Como informábamos esta mañana, hoy era un día trascendental para el futuro de Julian Assange, fundador de Wikileaks. Confinado en la embajada de Ecuador en la capital británica desde 2012, hoy podría haber visto cesada la orden de arresto que Reino Unido tiene puesta sobre él por no presentarse ante la corte y haber recurrido en su lugar al asilo ecuatoriano cuando Suecia buscaba su extradición. Sin embargo, la jueza Emma Arbuthnot, de la corte de magistrados de Westminster, ha denegado el recurso interpuesto por sus abogados.

A pesar de que la petición de extradición por parte de Suecia fue retirada por dicho país el pasado año, la justicia inglesa continúa considerando que Assange, de 46 años, la orden de arresto permanecerá vigente por parte de Reino Unido. Después de no haber visto prosperar su petición para que esta fuera revocada, queda un futuro de lo más incierto para el fundador de Wikileaks, que tendrá que seguir viviendo en la céntrica embajada ecuatoriana.

Una jueza decidirá hoy si Assange continúa bajo orden de arresto en Reino Unido

Ni haber expresado de diversas manera que la detención de Assange no era en ningún caso de interés público, ni la declaración de la ONU sobre la arbitrariedad de la decisión ni, por supuesto, la consideración de que los casi seis años que lleva en la embajada de Ecuador han sido ya suficiente castigo parecen haber hecho mella en el jurado. Así mismo, de nada le ha servido, de momento, que Ecuador le concediese la nacionalidad el pasado mes de febrero.

Orden de arresto... ¿y extradición?

De ser por Assange, quizá habría acatado de buena gana la orden de arresto hace tiempo y salido de una embajada que ya ha de conocer mejor que la palma de su mano. El problema, sin embargo, no es hacer frente a la justicia de Reino Unido, sino que esta acción pudiera derivar en una extradición a Estados Unidos, el principal foco de las filtraciones realizadas por Wikileaks y donde numerosos documentos e información confidencial de organizaciones como la CIA fueron revelados en este portal.

Se desconoce si EE.UU. tiene una petición de extradición sobre Assange –o si se plantearía llevarla a cabo de ser este arrestado– pero el riesgo es demasiado alto como para tentar a la suerte, sobre todo si se tiene en cuenta en la nula confianza de Assange en el sistema judicial estadounidense. Así las cosas, únicamente queda ver cuál será el próximo capítulo de una historia que ya se extiende durante más de cinco años y cuyo fin, por desgracia para el australiano, no parece estar próximo.

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