Tras la decisión de la Corte Suprema del país hace unas semanas en la cual se afirmaba que Telegram debería dar acceso a datos y conversaciones de usuarios de la plataforma, y la posterior negativa por parte de la compañía de Pavel Durov a hacerlo, el principal organismo regulador ruso ha presentado una demanda ante la Justicia para conseguir el bloqueo.
Telegram insiste es que, aunque quisiera –que no parece ser el caso-, no podría ofrecer esos datos a Rusia debido a los propios sistemas de cifrado con los que trabaja el servicio. La aplicación se ha posicionado desde su fundación como la alternativa para los que querían un extra de seguridad en sus conversaciones, lo cual ha llevado a Durov y su equipo a aumentar los procesos de protección a lo largo de los años.
Telegram debe dar acceso a conversaciones de usuarios a Rusia, determina la Corte Suprema
Posibilitar de alguna manera el acceso al gobierno ruso a todo lo que los usuarios tratan en la aplicación de mensajería supondría ir radicalmente en contra de los principios bajo los que fue creada, por lo que desde el primer momento ha parecido la opción menos probable. "Las demandas para otorgar acceso a los mensajes privados de los usuarios son inconstitucionales, no están basadas en la ley, son técnicamente y legalmente imposibles, y, por lo tanto, exigir que se bloquee también es infundado", expresaba una abogado de Telegram.
Rusia exige, Rusia decide
Lo que ocurrirá a continuación aún no está claro, pues tendrá que ser el organismo judicial del país el que decida cuál será el siguiente paso en lo que se refiere al uso de la aplicación en el territorio. El escenario más probable, no obstante, es el del bloqueo, puesto que no parece plausible que ninguna de las dos partes se eche atrás llegado este punto.
Podríamos estar, por tanto, a pocos días de ver prohibido el uso de Telegram en el país que la vio nacer, ahora con sede en Dubái. Sería un golpe más hacia Durov por parte de la administración de Vladimir Putin, con el que ya tuvo problemas en anteriores ocasiones cuando era CEO de VK, la red social más popular en algunos países de la zona oriental de Europa.