El martes 8 y el jueves 10 de mayo han tenido lugar las semifinales de Eurovisión 2018, donde se han clasificado veinte países que concursarán en la gran final del sábado 12 en el Altice Arena de Lisboa. Chipre, con su representante Eleni Foureira y la canción Fuego, ha conseguido superar en las apuestas a la otra gran favorita, la israelí Netta con su tema Toy. Su puesta en escena durante la primera semifinal de Eurovisión ha sido aplaudida por los seguidores del certamen. El noruego Alexander Rybak ha hecho lo propio durante la segunda semifinal de Eurovisión con una original interpretación de That’s How You Write A Song.
Durante las semifinales de Eurovisión solo hemos podido ver un breve fragmento de la actuación de Francia, Alemania, España, Italia y Reino Unido, que solo han mostrado un minuto de los ensayos generales al pasar directamente a la final del concurso. El motivo es que estos países son considerados como el Big Five de Eurovisión, que podríamos traducir como «los cinco grandes». Junto al Estado anfitrión, que en este caso es Portugal por la victoria de Salvador Sobral con Amar pelos dois el año pasado, estos países no tienen que actuar en semifinales y se clasifican directamente, sin tener que disputarse una de las veintiséis plazas de la gran final de Lisboa.
La existencia de los Big Five de Eurovisión se explica por la mayor contribución económica de estos países a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival. Su clasificación directa en la final es, por tanto, una suerte de reconocimiento a este apoyo explícito que realizan desde hace años, una situación que no ha sido bien recibida por el resto de países ni que se ha mantenido siempre igual. Por un lado, el hecho de que algunos representantes pasen automáticamente a la final ha sido correlacionado con un supuesto sesgo en las votaciones en contra de las regiones occidentales, favoreciendo a los participantes que proceden del este de Europa. Por otro, algunos representantes han considerado injusto que la mera contribución económica suponga un pase directo hacia la final, como criticó Turquía antes de abandonar su participación en Eurovisión.

Los Big Five de Eurovisión no siempre fueron cinco. Italia decidió ausentarse del certamen entre 1998 y 2010, regresando en 2011 con la actuación de Raphael Gualazzi. Por ello, en realidad desde que en 2000 se estableció que algunos Estados tuvieran derecho a participación automática en el concurso, esta norma solo se aplicó a los cuatro países que participaban por aquel entonces. En otras palabras, originalmente se trataba del Big Four de Eurovisión, que incluía a Francia, Alemania, España y Reino Unido. En 2004, cuando se introdujeron las semifinales, estos participantes no tenían que actuar en esta fase y automáticamente llegaban a la final. Posteriormente, con el regreso de la región transalpina, Italia también volvió a realizar una importante contribución económica al Festival de la Canción de Eurovisión, sumándose al luego denominado Big Five y alcanzando la final sin tener que luchar por una de las plazas durante las semifinales.
Desde la edición de Eurovisión de 2016, en las semifinales del concurso no se muestran los videoclips oficiales del Big Five y del país anfitrión —es decir, de los representantes que acceden directamente a la final—. El festival celebrado en Suecia hace dos años mostró por primera vez fragmentos de los ensayos del Big Five y del país anfitrión, con el objetivo de que se vieran las actuaciones en diferido y no meras grabaciones. Así ha ocurrido también en 2018: durante la primera semifinal se dio a conocer un trocito de los ensayos de España, Reino Unido y Portugal, mientras que durante la segunda vimos un fragmento de Francia, Alemania e Italia. La aparición en una u otra fase también viene marcada por el orden de los países participantes en la gran final de Eurovisión de 2018, donde Amaia y Alfred interpretarán Tu canción en segundo lugar, justo después de Ucrania.
