¿Quién sigue usando Snapchat? La realidad es que su volumen de usuarios se encuentra prácticamente estancado desde 2016, a diferencia de los de su mayor rival, Instagram. La inclusión de las Stories a mediados de ese mismo año supuso el golpe de gracia para la red social de vídeos efímeros. Y, aún así, Snapchat no quiso tirar la toalla; su camino a los mercados públicos seguía su rumbo con un curso para nada usual. El propio documento para la oferta pública de acciones advertía de la gran volatilidad a la que se enfrentaba una compañía como Snapchat, la cual está especializada en una actividad que, muy seguramente, fuese adoptada por terceros en algún momento. Sin nombres propios en el documento público, la realidad es que ese tercero tenía un nombre muy claro en la mente de Evan Spiegel: Facebook.
Una máquina de quemar dinero llamada Snapchat
Hasta hoy, incluso, Facebook sigue a la zaga de cualquier detalle interesante que pueda adoptar de la compañía del fantasma amarillo. Lo último ha sido el sistema de mensajes consecutivos de la aplicación, propiedad en exclusiva de Snapchat. Hasta Twitter está adoptando modelos de Snapchat ahora que parece resurgir de sus cenizas gracias a los cambios en Facebook, que han hecho migrar (de nuevo) la importancia del contenido editorial a la red social de los, ahora, 280 caracteres. Todo se ha traducido de forma paulatina en caídas en bolsa de más de un 20%, aunque las últimas semanas parecen haber dado un respiro a la compañía amarilla, una compra sorpresa del 12% de su accionariado por el gigante chino Tencent -propietario de la red social global más importante del mundo, WeChat-, no consigue llegar al incremento de usuarios de la misma forma que su competencia y su base de negocio hace aguas por todos lados. Con esta tesitura, Snapchat dejó de convencer al mundo y se planteó qué hacer a partir de ese momento: había que volver a empezar.
Snapchat ya no convence a nadie
El primer recurso fueron las polémicas Spectacles. ¿Qué podía fallar en un producto que sólo se podía usar en una aplicación que perdía usuarios por segundos? Una campaña de marketing de 40 millones de dólares que no sirvió para nada más que para tirar el dinero. Con el objetivo de incentivar la llegada de usuarios ávidos por hacerse con uno de los modelos de moda, la realidad es que esto supuso el peor negocio del año para la compañía.
Con todo, Snapchat volvió a replantearse todo: se les agotaba el tiempo. A principios de este mismo año, y previo aviso amenazante a los empleados de Snap.Inc de que cualquier filtración por parte de los empleados sería perseguida hasta las últimas consecuencias, se optó por una reorganización. 20 empleados menos en la sección de contenidos para dar entrada a sangre nueva que aporte ideas de negocio escalables para salvar los muebles.
La primera propuesta de "los nuevos" de Snapchat dejaba bastante que desear. Tras la compra de Bitmoji por parte de la compañía, la inclusión de nuevos avatares en las opciones de la red social se suponía una manera eficiente para captar usuarios. 1.999 septillones de posibles combinaciones que, huelga decir, no son rival para Instagram. Ahora, Snapchat ha probado con el juego inverso: copiar al que, hasta ahora, ha copiado.
Snapchat acaba de inaugurar su Snap Store: una tienda de productos propios de la compañía en una suerte de tienda efímera. Sudaderas, gafas, camisetas... Todo con las enseñas propias de la entidad. Realmente no es la copia exacta de la tienda de Facebook, ya que esta se ha centrado en el comercio de segunda mano similar al modelo de Wallapop, pero se le acerca como nueva fuente de ingresos. En declaraciones de Techcrunch, fuentes cercanas a la compañía posicionan este lanzamiento como una acción por la comunidad de usuarios más que por la búsqueda de la monetización del negocio. De hecho, tendrían que vender millones de esos productos para poder, si quiera, sacar algún beneficio neto de la actividad. Pero mantener a sus masas, crear lealtad a la marca y que les hagan marketing gratis sigue siendo, también, otro modelo de negocio factible.
Si no pueden crecer al menos que no sigan menguando.