Tras ser de los nombres más sonados del Mobile World Congress 2018, el Asus Zenfone 5 llega a nuestras manos para intentar hacerse un hueco en la gama media alta, esa que algunos llaman "premium". Tiene algún argumento para lograrlo, y varios puntos en contra. Veamos qué significa para el mercado y para Asus.Asus fue una de las compañías que sorprendió en el Mobile World Congress 2018. Después de unos Asus Zenfone 4 que no estaban mal del todo, pero resultaban algo anacrónicos por precio y diseño, presentaron los Asus Zenfone 5, que sí que hicieron cambiar la imagen que desde hace unos años tienen los chinos.

Pese a enmarcarse en el Mobile Notch Congress, esa parte de la feria que tanto nos recordó que el iPhone había estrenado polémico diseño, Asus mostró que, a priori, era capaz de traer al mercado terminales modernos y con características que le podían hacer relevante. La estrella es el Asus Zenfone 5Z, porque con un precio de salida de 479€, es de los terminales más baratos de 2018 en contar con un Snapdragon 845 como motor de la experiencia.

El hermano pequeño que hoy analizamos es igualmente interesante, porque pese a situarse en la gama media alta, cuenta con elementos exclusivos para su rango de precio, como son un estabilizador óptico de imagen (OIS) en su sensor principal o un tamaño de pixel de 1,4 micrómetros gracias a contar con un tamaño de sensor de 1/2,55 pulgadas, algo característico de la gama alta.

Comparado con sus antecesores, el nuevo Asus Zenfone 5 ya es un éxito, pero superar a sus poderosos rivales no será tan fácil. No en un mercado donde encontramos terminales como el Moto G6 Plus, el Samsung Galaxy A8, el Huawei P20 Lite o terminales de precio algo superior, pero rebajados, como el Honor View 10 o el Honor 9. Veamos qué es capaz de hacer contra ellos.

Un hardware donde reina el cristal

El diseño del Asus Zenfone 5 supone un gran paso adelante respecto al del Zenfone 4. La compañía hizo el año pasado una buena apuesta por el cristal en la parte trasera en toda su gama, y es algo que agradecimos respecto al plástico económico que solía emplear hace años. Sin embargo, aquello no era suficiente, pues **aunque se sentía genial, el diseño no era nada acertado, con una ratio de ocupación de la pantalla del frontal del 71,4%. Ahora, por fin, Asus ha llevado el rápido y preciso lector de huellas a un lugar cómodo en la parte trasera, y recortado los marcos todo lo posible, consiguiendo un 90% de aprovechamiento en una pantalla 19:9**, es decir, algo más alargada de lo que está ahora tan de moda.

A los lados, encontramos un marco de aluminio con la botonera integrada en la parte derecha, donde se observa un buen acabado, aunque más abrupto que otros más lisos. Además, no hay diferenciación con una capa cromada como llevan los nuevos Moto, sino que se mantiene el acabado mate clásico.

En un cuerpo muy similar al del iPhone 8 Plus, Asus logra integrar un panel IPS de 6,2", que hace que pese a encontrarnos en un terminal muy grande, no se sienta como tal. Su resolución es Full HD+, y como tal la nitidez es sobresaliente. Su problema es que, más allá de la densidad de píxeles, estamos ante un panel que presenta scanlines, algo que ya denunciamos hace tiempo en otros terminales. La reproducción de color es adecuada en los dos modos predefinidos. El de "amplia gama de colores" satura en exceso, y el "estándar" se acerca más a sRGB, algo que particularmente llega a resultar más agradadable. Aun así, existe un modo personalizable que permite ajustar balance de blancos y saturación.

Los ángulos de visión son similares a los que vemos en terminales de su gama e inferiores, es decir, que en ángulos forzados se pierde más contraste y brillo que en un terminal con buen polarizador como el iPhone, pero no es algo que deba preocupar. En cuanto a la visualización en exteriores, los 500 nits que ASUS promete son más que suficientes para utilizar la cámara, leer textos y disfrutar de fotos y vídeos.

El notch se olvida con el uso, pero resulta molesto que los iconos no estén centrados en su zona.

Asus presumía de tener un notch más pequeño que el de Apple en el Zenfone 5, y es cierto, pero eso no quiere decir que su implementación sea buena. Ocupa mucho más que el de Xiaomi, lo que hace que a menudo sea casi imposible saber con qué notificaciones se cuenta, ya que los iconos de éstas se esconden en una segunda línea de notificaciones que hay que tocar para expandir. Otro error es que los iconos toquen prácticamente los bordes, sin estar alineados sobre la propia barra de notificaciones, que ahora es algo más gruesa de lo norml. Además, hay problemas de software y a veces la interfaz se descuadra, quedando el notch por encima de alguna aplicación con la que debería limitar.

La biometría está a buen nivel, con el mencionado y eficaz lector de huellas y el desbloqueo facial que ya está implantado incluso en modelos baratos. El del ASUS Zenfone 5 es rápido y no falla demasiado reconociendo la cara, aunque la solución de Huawei del P20 Lite es más rápida y produce menos errores. Aun así, el desbloqueo facial sigue sin estar a la altura de la comodidad y acierto de un buen lector de huellas, por lo que como mucho es recomendable usarlo como segunda opción.

El sonido es uno de los aspectos sobresalientes del terminal, y Asus presumió de ser mejor que el del iPhone X en la presentación. Sin llegar a ese nivel (no llega a la calidad del sonido del 8 Plus), presenta un volumen altísimo y mucha más riqueza que sus competidores directos. Se puede decir que es un sonido de gama alta, mejor que el de muchos flagship cuyo precio es el doble.

El apartado de imagen tiene dos claras protagonistas, las cámaras traseras. A priori, el Asus Zenfone 5 no debería ser muy superior a su precedesor, pues el "gran" cambio es que pasa de tener un sensor IMX362 a un IMX363, contando antes también con estabilización óptica, píxeles de 1,4 micrómetros y apertura f/1,8. Sin embargo, la mejora es muy notoria, y como se podrá ver a continuación, el hardware que monta Asus en este sentido es muy superior al que vemos en sus competidores, incluso de algunos de gama muy superior que por tanto tienen un precio igualmente alto.

El modo retrato ha mejorado considerablemente, tanto en recorte como en el efecto de blur.

El modo retrato ha mejorado considerablemente, tanto en recorte como en el efecto de blur.

El Asus Zenfone 5 deja la sensación de tener un potencial inexplorado enorme, pues aunque consigue buenos resultados, hay partes de la experiencia en las que, por ejemplo, se resiente frente a lo que ofrece un gama alta. Es el caso del enfoque o la recuperación de fluidez después de tomar una foto nocturna en la que el procesador de imagen y el sensor se emplean al máximo, llegando a una velocidad de obturación de 1/4s y una sensibilidad 3200 ISO. Tras disparar, el teléfono tarda en responder, y a veces la captura es tan lenta que el resultado, incluso cuando hace rato que debería haber disparado, sale movido.




Cámara gran angular
Cámara gran angular (12mm)
Cámara normal
Cámara principal (24 mm)

El modo de foto normal (izquierda) frente al de Súper Resolución 48 MP (derecha). Apenas se aprecia mejoría ampliando al 100%.

P20 Lite (izquierda) vs Zenfone 5 (derecha). Un ejemplo clarísimo de la luz que es capaz de lograr el estabilizador, muy por delante de la competencia.

También se observa una tendencia a la sobreexposición que sólo se arregla a medias con un HDR automático que reconoce bien que su ueso hace falta. El procesado tampoco es muy bueno, y se aprecia cierta acuerela cuando la cae la noche. La parte positiva es que no hay exceso de nitidez artificial, una de las lacras de la fotografía móvil. Pese a todos los contrapuntos, es una delicia tener al menos la posibilidad de obtener la luz que obtiene el Asus Zenfone 5 en gama media, a la vez que logra uno de los balances de blancos más naturales que pueden encontrarse por debajo de los terminales del podio fotográfico.

*Todas las imágenes pueden consultarse a tamaño completo en este álbum*.

La experiencia con ZenUI

ZenUI, la capa de personalización de Asus suele ser un punto sobre el que pesan muchos prejuicios, porque no hace tanto tiempo era una de las más recargadas del mundo Android. En su versión 5 también sigue perteneciendo al grupo de las que modifican mucho la base de Google, pero la compañía ha eliminado mucho bloatware innecesario, y se nota. En cuanto al rendimiento, se aprecia que, tras los atroces momentos que vivimos con el Zenfone 4, ha habido un trabajo que garantiza una experiencia decente.

El Zenfone 5 cuenta con un procesador Snapdragon 636 que proporciona una velocidad considerablemente superior a la del 625 o a la de rivales directos como el Kirin 659, y ligeramente a la del Exynos 7885 del Galaxy A8. Sigue sin haber una fluidez propia de Android puro, algo que observamos al desplegar la cortina de notificaciones, en la aplicación de cámara y el momentos de ralentizaciones algo prolongadas en la interfaz, pero es más que suficiente para los usuarios cuya exigencia sea limitada.

El audio es de lo más destacado del Zenfone 5, y el ecualizador ayuda a mejorarlo.

Hay un modo de mejora de velocidad con la inteligencia artificial (en la que Asus pone todo su empeño para diferenciarse), pero no parece que el efecto se note, lo cual tampoco es malo, porque la velocidad general es buena. En general, todo lo que tiene que ver con inteligencia artificial aquí y en otros modelos es real, tiene efecto, pero, para el usuario, las novedades son similares a las que anteriormente había con mejor optimización.

En aplicaciones que requieren potencia gráfica, se nota el salto sobre el Snapdragon 625 y 630, tanto en benchmarks, donde es el doble de potente que la GPU del Kirin 659, como en juegos, donde se logra una fluidez que, alejada de la de la serie Snapdragon 800, es más que decente. Aun así, por 400€ habría estado bien que Asus apostara por el chip más potente de la serie 6, el Snapdragon 660, que logra un rendimiento gráfico hasta un 50% superior, y que llegará en terminales como el Mi 6X, que es probable que lleguen a España por bastante menos de 300€.

Por último, la autonomía del terminal no es mala, pero tampoco es tan buena como la del Zenfone 4, con el que no era raro alcanzar 8 horas de pantalla. La clave estaba en que pese a contar con una batería de igual capacidad, 3300 mAh, aquel era un terminal de 5,5" y este es de 6,2", lo que unido a un ligero aumento de resolución hace que el terminal, con un uso medio, haya ofrecido unas 5,5 horas de pantalla de forma consistente. Se trata de una cifra que no está mal, pero que queda lejos de la excelencia que Asus sí logró el año pasado.

El puerto USB-C del Asus Zenfone 5 permite la carga rápida, llegando al 60% en 40 minutos. Además, Asus ofrece un modo de carga inteligente destinado a alargar la vida de la batería. Funciona ralentizando la carga en períodos donde detecte o le digamos que va a haber poca actividad, como por ejemplo la noche. Es algo que se agradece, pues uno de lor problemas de los terminales sin batería extraíble llega a los dos años, cuando la batería tiene una gran degradación. Si Asus encabeza una lucha por mejorar eso, bienvenido.

Conclusión

El primer objetivo de Asus en los últimos años tenía que ser volver a recobrar ese impulso innovador que tuvo en los primeros años de Android, y aunque aún no lo ha conseguido, sí que está logrando superarse generación a generación, hasta el punto de que si los pequeños problemas del terminal se corrigen en el Zenfone 5Z, podríamos estar ante un gama alta económico a recomendar.

Contra su competencia, el Zenfone 5 logra sobresalir en aspectos como el audio por altavoz y la captación de luz de su cámara trasera, siendo uno de los pocos en este rango que han apostado por la estabilización óptica de imagen y un sensor de "gran" tamaño. Sin embargo, el potencial no traducido en ventajas reales en las situaciones corrientes, algo que hace que muchos usuarios puedan decantarse por modelos algo más económicos o algo más caros, como el caso del Zenfone 5Z, que llegará con un Snapdragon 845 por tan solo 479€. Asus ha encontrado un camino, y eso, en esta época tan impersonal, es de valorar. Como también debe serlo entregar un producto con una experiencia totalmente sólida, donde a veces hace aguas.

Pros

  • Altavoces: pocos gama media pueden presumir de contar con sonido estéreo de cierta calidad. El Zenfone 5 supera a algunos flagship.
  • Cámara: la estabilización óptica de imagen lo pone en situaciones extremas muy por encima de su competencia.
  • Rendimiento: el Snapdragon 636 es otro acierto de Qualcomm, y supera a los chips más cercanos de Samsung y Huawei. Aun así, habría estado bien contar con el 660.

Contras

  • Cámara: todo el potencial exhibido no se traduce en una experiencia de gama alta en consistencia, procesado y en rendimiento en funcionamiento de la cámara.
  • Software: sigue mejorando, pero sin lograr mirar de tú a tú a los terminales con Android puro. Se nota sobre todo en cámara.
  • Notch: usar notch no es tan malo en sí como hacerlo sin optimizar el espacio.

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