México

Fuente: USGS.

Un fuerte sismo ha sacudido México a las 23:49 h (hora central) del jueves 7 de septiembre. El Servicio Sismológico Nacional ha explicado que el terremoto de magnitud 8,2 ocurrió a una profundidad de 58 kilómetros en las cercanías de Pijijiapan (Chiapas). El temblor, que ha podido sentirse en el sur y el centro del país, incluida Ciudad de México, ha provocado al menos quince muertos.

Según ha explicado el presidente Enrique Peña Nieto, el terremoto de México es "el más fuerte que registrado en al menos los últimos 100 años". El sismo ha sido superior al temblor que devastó la Ciudad de México en 1985, cuya magnitud fue de 8,1. En aquella ocasión, sin embargo, el epicentro se situó de forma mucho más superficial, por lo que los daños materiales y personales fueron muy superiores a los observados por el momento. Tras el intenso terremoto, se han sucedido decenas de réplicas —la mayor de magnitud 6,1—, que podrían continuar durante las próximas horas. Los afectados también pudieron observar extrañados la aparición de unas misteriosas luces en el cielo.

Las causas del terremoto más fuerte del siglo

La litosfera terrestre se divide en diferentes porciones, llamadas placas tectónicas, cuyos límites suelen estar caracterizados por procesos como los terremotos y los volcanes. Las placas flotan y se desplazan sobre el manto terrestre, asemejándose a las galletas situadas encima de unas natillas. Su movimiento puede acercar o alejar a una porción de la litosfera de otras placas tectónicas e incluso provocar un movimiento en paralelo entre dos placas.

México se caracteriza por su alta sismicidad. Como recogió en un informe el Servicio Sismológico Nacional, el país se encuentra en una región con cinco placas tectónicas, denominadas Caribe, Pacífico, Norteamérica, Rivera y Cocos. La porción de Rivera se sumerge bajo la placa de Norteamérica en Jalisco y Colima, mientras que Cocos se introduce por debajo de la placa de Norteamérica en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chipas y por debajo de la placa del Caribe al sur de Chiapas y en Centroamérica.

México

Estos movimientos de las placas tectónicas, especialmente de subducción, explican la alta sismicidad mexicana. Los expertos afirman que cada día se registran en el país más de quince temblores de magnitud superior a 2. En el caso del terremoto sucedido hoy, el Servicio Sismológico Nacional explica que Chiapas es precisamente uno de los estados más vulnerables de toda la zona, ya que es aquí donde ocurre un movimiento convergente, es decir, se produce un acercamiento entre las placas de Cocos y del Caribe. Dicha interacción, por la que Cocos se sumerge por debajo del Caribe, sucede en la costa del Pacífico provocando fuertes seísmos.

La frecuencia de temblores en Chiapas es, por lo tanto, muy elevada. Desde principios del siglo XX, se han registrado diversos terremotos superficiales con magnitud superior a 7 frente a las costas de Chiapas y Guatemala, como ocurrió en abril y septiembre de 1902 (sismos de magnitud 7,5 y de magnitud 7,7, respectivamente), en enero de 1903 (con magnitud 7,6), en abril de 1970 (temblor de magnitud 7,3), en septiembre de 1993 (sismo de 7,2) y en noviembre de 2012 (terremoto de magnitud 7,3). Como se sabe que la región presenta una elevada sismicidad, aunque no podemos determinar cuándo y dónde ocurrirá el próximo seísmo, sí es posible mejorar las medidas de prevención y seguridad, especialmente en los planes de evacuación y en la mejora de las construcciones o edificaciones de las zonas más vulnerables.

¿Qué originó las extrañas luces en el cielo?

Después del potente terremoto sufrido en México, muchos usuarios compartieron en Twitter su extrañeza al observar unas misteriosas luces en el cielo, un fenómeno parecido a lo que podrían ser unas auroras boreales. La aparición de estos intensos y coloridos destellos no es extraña, ya que las también llamadas luces de terremoto se han documentado desde hace siglos. Su origen está relacionado con la carga de energía que se libera como consecuencia del temblor.

Este efecto luminoso puede darse antes, durante y después de los terremotos. Al fin y al cabo, los seísmos ocurren por las fricciones que se producen: el movimiento de las placas tectónicas genera tensiones en el terreno que provocan que se rompa o, lo que es lo mismo, que se formen fallas. En el momento en el que el terreno se rompe y las fallas se mueven, hay grandes desplazamientos de bloques en el subsuelo. Dichas fricciones pueden causar a su vez corrientes eléctricas por el flujo de iones que se observa. En otras palabras, las partes más superficiales de las rocas del terreno -que no son conductoras-, acumularían carga eléctrica y la energía saltaría a otros puntos con diferencia de potencial.

Las luces de terremoto, al igual que sucede con el comportamiento anómalo de algunos animales -especialmente reptiles- o la emisión de vapor de agua y gases nobles son herramientas que pueden utilizarse para mejorar la prevención de los sismos. En este caso, el fenómeno lumínico que se da en el cielo resulta muy espectacular, ya que los colores pueden variar desde tonalidades como el blanco hasta azulados o violetas. Es la cara más misteriosa, respaldada por la evidencia científica y que debe todavía estudiarse con mayor detalle, de un fenómeno como los terremotos que pueden provocar auténticos desastres naturales y víctimas como ha ocurrido, por desgracia, hace unas horas en México.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: