Durante años, la respuesta a ¿Qué móvil hace mejores fotografías? fue el iPhone o el Galaxy de turno. Pero en los últimos dos años, otros grandes fabricantes —como Google y Huawei— han cambiado por completo las normas del juego. El bipartidismo fotográfico ha llegado a su fin, y la batalla por el trono ahora está completamente dividida.

Para romper el duopolio, cada miembro ha recurrido a una técnica diferente, pero la más interesante y orgánica quizá sea la utilizada por Huawei. Los chinos han optado por algo simple pero efectiva: aumentar el tamaño del sensor y dejar que la luz entre por sí sola en el interior del teléfono.

Galaxy S9+ Pixel 2 XL P20 Pro iPhone X
Tamaño de sensor (en pulgadas) 1/2,5 1/2,6 1/1,7 1/2,9
Porcentaje respecto a iPhone X +16% +11% +70% 0%

Como la tabla muestra, el P20 Pro monta un sensor notablemente más grande que el de sus rivales. Respecto al iPhone X, la superficie fotosensible es un 70% mayor, y eso se nota —y mucho— en la fotografía nocturna. El P20 Pro captura poco ruido, reúne mucho detalle y trabaja muy bien las luces artificiales. Todo lo demás quizá no sea tan perfecto, pero al César hay que darle lo que es del César.

Encima de ese sensor hay otros elementos complementarios, como el procesado de imagen o el sensor monocromo; pero la base fundamental, como decía, es el tamaño del mismo, y todos los grandes fabricantes —especialmente Apple— deberían seguir ese mismo camino. ¿Por qué?

  • Porque el sensor del iPhone X, pese a las mejoras generacionales, es el más pequeño de todo el frente de guerra. Sí, no es la única pieza del puzzle fotográfico, pero tiene un gran peso en el resultado final.
  • Porque es una forma orgánica de mejorar. El procesado y el uso de la inteligencia artificial son formas alternativas de mejorar, y el Pixel 2 XL ha demostrado que se puede hacer mucho en ese terreno. Pero este tipo de técnicas, incluso en 2018, siguen teniendo margen de mejora. El aumento del sensor, en cambio, no deja lugar a dudas: mayor tamaño, mejor calidad. Apple lo sabe, pero en los últimos años no ha jugado esa baza.

  • Porque un mayor sensor, junto al excelente procesado de Apple, resultaría en imágenes excelentes. Me gusta el procesado de Apple. La forma en la que trata el color, cómo balancea entre ruido y detalle, las temperaturas de color que aplica… Ningún otro smartphone logra esa consistencia. Si unes ese trabajo con un sensor más grande, los resultados podrían ser increíbles.

Pese a su ADN, el iPhone ya no es el rey fotográfico que solía ser. Google, Huawei y Samsung ahora están en su misma ventana cualitativa, diluyendo así uno de sus históricos puntos diferenciales. Por suerte, aumentar el sensor fotográfico podría traerles de vuelta al trono.

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