Pokémon puede despedirte de Nintendo 3DS con Ultrasol y Ultraluna, nuevas entregas que nos llevan de vuelta a Alola. ¿Estamos ante una versión completamente nueva o ante una simple expansión de lo que ya conocemos? Lo analizamos.Pokémon es una de esas sagas que siempre ha tenido que cargar con ciertos prejuicios como, el más extendido, que es un videojuego para niños. Hay muchos más pero ese, debido a que su nacimiento en 1998 vino seguido de un anime que todavía sigue en emisión, es el que provoca que sean muchos los que desprecien la obra de Game Freak. Pero, evidentemente, Pokémon es mucho más que un videojuego pensado exclusivamente para niños (pese a que, es innegable, una gran cuota de mercado la copan los más pequeños) y, de hecho, es un J-RPG con un sistema de combate, entrenamiento y crianza bastante profundo y complejo.

El caso es que es la propia Game Freak la que, sin ir más lejos, se acerca cada vez más a las críticas y está convirtiendo su franquicia estrella en una experiencia más y más accesible y, lo que es peor, con menor profundidad a largo plazo. Con el esperado (y tardío) salto tecnológico que llegó con X e Y y que siguió con Sol y Luna también vimos cómo la franquicia iba reduciendo su dificultad de forma muy acentuada al tiempo que descuidaba de forma exagerada el contenido postgame.

Por ello, y con la referencia de los excelentes Blanco y Negro 2 (posiblemente, los videojuegos más completos y profundos de la franquicia), todos esperábamos que Ultrasol y Ultraluna sirvieran como el broche a la vida de Pokémon en 3DS, construyendo sobre la base de los juegos anteriores y aprovechando el trabajo ya hecho para centrarse en ofrecer un mayor reto y más y mejor contenido por los jugadores más dedicados.

Después de casi treinta horas con la versión Ultrasol podríamos decir que esto se ha cumplido a medias y, a nivel general, esta nueva versión supone una mejora algo descafeinada y que no hace más que avivar la perenne y justa crítica al conservadurismo y desgana de un estudio que lleva demasiados años, entregas y generaciones sin apenas arriesgar y, sobre todo, sin ofrecer títulos con todo el contenido que uno cabría esperar a estas alturas de la saga.

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Y es que Pokémon debe valorarse como una de las franquicias más vendidas de la historia de los videojuegos y una de las sagas que coloca, sin problemas, más de 15 millones de cada una de sus entregas en las casas de los jugadores. Con todo ello, es difícil hablar de Ultrasol y Ultraluna de un modo que no suene a decepción. La decepción de lo que parece una despedida (se hace extraño pensar en más Pokémon tradicionales para 3DS con la entrega de Switch ya anunciada) del largo camino de la saga en Nintendo 3DS con una experiencia que no queda a la altura de lo que cabría esperar.

¿Pero qué añaden estas revisiones? Nintendo y Game Freak jugaron al despiste durante la mayor parte de la promoción y fue difícil dilucidar si nos encontrábamos ante una secuela con todas las de la ley, como Blanco y Negro 2, o ante una versión con retoques y añadidos aquí y allá como se ha venido haciendo siempre en la franquicia. Siendo directos, hemos recibido esto último. No es algo malo per se pero sí que, en este caso, el margen de mejora era mucho más amplio.

A nivel narrativo, nos encontramos con una trama que expande lo que vimos en Sol y Luna, dándole importancia a la figura de Necrozma y con la interesante intervención de la Unidad Ultra. De nuevo, vuelve a ser innecesariamente larga, con personajes y conflictos mal desarrollados e intenta aparentar ser algo complejo y adulto sin acercarse. Es algo que nunca ha destacado en la franquicia pero sí que, dentro de un enfoque concreto, sí lució en Blanco y Negro 2 o X e Y. Aquí, la historia se hace pesada, no aporta nada y tira por unos derroteros que, en mi caso, jamás me atrajeron o convencieron. No por añadir agujeros de gusano y dimensiones paralelas a algo se convierte en una obra más madura o profunda.

Tampoco ayuda que Alola sea una región muy atractiva en lo visual y, sobre el papel, pero muy poco divertida a la hora de recorrerla. Uno se siente excesivamente guiado allá donde va y la falta de libertad, en estos entornos algo más abiertos e interesantes, es todavía más acuciante. Es cierto que se han cambiado ciertas fases para que el título sea algo más directo pero, a largo plazo, la experiencia se mantiene prácticamente idéntica.

Así pues, la mayoría de las novedades vienen de la mano del nuevo contenido: nuevos Pokémon como los legendarios que podemos ver en la portada, una nueva criatura mítica y nuevos Ultraentes, la capacidad de capturar todos los Pokémon legendarios de la historia de la saga (faltan algunos como Mew y Celebi pero es una idea que tardaba en llegar y se agradece), el minijuego de surf a lomos de Mantine, la recolección de stickers, variaciones y alguna novedad en lo que a las pruebas de Alola se refiere, nuevos movimientos Z, un modo foto y algunas quests y opciones menores de personalización más. Ultrasol y Ultraluna son y se sienten como lo que se ha conocido siempre como una expansión de lo que ya conocemos y no una experiencia fresca.

Dejo para el final quizá la parte más destacable de estas revisiones, el homenaje a los villanos y enemigos a los que hemos ido haciendo frente a lo largo de la saga. Al vencer al Alto Mando entrará en juego el Team Rainbow Rocket, una nueva organización de villanos (con su propio castillo) a la que hacer frente. A raíz de ese momento, además, podremos combatir con casi cualquiera de los malhechores que han ido pasando por la franquicia en sus casi veinte años de vida. Es un añadido al postgame que se agradece pero que, desde luego, está lejos de lo que cabría esperar para una entrega como esta, en la que han podido trabajar teniendo en cuenta el feedback del título de hace dos años.

Conclusión

Pokémon Ultrasol y Ultraluna están lejos de ser el broche de oro que uno cabría y querría esperar dentro del recorrido de la saga en Nintendo 3DS. Aquí hablamos de una expansión relativamente conservadora que se centra en añadir contenido como nuevos criaturas para capturar, nuevos minijuegos y contenido secundario y que, eso sí, nos ofrece una versión ligeramente cambiada del modo historia y de la región a recorrer.

Ultrasol y Ultraluna se sienten como el Director's Cut del videojuego que llegó a las tiendas hace un año pero, por desgracia, mantiene los principales defectos intactos: es una experiencia exageradamente guiada, que apenas supone reto alguno y cuyo contenido postgame es muy limitado. Game Freak sigue anclada en una fórmula que, está demostrado, sigue funcionando pero ya va siendo hora de que dé un salto cualitativo y, a poder ser, cuantitativo.

Pros

  • El mayor contenido en casi cada apartado. Una expansión satisfactoria.
  • El peso de los villanos de la saga y el Team Rainbow Rocket.
  • Se agradecen ciertos cambios en Alola y en el desarrollo de la aventura.

Contras

  • Muy pocas novedades de peso. Ediciones muy continuistas.
  • Sigue siendo una experiencia sumamente guiada y sin reto alguno.
  • La historia, heredera de Sol y Luna, es mediocre.
  • El endgame sigue quedando lejos de los exponentes de la franquicia.

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