Un año más, Codemasters coloca en las estanterías el videojuego oficial del campeonato mundial de Formula 1. Se trata del noveno título —décimo si contamos el arcade F1 Race Stars— que la compañía lanza al mercado desde que heredara la saga en 2009.

La nueva edición cuenta, cómo no, con múltiples mejoras en todos los campos. La parte gráfica ha sido refinada, la jugabilidad es más real que nunca y todo lo que rodea a la conducción es más inmersivo que nunca. No obstante, hay algunos aspectos muy concretos en los que este F1 2017 brilla por encima de otros títulos similares.

Feel the power

2017 ha sido un punto de inflexión para la Formula 1. En 2016, la vuelta rápida del Gran Premio de España fue de 1:26.948 (Daniil Kvyat). Un año más tarde, y gracias a los cambios reglamentarios, el giro más veloz ha sido de 1:23.593 (Lewis Hamilton). Casi 3,5 segundos de diferencia.

En el videojuego oficial de la competición, ese gran incremento en potencia y velocidad también es palpable desde el primer minuto en que comienzas a jugar. Codemasters ha sabido plasmar todos los cambios técnicos y reglamentarios de una forma fantástica, y, gracias a ello, la experiencia de juego es más divertida que nunca.

Eso sí: esta mejora en las prestaciones de los vehículos requiere una adaptación previa del estilo de conducción. Algunas de las curvas que antes se hacían al límite (como Eau Rouge o la variante Ascari), ahora se atraviesan con mayor facilidad gracias al agarre extra de los monoplazas. De la misma forma, en circuitos como Gilles Villeneuve tendrás que levantar el pie algunas décimas de segundo antes para no "irte recto" hacia el "muro de los campeones".

Una vez sobrepasado ese periodo de adaptación, las mayores capacidades de estos monoplazas solo agregan dinamismo y diversión a la competición. Todo sucede más deprisa, los reflejos cobran una mayor relevancia y la tensión media incrementa de forma notable.

La inteligencia es tan importante como la velocidad

El nuevo F1 2017 da un papel más importante a la durabilidad de los compuestos y al desarrollo de los componentes. En el modo carrera, el jugador encontrará un abanico de desarrollo mucho más amplio que en ediciones anteriores. Podrá apostar por mejorar la fiabilidad, incrementar la eficiencia aerodinámica, elevar las prestaciones del grupo motor, reducir el desgaste de los componentes y un sinfín de parámetros más.

Paralelamente, el jugador tiene que gestionar de forma eficiente los componentes que constituyen su monoplaza. La normativa del campeonato limita el número de unidades de potencia que puede utilizar sin penalización, al igual que las cajas de cambio y otros elementos. Por lo tanto, adaptar la conducción y aumentar el dinamismo se convierten en una pieza fundamental de esta nueva propuesta.

Por ejemplo: si tiendes a cambiar a un nivel muy alto de rpm o juegas mucho con los diferentes mapas motor, la transmisión y la unidad de potencia sufrirán más de lo esperado. A partir de cierto punto, ese desgaste extra afectará negativamente a la vida de los componentes, causará problemas mecánicos a lo largo del Gran Premio y puede acarrear posibles sanciones (si te ves forzado a montar nuevos componentes).

La inteligencia, por lo tanto, juega ahora un papel fundamental. Saber en qué circuitos puedes montar componentes más desgastados sin perjudicar a tu rendimiento, desarrollar un pilotaje más dinámico y trabajar intensamente en el progreso del monoplaza es casi tan importante como dar la vuelta más rápida al circuito los sábados o realizar numerosos adelantamientos el domingo.

Todas estas variables, además de dotar a este título de dinamismo y emoción, también le acercan mucho más a la realidad. Ferrari, Mercedes, Red Bull o McLaren luchan en cada Gran Premio con este tipo de inconvenientes, y Codemasters ha sabido integrarlos en este videojuego justo en la dosis perfecta.

Que vivan los clásicos

En este F1 2017, los jugadores pueden ponerse al volante de monoplazas emblemáticos como el Renault R26, el McLaren MP4/4, el Red Bull RB10, el Ferrari F2004 o el Williams FW18. Con ellos, los más nostálgicos sentirán una sensación muy especial.

Como era de esperar, cada uno de estos vehículos ofrece unas características particulares. No todos atraviesan Eau Rouge con la misma facilidad o alcanzan la misma velocidad punta a final de recta. Tampoco cuentan con el mismo número de velocidades ni la misma relación de cambio. Cada monoplaza pertenece a una época diferente, y Codemasters ha hecho un trabajo excelente para reflejarlo en este título.

Más realismo gráfico

A la mayor dificultad, el incremento de potencia y el dulce sonido de los motores V10 hay que sumar una importante mejora en el aspecto gráfico. Los vehículos no muestran grandes síntomas de mejora, pero los circuitos y las gradas sí.

Correr bajo la noche de Singapur o atravesar los bosques de Spa es ahora más realista que nunca. Y si a eso le sumas alguna condición meteorológica adversa (como lluvia ligera), el nivel de detalle gráfico es muy sorprendente.

En este sentido, el único punto que Codemasters sigue sin mejorar es la definición de los rostros y los pequeños clips de vídeo que aparecen tras finalizar una sesión. Sí, puedes identificar a Fernando Alonso o a Maurizio Arrivabene, pero las texturas de sus caras y la escasez de detalle contrasta con la excelente representación que sí se hace de los monoplazas y los circuitos.

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