Hace 20 años que se detectó por primera vez metano en la atmósfera del planeta rojo. Las cantidades que se encontraron fueron bajas y ni siquiera se estaba buscando. Fue un descubrimiento que abría las puertas a una posibilidad: la de la vida en Marte, en la actualidad o en el pasado. ¿Sería esto posible?

Ahora, un nuevo estudio con los datos de Curiosity, un róver enviado por la NASA a Marte, no solo confirma la existencia de metano en la atmósfera marciana sino, también, que se produce de forma estacional, “algo que no se había observado nunca”, según señala Jorge Pla-García, investigador en Ciencias Planetarias en el Centro de Astrobiología (CAB).

Sin embargo, para los investigadores lo más probable es que se trate de una fuente “abiótica”, es decir, que no tenga “nada que ver con la vida” en Marte, como explica a Hipertextual Daniel Viúdez, investigador del equipo de Curiosity del CAB.

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¿Por qué es importante este descubrimiento? Aunque se había detectado el metano en la atmósfera marciana con anterioridad, incluso con telescopios desde la propia Tierra, “esta es la primera vez que se detecta un ciclo estacional en la concentración de la atmósfera”, señala Viúdez. “La emisión es muy baja, oscila entre 0.3 y 0.7 partes por mil millones (ppb). Pero hay que diferenciar entre los picos del metano y el metano de fondo, es decir, el que siempre está ahí”, explica Pla-García.

“Esta variación que hemos descubierto se produce en el metano que siempre está ahí. El metano de fondo es el que oscila a lo largo del año, es decir, tiene estacionalidad”, afirma. “Es una cantidad muy bajita cuando empieza el invierno y empieza a subir cuando llega la primavera”, comenta el investigador.

La fuente del metano: ¿hielos de clatratos?

Los investigadores todavía no saben de dónde procede el metano, pero manejan varias hipótesis. La más aceptada, aunque falta probarla, es la de que hay hielos de clatratos enterrados que se derriten y liberan el metano por los cambios estacionales (presión y temperatura). ¿El mayor problema? “Los hielos de clatratos ni siquiera se han descubierto todavía debajo de la superficie de Marte”, señala Pla-García.

Sin embargo, esto no impide a los científicos teorizar: “Utilizamos un simulador meteorológico y lo que vemos es que, efectivamente, los cambios de metano a lo largo del año son compatibles con la existencia de estos hielos en todo el planeta”, explica a Hipertextual Pla-García. “El artículo no resuelve el problema del origen del metano, solo plantea hipótesis, pero nosotros pensamos que se trata de los hielos de clatrato”, añade.

El TGO de la ESA, posible aliado

¿Cómo podemos encontrar la fuente del metano? Las misiones que ya se encuentran allí pueden ser buenas aliadas. Por un lado, Curiosity "ya está haciendo más mediciones", según señala Viúdez. Y, por el otro, el ExoMars Trace Gas Orbiter (ExoMars TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA) puede ser clave para acercarnos a una respuesta sobre por qué se producen estas variaciones en el metano a nivel atmosférico. "Alcanzaremos más conocimiento sobre el metano atmosférico una vez tengamos los resultados del TGO", añade el investigador. "TGO dará mucha información sobre el metano, aunque puede que no nos permita conocer la fuente todavía. Habrá que esperar a los resultados de la misión".

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La colaboración española en Curiosity

La contribución española con la misión de la NASA es gracias al instrumento REMS del róver Curiosity, que es una estación medioambiental desarrollada en el CAB, que lleva midiendo desde el 2012 diferentes variables atmosféricas en el cráter Gale: la velocidad y dirección del viento, la presión atmosférica, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la humedad relativa y el nivel de radiación ultravioleta en la superficie.

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