La localización podría dar a entender dos cosas muy diferentes. Una de ellas pura admiración y una clara intención de seguir la estela de uno de los pioneros de estos menesteres en Madrid; la otra estaría rozando el reto y la provocación. Después de todo, gozan de edificios gemelos y actividad pareja. La realidad es que precisamente gracias a la apertura del coworking de Google hace casi tres años abrió la veda para Spaces en Madrid. Dejando claro que "no tienen nada que ver con ellos", según el country manager de la compañía en España, Philippe Jiménez, "Google campus es un imán que ayuda a los emprendedores con asesoramiento, una sede, charlas... Es Google, por lo que no necesitan más explicación, y junto al campus queremos crear un ecosistema de emprendimiento".

Ya pasan seis meses desde que Spaces inaugurase su primer centro en la capital española justo enfrente de la sede de Google Campus. Casi 11.000 metros cuadrados de superficie y 3 millones de euros en inversión que ya han alcanzado el break even operativo, explica el encargado. Para recuperar la inversión tendrán que esperar a cumplir un año en su localización de Madrid Rio. Su nueva sede de Barcelona, abierta en octubre, ya ha cubierto todas las expectativas. Barcelona que, por cierto, es un punto estratégico para la compañía por ser el cuarto centro de emprendimiento a nivel europeo. "Sin efectos negativos hasta la fecha por la cuestión de Cataluña", comenta Philippe, esperan que todo vuelva a su cauce y se pase "de esta locura".

Ahora, se preparan para sus nuevas ubicaciones. La de Atocha en Madrid a finales de febrero que ya roza el cartel de sold out, más una en Chamberí y la Castellana a lo largo de 2018. Valencia y otra en la mejor zona de Barcelona están a punto de anunciarse de forma oficial para 2019. Resultado: de casi 100 centros que cuenta ahora se quieren alcanzar los 300 de Spaces. Si contamos el global del holding controlador, IWG, del que se desprende Regus (dirigido a un sector más conservador), su poder a nivel empresarial es inmenso. Creado en 2006 en Holanda, este modelo de coworking se planteó como proyecto piloto en aquel momento para llevarse al resto del mundo con el paso del tiempo: "de no haber entrado en este sector en su momento hubiésemos perdido el tren y ahora es lo que está pidiendo el mercado", añade Philippe.

Existen más de 900 centros coworking en España y, aún así, desde Spaces apuntan a que la saturación está muy lejos. Queda espacio para muchos más dentro del negocio de los espacios compartidos:

"Hasta que llegue una saturación del mercado queda mucho, no creo que lo lleguemos a ver. Este es el modelo actual y hay que adaptarse; pero la realidad es que la mayor parte de las oficinas no se han adaptado".

Sin inventar nada en un sector en que el hace unos años eran cuatro gatos como quien dice, en el que una gran parte del gasto iba a parar a marketing y branding de un concepto hasta entonces desconocido, lo cierto es que la llegada de nuevos competidores, como WeWork, -fuertes en financiación y en imagen de marca- empujan a todo un ecosistema. Quizá dentro de unos años, opina el general manager, la cuota de mercado de este tipo de oficina pase del 1% al 30% con la ayuda de todos.

En este punto cabría preguntarse una posible guerra de precios en el sector. Spaces se apoya en su histórica imagen de marca para mantener sus tarifas que, consideran, por debajo de la media pese a que la competencia esté incurriendo en dumping. Entre 129 y 170 euros por disfrutar de las instalaciones comunes; 189 euros por tener una silla y un cajón con nombre propio y uno 300 euros por persona en la zona de oficinas privadas. Barato o no, en la localización de Madrid Río tienen a 40 de los primeros, 20 del segundo grupo y más de 260 personas en la versión de oficinas.

Diseño a pesar de todo

Spaces es muy bonito, realmente bonito. Caros muebles de diseño de estética nórdica, olor a nuevo, comida sana, cabinas insonorizadas para llamadas importantes, futbolín...Lo que ellos mismos definen como "el factor woow" El sueño de cualquier emprendedor y, ahora, cualquier empresa. Sin selección de inquilinos de forma previa, a diferencia que sus colegas de The Cube, lo único que se necesita para entrar es una reserva y abonar las cuotas. El banco holandés Nationale-Nederlanden y Airbus cuentan con una sede allí, además de las tradicionales en Madrid. Todos quieren estar en un lugar como estos, porque es lo que toca. El concepto de oficina útil ha pasado a segundo plano por uno de oficina agradable y bonita. Y también es donde está el talento:

"Esto es creatividad, es innovación y las empresas quieren estar aquí porque están los emprendedores. Están los talentos. No son las empresas las que innovan, son los que están aquí. Quieren estar junto a ellos, pero también quieren captarlos".

Y, a todo esto: ¿qué opina Philippe Jiménez del emprendimiento en España? Para un lugar que vive precisamente de esos creadores de talento, la realidad se presenta cada día a las puertas de sus centros. Lo que para algunos sigue siendo un panorama oscuro que no termina de despegar, que requiere más financiación y de proyección al extranjero, para Spaces se dibuja un panorama con dinamismo y animación. Hay más startups, más emprendedores, más financiación privada... "pero no hay ayuda a nivel político", añade el general manager. Desde su punto de vista, "el Estado se dedica a masacrar a impuestos al emprendedor" antes, siquiera, de haber hecho nada. Para Spaces, el futuro tiene que cambiar desde esa perspectiva.

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