Uber, y compañía, llegó para cambiar el sector del taxi y Airbnb para alterar el negocio de los hoteles. Glovo y Deliveroo para irrumpir en el negocio de los repartos de última milla y Amazon para abordar todo lo que le sea posible. Con muchos detractores, pero igualmente con otros tantos seguidores, la tecnológica propiedad de Jeff Bezzos ha ido conquistando todos los tipos de productos que se pueden gestionar desde un almacén. Sin embargo, uno de ellos -al menos en España-, se le resiste sobremanera: los medicamentos.

Por legislación, en España "se prohíbe la venta por correspondencia y por procedimientos telemáticos de medicamentos y productos sanitarios sujetos a prescripción. Se prohíbe, asimismo, la venta a domicilio y cualquier tipo de venta indirecta al público de medicamentos. Las Administraciones sanitarias, por razones de salud pública o seguridad de las personas, podrán limitar, condicionar o prohibir la venta a domicilio y cualquier tipo de venta indirecta al público de productos". Dada esta situación, y si no cambia la normativa, no existe ninguna posibilidad de que Amazon, esa todopoderosa compañía, entre en la venta de medicamentos con o sin receta. No es el caso de Glovo, que con el vacío legal existente, han aprovechado para enviar mensajeros a comprar en nombre de los usuarios. Una práctica que, para la Federación de Farmacias de Cataluña suponía una grave afrenta contra el sector. Las propias farmacias tienen completamente prohibido este sistema; una circunstancia que consideran les deja en una posición de desventaja respecto al resto.

Glovo, en el punto de mira por su servicio de recogida de medicamentos

En este sentido, con el apoyo de Adefarma y la Federación Española de Farmacias, nace Luda; fundada por Daniel de Carvajal y Luis Martín Lázaro y **financiada por Yago Arbeloa entre otros. Según explica Daniel de Carvajal, "la propuesta de Luda era crear un sistema informático que integrase a todas las farmacias de España". Este mecanismo permitiría a los farmacéuticos comprobar las existencias del la competencia y derivar al paciente a ese establecimiento o pedir el producto. Muchas farmacias han dicho que sí, otras tantas se han negado; Luda solo cobraría por los medicamentos que se reserven a través de la aplicación y no por la información consultada. Esto daría un soporte telemático a todas las farmacias de España, donde solo el 1,2% recurre a una web para vender. La mayor parte de ellas considera un gasto inútil la creación de una web que, muy seguramente, no conseguirá su objetivo. De esta manera, muchas de ellas pueden vender vía web sin saberlo casi.

Una aplicación detrás del sistema

Uno de los fundamentos básicos del sistema es crear una base de datos global, a partir de ahí, la idea es que los clientes puedan consultar la información a través de una aplicación. Ellos afirman existe una aplicación en base a la infraestructura creada, pero también existe la posibilidad de que terceros hagan uso de la API para entrar a formar parte del círculo de venta.

¿Quién tendría la capacidad de asumir este trabajo? La realidad es que pocos son los afortunados que disponen de los fondos necesarios para ello. En esta línea, ¿qué le impediría a Amazon invertir lo necesario para crear la aplicación y controlar el mercado de venta digital? Para Carvajal nada le impide a la tecnológica entrar en la creación de esa aplicación utilizando un sistema que, de facto, se ha creado para luchar contra ellos mismos, aunque asume que no tendría mucho sentido porque no tendrían el control de la misma y, a día de hoy, la legislación no lo permite. La diferencia, apunta el emprendedor es que jugarían con las reglas de los farmacéuticos y no con las de la multinacional. Solo accediendo a la posibilidad de comprar medicamentos sin receta, de momento, a largo plazo la idea sería dar la entrada a nuevos partners. Carvajal asegura que están dispuestos a hablar con Glovo, que ya ofrece medicamentos, para que se adhieran a si API, al igual que contactar con los diferentes encargados locales de distribución de mercancías.

Aún así, este posicionamiento contrasta con la idea de FEFE que colocaba a compañías como Amazon y Glovo en la línea de enemigos. Si bien no pueden ocupar el puesto de venta de medicamentos, sí que han copado el de productos de parafarmacia. A día de hoy, este volumen de mercado ha pasado a formar parte de la lista de productos de las grandes superficies. Si no cambian las tornas, seguirán siendo enemigos durante mucho tiempo y la queja de las farmacias contra Glovo seguirá estando sobre la mesa.

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