coches eléctricos

“La Jamais Contente” primer vehiculo eléctrico que superó los 100 km/h. Altmob

Durante el siglo XIX, aunque parezca que haya pasado mucho tiempo, se produjeron los desarrollos más importantes para el futuro del sector del vehículo eléctrico. En este siglo vimos cómo se creaba el primer motor eléctrico y las primeras fuentes de energía recargables, gracias a las baterías de plomo-ácido diseñadas por el físico francés Gaston Planté en 1859. Varios años después se pudo crear un proceso para fabricarlas en masa y que el coche eléctrico viviera su edad de oro gracias a la Exposición Mundial de París en 1867. El carro tirado por caballos estaba condenado a desaparecer y la electricidad estaba de moda en otros sectores como el ferrocarril, ¿por qué no triunfaría en la incipiente industria del automóvil?

El triunfo de los coches eléctricos, en el siglo XX

A principios del siglo XX las ventas de coches eléctricos superaban por mucho a las de gasolina. Además, su carta de presentación era mucho mejor pero nunca llegaron a triunfar. Existían tres tipos de motores: térmicos, eléctricos y de vapor. Por poner un dato: en Manhattan (Nueva York) el 38% de los coches se impulsaban con electricidad y el 40% con vapor, tan solo un 22% usaban gasolina, unos porcentajes que cuesta asimilar con el panorama actual en el que las ventas mundiales de vehículos eléctricos apenas alcanzan el 1% del parque total.

Los coches eléctricos tenían una ventaja muy importante frente a los impulsados con gasolina: eran silenciosos mientras que los primeros coches gasolina eran ruidosos, contaminantes y muy incómodos debido a su poco refinado cambio de marchas y por un sistema de arranque basado en una manivela que levantaba muchas críticas. Además, las ciudades estaban pensadas para el coche eléctrico ya que su autonomía no era muy distante a la de los coches de caballos, la gente vivía en el centro de las ciudades y no era necesario recorrer grandes distancias por lo que la corta autonomía de coche eléctrico era más que suficiente.

100 años después, volvemos a hablar del coche eléctrico

La contaminación tan elevada en las grandes ciudades consiguió que los fabricantes se preocuparan hace 15 años de desempolvar los desarrollos realizados a principios de siglo para volver a leerlos. El paso de los años y la evolución en materia de tecnología parecía que podrían dar vida de nuevo al coche eléctrico pero se toparon con el mismo problema: ¿cuántos kilómetros puede recorrer un coche eléctrico sin ser muy pesado o muy caro? Pocos, no llegaban a la centena, y eso era ridículo por lo que el desarrollo de las baterías para coches eléctricos se convierte en el problema número 1 de algunas divisiones de los fabricantes más conocidos.

Los primeros coches eléctricos eran anunciados como vehículos aptos para las mujeres debido a su sencillo manejo frente a la alternativa de gasolina. / Hall of Electrical History Foundation

2020 será la fecha clave según todos los fabricantes

Las baterías, el talón de Aquiles de los vehículos eléctricos, serán uno de los componentes que sufran una mayor evolución durante los próximos años para satisfacer las necesidades de los usuarios en materia de autonomía.

El principal problema de los coches eléctricos es su autonomía, su gran limitación a la hora de comprar un coche que no sirve para todo, sino solo para una parte de tu vida. Comprar un vehículo limitado, en ocasiones más caro que uno convencional, con el único aliciente de ser ecológico no parece ser argumento suficiente. Y los datos de venta no hacen más que confirmarlo, pese a grandes incentivos, las ventas no han pegado el salto que se esperaba y es que las baterías de los coches eléctricos deben evolucionar, pero ya hay fabricantes que nos avisan que para ello quedan todavía unos cuantos años.

La densidad de las baterías que equipan la mayoría de los vehículos eléctricos es de 130 Wh/kg, algo que permite a un Ford Focus eléctrico recorrer unos 160 kilómetros. Para que esa autonomía hoy en día fuera mayor, los fabricantes deberían añadir más baterías, es obvio. Pero el problema es el espacio y su enorme peso, por lo que los ingenieros deben estudiar a fondo dónde colocar las baterías de los coches eléctricos para que su peso, centro de gravedad, inercias y espacio interior sean los correctos.

La batería de un coche eléctrico actual tiene una densidad de 130 Wh/kg, la mitad de la que tendrán en cinco años.

Samsung ha confirmado que esta densidad irá incrementándose con el paso de los años y la evolución hasta alcanzar los 250 Wh/kg para 2019 y los 300 Wh/kg en 2020, con lo que tendremos para las siguientes generaciones de vehículos eléctricos autonomías de entre 350 y 650 kilómetros. Esto, unido a una mayor eficiencia en el uso de esta energía podría ser el verdadero elemento que necesita este sector para despegar, para ofrecer lo prometido hace un par de años y que todavía no han conseguido: ser la verdadera alternativa al vehículo convencional.

Por el momento, tan solo un fabricante de vehículos eléctricos ha conseguido llegar a baterías con una densidad de casi 250 Wh/kg: Tesla, que debe este hito a sus ingenieros y a Panasonic, que todavía va por delante de Samsung en este campo.

Para conseguir este hito será fundamental que el coste de las baterías descienda al mismo ritmo que la subida de la densidad de las baterías, algo que parece confirmarse según un estudio del Stockholm Environment Institute publicado en la revista Nature Climate Change el precio de las baterías para coches eléctricos habría descendido desde los 1.000$ por kWh hasta 410$ cada kWh. Y esto ha sucedido en muy pocos años, concretamente entre 2007 y 2014. Un escenario que puede ser muy interesante si se cumplen los pronósticos.

Evolución del precio de las baterías. Fuente: Nykvist and Nilsson (2015)

El objetivo ideal según el estudio es una barrera de los 200$ por cada kWh. Sugieren que es asumible pero no imprescindible para la consolidación del coche eléctrico, eso sí, ayudaría mucho a que en el largo plazo el vehículo tradicional quede desterrado a los que se autodenominen clásicos.

¿Qué tienen en común el coche eléctrico y la maquinilla de afeitar?

El mundo del vehículo eléctrico no es el único que ha sufrido cambios a lo largo de lo dos últimos siglos. Sin ir más lejos, entre el mundo del motor y el del afeitado, hay más similitudes de lo que uno piensa. Por ejemplo, se tiende a pensar que las técnicas actuales de afeitado, con unos resultados apurados y sin poner en riesgo la piel, son algo relativamente reciente. Nada más lejos de la realidad. También durante los primeros años del siglo XX, cuando ejercía como teniente coronel del ejército de EEUU, el coronel Schick se dio cuenta de lo realmente complicado que era afeitarse en situaciones con temperaturas inferiores a 0º.

Fue entonces cuando, en 1921, el propio coronel Schick inventó un tipo de máquina de afeitar más seguro. Inspirado en los rifles de la época, preparó una navaja con recámara de repetición y cuchillas almacenadas en el mango listas para ser recargadas y poder afeitar, eliminando el peligro de tener que manejar una cuchilla afilada. Su producción se inició en 1926 y fue la precursora de la maquinilla tal y como la entendemos hoy en día.

Y es que si algo tiene en común el vehículo eléctrico con las cuchillas de afeitar, es que ambas nacieron como respuesta a una necesidad. En el primer caso, la de moverse de una manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente. La segunda, mantener la higiene y cuidar la apariencia física. Sin grandes revolucionarios como Gaston Planté o el propio coronel Schick, no podríamos estar escribiendo nuevas páginas en nuestra historia.

Schick Quattro Titanium, el futuro del afeitado

En el mercado actual, cuando visitamos una gran superficie comercial, se puede escoger entre una amplia gama de productos para el afeitado. Quizá el más innovador sea Schick Quattro Titanium, una máquina ideal para un afeitado suave y al ras y que además te protege incluso luego de 2,400 pasadas.

Para lograrlo, se han incorporado cuatro hojas recubiertas en titanio y diamante, y una hoja adicional de extra precisión para poder delinear tu afeitada.. Para evitar también la irritación presente en muchas pieles tras el afeitado, la máquina incluye dos bandas lubricantes con Aloe, vitaminas E y B5 con acción calmante.

Al igual que no se puede entender el presente del mundo del motor sin compañías como Tesla, que tanto hacen por la implantación del vehículo eléctrico, tampoco se puede entender el mundo del afeitado sin las aportaciones históricas de personas como el coronel Schick quien creó la primera máquina de afeitar en seco en 1921. Ambos mundos tienen en común el ADN por innovar y, en definitiva, eltener como objetivo la mejora de las vidas de las personas.

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