LG comienza la comercialización de su nuevo teléfono estrella, el LG G7, en los principales mercados del mundo. En Hipertextual hemos tenido la oportunidad de probarlo durante varios días. Esto es todo lo que debes saber sobre él.Mucho brillo, un poco de inteligencia artificial y una pizca de notch. Esa es, según LG, la mejor fórmula para alcanzar el éxito en la primera mitad de 2018. Pero, ¿tiene sentido llegar con un producto así al borde del periodo estival, con un precio cercano al de sus máximos rivales y nada disruptivo bajo la manga?

Durante los días que he usado el LG G7, la pregunta que ha rondado mi cabeza ha sido siempre esa. No pensaba en megapixeles, nits o puntuaciones de benchmarks. El G7 pasa sin problemas todas esas pruebas. El objetivo de la prueba era encontrar ese “algo” que me hiciera pensar “la espera ha merecido la pena”.

El LG G7, pese a ser buen producto, no tiene nada que le haga destacar frente al Galaxy S9 y el P20 Pro.

Tristemente, ese momento en el que la bombilla se enciende y descubres lo que buscas, nunca llegó con el LG G7. El producto, solvente en la mayoría de aspectos, no tiene nada que te haga comprarlo y descartar equipos tan sólidos como el Galaxy S9 y el Huawei P20 Pro. Ni siquiera el precio juega a su favor.

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Este diseño me suena

Si has utilizado o visto con frecuencia el LG V30, será inevitable sufrir un deja vu al sacar el G7 de la caja. Sin embargo, eso no tiene por qué ser algo negativo. El V30 fue uno de los teléfonos más atractivos de la segunda mitad de 2017, así que heredar elementos e inspiración de aquel icónico modelo es, en realidad, una buena idea.

El teléfono luce bien, se siente bien y responde bien. Su pantalla es de 6,1 pulgadas, pero el cuerpo del móvil no se siente grande en absoluto. La reducción de los marcos y la inclusión del famoso notch contribuyen a la compactación y maximización del espacio.

Y hablando del notch, el del G7 no esconde ninguna clase de magia como Face ID. Solo alberga el auricular para las llamadas, algunos sensores básicos y la cámara frontal.

Si no te gusta su aspecto, LG permite ocultarlo en la sección de ajustes. De hecho, hasta te permite personalizarlo con diferentes colores. ¿El problema? Que el sistema necesita todavía un poco de trabajo. Cuando se ejecutan apps no desarrolladas por LG, el notch vuelve a aparecer en la parte superior, independientemente del ajuste que hayas establecido. Ni el OnePlus 6 ni el P20 Pro cometen este error.

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Sin sorpresas por dentro

El G7 utiliza el mismo corazón que otros teléfonos de gama alta (Snapdragon 845. Gracias a él, el teléfono siempre ofrece una experiencia veloz y suave, incluso en situaciones más complejas y exigentes.

La pantalla, a diferencia de sus rivales, emplea una nueva variante del LED tradicional. Su principal virtud, según publicita LG, es un elevado brillo de 1.000 nits, lo que contribuye a una mejor experiencia en entornos muy luminosos. Sin embargo, la importancia que LG está dando a esta cifra en su material publicitario es, en una sola palabra, absurdo. Según DisplayMate, el Galaxy S9 es capaz de entregar unos 1.100 nits de brillo en modo automático, por lo que la exclusividad que LG intenta transmitir con su nuevo panel es irreal.

Montar un panel LED bueno (como el del G7) es mejor que recurrir a un OLED mejorable (como el del V30).

Pero dejando al margen las tácticas publicitarias de LG, la realidad es que la pantalla del G7 ofrece una muy buena calidad de imagen en todos los sentidos. El brillo es alto, la imagen es nítida y la representación de color es más o menos acertada —aunque los blancos tienen un ligero tono azulado—.

Eso sí, bajo el microscopio, la pantalla del LG es algo inferior a la del S9 y el iPhone X. Estas tienen mayor contraste y representan los colores con algo más de precisión, aunque las diferencias son tan leves que la mayoría de las personas no apreciarán la diferencia.

Cuando reposa sobre una superficie, el LG G7 alcanza un volumen muy alto.

Donde sí que se aprecia una mejoría sustancial es en el sonido. El G7 monta un DAC dedicado, jack de auriculares y un nuevo sistema de sonido que aprovecha la superficie sobre la que reposa el teléfono para amplificar el volumen y mejorar la calidad.

Cuando el G7 se encuentra sobre una mesa —o similar—, el sonido que emite es sorprendentemente alto. El problema llega cuando lo levantas de la mesa y lo sostienes en la mano. Ahí desaparece toda la magia y el sonido pierde en todos los aspectos.

Cámara mejorada pero ¿suficiente?

La cámara del G7 mejora sustancialmente a la de su predecesor. La propuesta base es la misma: una cámara principal con lente estándar y otra secundaria con un gran angular que permite capturar más espacio sin necesidad de alejarnos.

Ambas tienen 16 megapixeles, aunque la principal gana en apertura (f/1.6 vs f/1.9) y en estabilización óptica de imagen.

Los resultados, en términos generales, son notablemente mejores que en modelos anteriores: se gestiona mejor las diferentes escenas, puedes tomar fotografías en modo retrato y el gran angular tiene algo menos de distorsión que en modelos anteriores.

La inteligencia artificial no siempre hace el mejor trabajo con las fotografías.

Si comparamos con los referentes en fotografía móvil (Pixel 2 XL, Galaxy S9, iPhone X y P20 Pro), el G7 muestra cierta debilidad en condiciones de luz complejas. No maneja tan bien las luces artificiales y tampoco gestiona de la mejor forma el ruido de las superficies.

El gran angular, por su parte, resulta extremadamente útil para capturar edificios o escenas de gran amplitud. Aunque, personalmente, prefiero el planteamiento de Samsung/Apple y poder hacer zoom sin pérdida de calidad.

Mucha inteligencia artificial, poca diversión

Tanto en la caja como en el material promocional, LG acuña el apellido “ThinQ” a este G7. El término identifica a todos los productos de la compañía que aprovechan, en mayor o menor medida, la inteligencia artificial. Así, tenemos televisiones ThinQ, electrodomésticos ThinQ y, como en este caso, smartphones ThinQ.

Para hacer honor a ese término, el G7 integra diferentes funciones que aprovechan la inteligencia artificial. Las más destacadas:

- Botón para Google Assistant. Justo en el lateral izquierdo se encuentra un pequeño botón que activa el asistente de Google —que ya funciona en castellano—. Lo mismo que Samsung hizo con el Galaxy S8 y Bixby, pero con Assistant. Útil, aunque no disruptivo.

- Google Lens. El G7 es uno de los teléfonos que se integran con Google Lens, el sistema de reconocimiento de objetos de Google. Su presencia se agradece, aunque no es determinante puesto que muchos otros teléfonos lo integrarán en los próximos meses.

- Ajustes dinámicos con reconocimiento de escena. Al igual que Huawei, el G7 detecta diferentes escenas y aplica ajustes dinámicos a las fotografías tomadas con el teléfono. Así, si apuntamos al cielo, la cámara aumentará la saturación y el contraste para obtener un resultado más llamativo. ¿Mi consejo? El mismo que di con el Huawei: si quieres que tus fotos sean naturales y atractivas, no lo actives.

La inteligencia artificial y el apellido ThinQ del G7 no deben ser determinantes en la decisión de compra de este teléfono. La utilidad de los ajustes dinámicos y el botón para assistant es bastante discutible; y la integración con Google Lens acabará llegando a todos los teléfonos de la plataforma Android que cumplan con los requisitos estipulados.

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Algunos apuntes rápidos

- Carga rápida pero no inalámbrica. Tenemos sistema de carga rápida de Qualcomm, aunque solo la variante estadounidense integra el sistema de carga inalámbrica (Qi).

- Autonomía. Los 3.000 mAh dan para lo justo. Bien para un uso estándar, regular para un uso intensivo. Rivales como el P20 Pro, en cambio, sacan pecho aquí.

- Motor de vibración. Me encanta que LG haya prestado atención al motor de vibración del G7. No llega a la perfección del iPhone, pero supone una gran mejoría respecto a lo habitual. Estos pequeños detalles hacen más agradable el uso del teléfono.

Conclusión

El problema con el LG G7, como explicaba al comienzo del análisis, es que llega tarde, caro y sin un as bajo la manga. O lo que es lo mismo: empieza a venderse dos meses después que el Galaxy S9, tiene un precio similar (849€) y no supera a ninguno de sus dos objetivos: P20 Pro y Galaxy S9.

Decir que el G7 es un mal producto, honestamente, sería un engaño. Pero lo que sí es cierto es que LG ha concebido a este producto sin las armas suficientes para restar ventas a los teléfonos con los que pretende competir. Y eso, cuando hablamos del segmento premium del mercado, representa un grave problema.

Pros

  • Atractivo y cómodo. La herencia del V30 le sienta bien. El G7 es cómodo y atractivo.
  • Un volumen increíble. Cuando reposa sobre una mesa, el G7 ofrece un volumen muy alto.

Contras

  • Autonomía mejorable. Los 3.100 mAh dan para finalizar una jornada, aunque eso no le salva de ser el peor de la clase.
  • Demasiado tarde. A 849 euros y sin ningún as bajo la manga, el G7 tendrá difícil hacerse un hueco.

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