Angela Lansbury, la famosa actriz de La luz que agoniza y la serie Murder, She Wrote puede que nunca haya sido acosada sexualmente. Puede que, en sus inicios como actriz, un productor como Harvey Weinstein no le haya citado en su habitación de hotel para pedirle un masaje, con la excusa de tocarla sin su consentimiento y masturbarse delante de ella. Puede que, al no vivir estas intolerables experiencias, Lansbury haya decidido achacar estos comportamientos por parte de los hombres al atractivo de las víctimas de acoso o abuso sexual.

En unas polémicas declaraciones a Radio Times, Angela Lansbury afirmó que hay "dos lados de la moneda" en el acoso y que "tenemos que aceptar el hecho de que las mujeres, desde tiempos inmemoriales, se han desviado de su camino para hacerse atractivas".

Y lamentablemente nos ha salido mal, y aquí es donde estamos hoy.

La actriz que encarnaba al personaje de Jessica Fletcher nos ha regalado unos comentarios que, desgraciadamente, nos resultan familiares a algunas mujeres. Frases como "va buscando guerra", "¿dónde vas así vestida" o "¿cuánto peso has perdido para tener esa figura?" no son la excepción. Parece ser que las mujeres solamente nos arreglamos cuando hay un hombre delante, no por gustarnos a nosotras mismas, sino para buscar como respuesta el deseo sexual por parte de los hombres. O eso es lo que cree Lansbury.

"A veces debemos culpar a las mujeres. Realmente lo creo".

Hasta la fecha, más de 70 mujeres han denunciado a Harvey Weinstein por acoso y agresión sexual. En la mayoría de los casos, los comportamientos inapropiados o ilegales se dieron durante supuestas reuniones de trabajo en la habitación de hotel del productor o en su oficina. Las víctimas de acoso se presentaban pensando que iban a hablar con uno de los productores más influyentes de Hollywood sobre futuros proyectos. Como ocurriría con cualquier persona en una reunión laboral, seguramente algunas se arreglarían para estar elegantes y causar una buena impresión. En este punto, según las afirmaciones de Angela Lansbury, el acoso ya estaría justificado por ser o estar "atractivas" delante de una persona como Harvey Weinstein.

Si nos maquillamos, si nos vestimos como queremos, si queremos sentirnos bien con nosotras mismas engordando o adelgazando unos kilos ya somos presas de estas personas sin escrúpulos que utilizan su poder para violentar sexualmente. Porque todo se trata de lo mismo, del poder.

Si no, preguntémonos por qué Kevin Spacey abusó sexualmente de hombres como Anthony Rapp. No olvidemos que los casos de acoso se dan dentro de todas las preferencias sexuales y me pregunto cómo iría vestido Rapp ese día en el que el actor de House of Cards decidió ponerle las manos encima. La horrible experiencia del escritor ocurrió en 1986, cuando este tenía 14 años. En el caso de Kate Beckinsale, la actriz tenía 17 años cuando Harvey Weinstein la acosó sexualmente.

El actor Anthony Rapp denuncia que Kevin Spacey le acosó sexualmente

Los depredadores sexuales como los productores, directores y actores de Hollywood que han sido señalados no tienen en cuenta la edad de sus víctimas, ni su aspecto, ni su deseo sexual. Se trata de una relación de poder en la que pueden comportarse a su parecer sin tener que afrontar las consecuencias. Si nos preguntamos el porqué, solamente hay una respuesta que puede explicar sus actos: porque pueden. Y porque, hasta ahora, eran intocables.

Para aliviar sus fuertes declaraciones, Angela Lansbury dijo en la entrevista que es "horrible decir que no podemos hacernos parecer tan atractivos como sea posible sin ser golpeados y violados" y que las mujeres no deberíamos estar preparadas para las situaciones de acoso o abuso sexual.

No hay excusa para eso. Y creo que se detendrá ahora, tendrá que hacerlo. Creo que muchos hombres deben estar muy preocupados en este punto.

La responsabilidad hay que asumirla. Pero no por ir vestidas con falda corta, larga, tirantes, manga larga, gorro o bufanda. La responsabilidad tiene que ser asumida por los culpables, por los que violan la libertad y los derechos de todas las mujeres que han tenido que zafarse de los toqueteos, de las palabras o de los comportamientos sexuales de sus depredadores.

Si no aceptamos que estos casos son inadmisibles, si no empezamos a luchar contra estos abusos y seguimos aceptando de manera silenciosa los comentarios que justifican los comportamientos sexuales inapropiados, nunca podremos prevenir las violaciones, los acosos o las agresiones.

Será difícil acabar completamente con los acosadores, con los asesinos o con las personas que incumplen la ley de manera violenta. Pero escándalos como los de Hollywood pueden ayudar a cambiar un poco la cruda realidad. Señalar a personas tan poderosas como Harvey Weinstein puede contribuir a que las relaciones laborales y de poder cambien, aunque sea lentamente, para que ninguna otra víctima de acoso o abuso sexual tenga que estar silenciada durante años.

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