucionario Xiaomi Mi A1, todo el mundo anhelaba la llegada del Xiaomi Mi A2. Y si algo hay que decir de él es que supera las expectativas. Y no lo tenía nada fácil.

La llegada de Xiaomi a España no pudo comenzar con mejor pie. La compañía trajo a nuestro mercado terminales muy atractivos, pero sin que resultaran rompedores. Salvo el Xiaomi Mi A1, el terminal con el que por fin sería posible disfrutar de las bondades del hardware de Xiaomi junto al software más puro que se puede disfrutar a día de hoy de la mano de Google. El protagonismo en ese apartado por parte de Xiaomi no era muy alto, pero suficiente para hacerle brillar por encima de competidores con un modo retrato que recordaba a la gama alta.

Como no podía ser de otra manera, pues Xiaomi ya triunfaba en Europa por medio de la importación, el Mi A1 ha sido el rey de la gama media de 2017 y principios de 2018, no sólo por su calidad, sino por ventas, que hasta ahora ha liderado indiscutiblemente en Amazon. Ante esta situación de éxito casi asegurado para el lanzamiento de un sucesor, Xiaomi tenía dos opciones.

En primer lugar, podía relajarse y comenzar a **racanear con novedades, como vimos en los brillantes Motorola Moto G tras la primera generación**. Son un caso paradigmático, pues en tres años vimos dos modelos con Snapdragon 400 y uno con Snapdragon 410, partiendo además los tres de 1 GB de RAM y de 8 GB de almacenamiento.

En segundo lugar, Xiaomi podía mejorar prácticamente en casi todo al sucesor de su terminal más exitoso, y, desde el punto de vista de quien esto escribe, eso han hecho. Luego veremos que hay puntos disonantes y elecciones que pueden no gustar a parte del público, pero una idea que el lector debe extraer de este análisis es que el Xiaomi Mi A2 no es un terminal mejor que el Mi A1, sino mucho mejor. Como si de otra gama se tratase, al estilo de los Moto Z Play frente a los Moto G.

El cuerpo

Como ocurre con muchos otros terminales de la era de la reducción de marcos, sobre el Xiaomi Mi A2 no había demasiado temor a que la compañía optase por un crecimiento de pantalla desmesurado que hiciera el terminal incómodo. Alcanzar las 5,99" pulgadas es algo que se ha logrado estirando lo justo el dispositivo, y si el Mi A1 no suponía problema, este tampoco lo hará. Estamos ante un smartphone grande, eso es innegable, por mucho que los haya gigantes, pero en mano, para una persona cuyo tamaño ideal es el del un Galaxy S9 pequeño o iPhone X, es más que aceptable.

Gracias a las curvas de su parte trasera y lateral de aluminio la sensación es lo que hace años habríamos llamado premium (hoy parece que eso queda relegado al cristal). La construcción del Xiaomi Mi A2 es muy sólida, y no existen crujidos ni movimientos extraños en la botonera situada en el lateral derecho y compuesta por un botón de encendido superior y botones de volumen situados por debajo. En ambos casos la calidad es palpable.

La parte trasera del Xiaomi Mi A2 continúa con la sobriedad de la compañía, que ha realizado pocos cambios pero sí uno significativo, como es pasar a tener la doble cámara en disposición vertical. A su derecha está el lector de huellas como protagonista biométrico a buen nivel en velocidad y reconocimiento. No hay reconocimiento facial oficial, aunque sí el genérico de Android bajo "SmartLock". En la parte inferior encontramos el todavía tristemente celebrable USB-C, que, ahora sí, llega con carga rápida (aunque el cargador de la caja no disponga de esta tecnología). Para quien eche de menos el jack, cuyo adiós debería haber traído más capacidad de batería, Xiaomi brinda en la caja un adaptador de USB-C a jack. También "obsequia" con una funda de silicona.

Otro adiós al jack.

Al lado del puerto de carga se encuentra el altavoz. En este apartado cabía esperar una reducción grande rendimiento, o simplemente no destacar. Sin ser brillante, el volumen es bastante alto para su gama (lejos para mal de iPhone, Pixel XL, etc), superando al BQ Aquaris X2 Pro y al Samsung Galaxy A8, ambos terminales de un precio muy superior en su lanzamiento este año. La ventaja del BQ es que tiene estéreo, algo que no vemos aquí, pero aun así el Mi A2, dentro de sus limitaciones, ofrece un sonido que se puede considerar hasta "rico". Los hay mucho más enlatados y tenues por más de 100€ en precio (Huawei P20 Lite).

Y pasamos a la parte frontal. El diseño del Xiaomi Mi A2 no puede ser más genérico, como el de todos los terminales "sin marcos" que apuestan por no tener notch. La pantalla de 5,99 pulgadas no alcanza el aprovechamiento mágico del 80%, pero se queda cerca. Pasando a la parte visual en sí, hay que decir que estamos ante un buen panel para su precio, pero sin suponer ninguna maravilla. La reproducción de color gustará a la mayoría de usuarios, pero no se puede decir que sea precisa. Comparando con pantallas de referencia como las de los iPhone o OnePlus en modo sRGB, los colores están sobresaturados, como ocurría en el BQ Aquaris X2 Pro. Al no haber modos de color, tenemos que conformarnos con eso, que no está nada mal para un terminal que parte de 249€. El balance de blancos tiende a frío, que siempre es mejor que tender a cálido porque es un blanco más natural. La resolución Full HD+, es más que suficiente para garantizar una nitidez perfecta. Lo de siempre fuera de OLED.

La pantalla tiene menos brillo que las competidoras.

**El brillo máximo es un aspecto donde el Xiaomi Mi A2 "falla". En uso en Sevilla o Huelva con mucho sol no he tenido demasiados problemas, pero lo cierto es que toda su competencia le supera por mucho, con mención especial al BQ Aquaris X2 Pro y sus 650 nits**. El problema es que, en ese sentido, Xiaomi no hace todo lo que puede, pues su brillo automático es algo errático tanto en interiores como con mucha luminosidad. Me recuerda al OnePlus 6, que ya fallaba ahí, pero el Xiaomi me ha dado incluso peores impresiones.

En ángulos de visión sí se comporta bien, con un contraste elevado y un nivel de negros que sí me parece mejor que el de sus competidores, pero claro, a costa de un brillo menor. La conclusión sobre la pantalla no debe llevar a equivocaciones, es un buen panel simplemente limitado por un brillo demasiado moderado, pero satisfará a su público potencial sin ningún problema.

La experiencia del Xiaomi Mi A2 con Android One

El Xiaomi Mi A2 dispone de una gran hardware, pero eso, en estos tiempos, no significa nada. En la primera mitad de año hemos probado terminales de gama media de hasta 500€ que pese a contar con procesadores modernos con arquitectura de alto rendimiento luego dejaban mucho que desear en las tareas más comunes del día a día. En el Xiaomi Mi A2 ocurre todo lo opuesto, por 249€ de base obtenemos una experiencia similar a la de un gama alta de 2016.

El Xiaomi Mi A2 tampoco reproducirá Netflix en HD.

Ya sabíamos que el Snapdragon 660 de Qualcomm sería un salto enorme sobre la generación anterior, pero no es lo único que hace que el Xiaomi Mi A2 vaya tan bien como va en todos los sentidos en los que lo he probado a fondo. Por ejemplo, muchos terminales al iniciarse por primera vez e instalar todas las aplicaciones necesarias dicen basta. Se vuelven inusables durante dos horas, y no es exageración, algo así me pasó con el BQ Aquaris X2 Pro. Con el Xiaomi la sensación fue la opuesta, sin llegar a la velocidad de uso del OnePlus 6 mientras instalaba aplicaciones, pude usar el móvil sin muchos tirones desde el principio. Una vez todas las apps se han instalado el rendimiento es excelente.

La diferencia, además de la optimización propia, es una memoria NAND (eMMC) encargada de que la lectura y la escritura, pese a no ser de gama alta (UFS 2.1), vayan tan bien. Con valores homogeneizados, he logrado en tests de IO cifras superiores en escritura secuencial y aleatoria al OnePlus 6, por no hablar de Galaxy A8, BQ Aquaris X2 Pro o Huawei P20 Lite, que por lo general son muy inferiores.

Android One es lo esperado en el Xiaomi Mi A2: sobrio y eficaz. Pero aun así se echan de menos funciones como elegir el perfil de color de la pantalla o tener gestos en el lector de huellas.

Pese a todo esto, no cabe esperar rendimiento de gama alta bien optimizada de 2018, la diferencia del hardware es demasiado grande. Sin embargo, los gama alta no están exentos de tirones al hacer scroll en Twitter o Instagram, por lo que en ningún caso me ha chocado teniendo un Pixel 2 XL y un OnePlus 6 al lado. Android One garantiza que, salvo alguna sorpresa, todo vaya a su máxima capacidad, y es como se siente en el Xiaomi Mi A2. En las pruebas de multitarea se hablará de que los 4 GB no dan para mantener muchas apps en segundo plano, pero es algo que con esa cifra de RAM también es problemático en un Google Pixel 2. 6 GB es la cantidad mínima para quien quiera mucha multitarea sin problemas, pues Android y sus apps han engordado mucho pese a las afirmaciones públicas por parte de Google de que cada versión es más ligera. El modelo de 6 GB, para ese tipo de usuario, es la opción más adecuada una vez baje de precio.

En juegos también sacan músculo el Snapdragon 660 y su Adreno 512, y tal y como ya vimos en el BQ Aquaris X2 Pro, con poco calentamiento. En la prueba de rendimiento sostenido de GFXBench durante 30 minutos al máximo de GPU, con terminales como el P20 Lite o el Galaxy A8 ardiendo (y perdiendo muchos cuadros por segundo con cada ejecución del test), el Mi A2 se ha mantenido totalmente estable en rendimiento (perdiendo sólo un 8% en la pasada más lenta), y con una temperatura muy moderada.

En juegos ha sido la misma historia. Aunque el chip gráfico es similar en rendimiento a los de la gama alta de 2015, de momento irá muy bien en juegos, y será un seguro de vida en Fortnite, PUGB y lo que vaya llegando. Eso sí, para obtener un rendimiento muy alto en este apartado, lo mínimo debe ser un Galaxy S7, que logra el doble de cuadros por segundo en las mismas pruebas que el Xiaomi Mi A2, y también soporta Vulkan. En cualquier caso, el avance sobre el Xiaomi Mi A1 y el Snapdragon 625 es muy reseñable, por no hablar sobre el Kirin 659 tan popular en Huawei que con su Mali da un tercio del la Adreno. La conclusión es clara. ¿Móvil barato para jugar? El Xiaomi Mi A2.

El Snapdragon 660 también es protagonista en lograr eficiencia. Eso sí, eficiencia no equivale a autonomía sobresaliente. La parte que corresponde a Qualcomm está bien llevada, pero a Xiaomi le correspondía hacer lo de BQ, es decir, equiparar a su terminal con 3500 mAh. Con 3010 mAh la autonomía es "buena", ofreciendo 5 horas y media de pantalla con uso medio, pero recordemos, todo ello con menos brillo máximo que sus competidores, hecho que en verano es muy relevante para durar más. Cuando apretamos con mucha cámara, juegos y GPS, la cosa baja, y es donde echamos de menos los mágicos 4000 mAh del Redmi Note 5 o del Redmi 5 Plus, que nos llevaban hasta las 8 horas de pantalla.

La parte interesante ahí es que, como novedad, el Xiaomi Mi A2 soporta carga rápida Quick Charge 3.0, del cual ya conocemos sus ventajas, por lo que 30 minutos de carga siempre serán un empujón que se agradece. La parte mala es que el cargador que viene en la caja es de 10W y no soporta ningún estándar de carga rápida. Lo más conveniente es adquirir un cargador como este de Aukey, que da muy buen rendimiento y aprovecha toda la capacidad del chip. Por sólo 12€ se nota mucho en los tiempos de carga. Cualquier otro certificado por Qualcomm o que tenga QuickCharge 2.0 también servirá.

Cámaras: y la dignidad llegó a la gama media

Por difícil que parezca, la cámara puede ser de lo más destacado de un terminal de 249€.

Quien lea normalmente mis análisis, últimamente dedicados bastantes de ellos a la gama media, sabe que entiendo perfectamente que entre distintas gamas debe haber diferencias palpables que hagan justificar el desembolso por un Pixel 2 o un Galaxy S9 frente a un Xiaomi Mi A2. El problema es que, en esa diferenciación, muchos fabricantes han dejado sin dignidad ni mimo a su gama media en lo que respecta a cámara.

Peor aún es que durante años hemos justificado ese comportamiento con "es gama media, es normal que recorten en cámara". Pero no, no puedo decir que la calidad fotográfica que he visto en 2018 y en 2017 esté a la altura de los 500€ o 369€ típicos de muchos terminales que se comparan al Mi A2. A veces llegan sensores muy buenos, como el del Asus Zenfone 5, que te hacen ilusionarte, para luego acabar totalmente desaprovechadas. **No quiero una cámara "buena por su precio", sino una cámara que me haga sentir hoy, en 2018, aunque sea con limitaciones de velocidad, lo que sentí con el Samsung Galaxy S6 cuando lo analicé en 2015**. Ni más ni menos. Porque tres años son muchos, pero lo que era muy bueno en ese momento ahora no puede considerarse pobre u horrible.

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**El Xiaomi Mi A2 trae más dignidad fotográfica a la gama media que cualquier "gama media-premium" no OnePlus, y es que ya dijimos que algo no es premium sin una buena cámara. Disparar con él es sentir que estás lejos de la mejor velocidad de enfoque o de disparo (aunque no son malos ni se quedan en el limbo), que aunque se va a obtener mucha luz también habrá problemas de color, y el negro se transformará en morado. Hacer fotos con el Mi A2 no es sentir que estamos ante una gama alta, sino sentir que, para 2018, es todo lo que un gama media debería ser, de base**.

El Xiaomi Mi A2 "ve" en la oscuridad.

¿Qué no hay margen para incorporar estabilizador óptico? De acuerdo, pero que el procesado se mime, y así es en el Xiaomi Mi A2. A nivel de ruido es impecable. Claro que se sufre con él, claro que nos gustan más las tomas limpias de una cámara profesional de 3000€, pero más debería gustarnos que la reducción de ruido tan extendida en la industria fuese más moderada y dejase, por encima de todo, detalle, como Google hace con el Pixel 2 (y se considera la mejor cámara globalmente). El detalle es lo que vemos en una fotografía, y el Xiaomi Mi A2 no decepciona mostrando acuarelas presentes incluso en gama alta.

Tampoco hace uso de la nitidez artificial como otros terminales, que hacen que los bordes de los objetos se llenen de sombras que no deberían estar ahí. En otro parámetro importante, la fidelidad de color, el Xiaomi Mi A2 tiende en muchas ocasiones a saturar, pero la compañía no quiere que nadie saque la foto que no desea sacar, y por ello, en ajustes de la app de cámara, permite modificar el nivel de saturación, contraste, nitidez, etc. Es algo que muchos llevamos años pidiendo para los JPEG, más allá de lo que sea posible con RAW, y se agradece.

En resumen, contamos con una cámara muy capaz de día y de noche, si sabemos lo que pedir a un flagship de 2015 o un poco antes. Una cámara que suele acertar usando el HDR cuando lo necesita, y que quizá peca de sacar más luz de lo que debería (algo que también pasa en los Galaxy S y Note), perdiendo contraste y fidelidad de color por el camino (aparece un tono morado algo molesto). También es complicada la relación con el HDR nocturno: salta automáticamente, pero es muy posible que la foto salga movida, así que lo mejor es siempre comprobar que lo que queríamos fotografiar ha salido nítido. La pega es que casi siempre querremos usar HDR, pues la sobreexposición está muy presente de noche. Le ocurre al BQ y le ocurre al iPhone X, es normal que ocurra en un terminal de 249€, pero tienen que trabajar en ello, porque seguro que tiene solución vía software.

Una forma de mejorar la fotografía en baja luz es, en el modo manual, usando la segunda lente, que por defecto sólo se usa en el modo retrato. Los resultados son de 20 megapíxeles, pero realmente parecen tener 5 megapíxeles, y es que los tienen. El sensor hace pixel binning, esto es, combinar cuatro píxeles en uno para ganar sensibilidad de cara a la luz. El problema es que, aunque se consigue más luz, también se obteiene más ruido y menos detalle. Aunque en algunas situaciones ayuda, tampoco hay que perder demasiado tiempo cambiando a ese modo.

Por último, resaltar de nuevo el trabajo que Xiaomi está haciendo con el software. El año pasado impresionaron con el modo retrato, y aunque este año han eliminado la lente telefoto, ahora se ha ganado en luz y las tomas con desenfoque son posibles incluso donde otros terminales las sacan casi oscuras. Además, en los ajustes de cámara hay funciones para mejorar automáticamente la foto, y frente a lo visto en otros terminales, resulta oportuno dejarlos activados, porque suelen ayudar.

***Todas las imágenes están disponibles en máxima resolución en este álbum*.

En vídeo los resultados también son buenos, particularmente en 1080p, donde el estabilizador funciona correctamente para ser electrónico. La luz captada sí que es menor a la de un terminal con estabilizador óptico y el ruido es mayor, pero no se puede pedir más. Los selfies están a un nivel muy superior**, tanto de día como de noche (siempre que sepamos que si queremos detalle, hay que decir adiós al modo belleza, desactivable).

Conclusión

La conclusión principal que deja la semana que hemos pasado con el Xiaomi Mi A2 es clara: no tiene competencia si las prioridades de Xiaomi a la hora de diseñarlo coinciden con las nuestras. No hay un terminal por 249€ o 279€ que te dé lo que el Mi A2 te da en casi todos los apartados. Para lograr algo así en otras compañías hay que ir varios cientos de euros hacia arriba, y eso no siempre resultará en algo mejor per se.

Hay quejas de que el Xiaomi Mi A2 ha subido 40/50€, y de que pese a ello no tiene puerto jack o NFC. Aun así, me parece que en 2018 es un terminal mucho mejor de lo que fue el Mi A1 en su contexto. Aunque no es compatible con pagos móviles, el nuevo Android One de Xiaomi derrocha calidad y excelencia en casi todos los apartados relevantes para el usuario, mientras que el Xiaomi Mi A1 "sólo" conquistó por Android One y un buen modo retrato. No había frente al Moto G5 Plus la superioridad de este Mi A2 respecto al Moto G6 Plus y a terminales de hasta 200€ más.

Muchos usuarios llevan años pidiendo buenas cámaras y poder jugar con un smartphone "barato". Son muchos más de los que piden que vuelva el jack, de los que pagan con el móvil o de los que quieren carga inalámbrica. Y el Xiaomi Mi A2 es el ideal tanto para ellos como para los que, pese a querer eso, puedan renunciar a algo para acercarse más que nunca a la gama alta. Xiaomi, gracias por mostrar la nueva ruta del viaje comenzado por Motorola.

Pros

  • Rendimiento: nadie da esta experiencia por 249€ y casi mucho más. Responsabilidad de Android One, pero también de una Xiaomi que no ha racaneado en componentes. No sólo por el Snapdragon 660, también por una memoria interna muy superior a lo que suele verse en esta gama.
  • Cámara: el signo distintivo del Xiaomi Mi A2. Sin esperar acercarse a lo mejor de este año ni de 2016, ofrece la cámara que todos los fabricantes deben tener a partir de ahora.
  • Sonido: el altavoz se comporta mucho mejor de lo esperado, y no hay la lata de otros terminales superiores.

Contras

  • Carencias en componentes: la falta de jack, NFC y *slot de ampliación para tarjetas microSD serán una losa para el Xiaomi Mi A2.
  • Brillo de la pantalla: no está mal, pero mientras que supera a su competencia en el resto, en esto queda ligeramente por detrás.
  • Android One: al igual que aporta, también hace los terminales demasiado planos. Se echan de menos gestos sobre el lector de huellas o perfiles de color para la pantalla.

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